Hernando López Valencia se dedicó durante 55 años a salvar vidas a través de su oficio de bombero. Murió el pasado miércoles a los 82 años, y hasta el último día de su existencia estuvo al pie de las llamas y atendiendo las emergencias que se presentaran en la ciudad.
Ayer sus compañeros y familiares lo despidieron con honores y orgullo, pues era el bombero más viejo de Manizales, que se caracterizó por ser un hombre entregado y con la vocación de servir a los demás. Sus últimas horas las pasó en un salón de la estación central en Fundadores, de donde trasladaron su féretro hacia la parroquia de Minitas en el carro más antiguo de la institución.
Siempre listo
A pesar de que hace varios años se había pensionado, no había día en que Hernando López no fuera a las instalaciones de la que fue por 55 años su casa. "Él vivía por esto, por ser bombero, siempre hablaba de su trabajo y ahora iba por lo menos a hacerles vueltas y a llevar documentos. Si se enfermaba no aguantaba ni cuatro días sin ir", cuenta su hija María Elena López.
El Comandante del Cuerpo de Bomberos de Manizales, mayor Carlos Alberto Marín, recuerda que era el primero en estar en todo, que quería ayudar siempre.
Hernando López Valencia llevaba 35 años de casado con Graciela Betancurt con quien tuvo tres hijos. Siempre vivió en el barrio Minitas, su muerte la ocasionó una enfermedad terminal.
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