La Policía Nacional, vista desde su formación

GEOVANNY MARTÍNEZ

LA PATRIA | MANIZALES

A 39 días de que la Policía Nacional cumpla 129 años, la institución que integran 160 mil uniformados, está en la mira de la sociedad colombiana por los excesos de algunos de sus agentes. Dos de ellos involucrados en la muerte de Javier Ordóñez sometido con brutalidad durante un arresto en Bogotá lo que desencadenó protestas con un saldo de 13 fallecidos.

A diferencia de otros países, no depende del Ministerio del Interior sino del de Defensa, y a pesar de ser un cuerpo civil armado, ha tenido que luchar contra guerrillas y bandas de narcotraficantes. De acuerdo con el Centro Nacional de Memoria Histórica, entre 1958 y 2017, fueron afectados 23.086 miembros de la fuerza pública en acciones relacionadas con el conflicto en el país.

A pesar de asumir esa enorme cuota de sacrificio, la misma Corte Suprema de Justicia cuestiona hoy los procedimientos de esa institución para controlar las protestas sociales que se registran desde el año pasado, calificando su actuación de "violenta, arbitraria y desproporcionada".

Rodrigo Lara, senador por Cambio Radical, explica que la Policía sirve para perseguir delincuentes y proteger a la gente. No para enfrentar las consecuencias sociales de una crisis de desempleo y pobreza. Agrega que entre más frágil es un gobierno, más acude a la represión contra la población civil.

"Poco a poco, de manera casi insidiosa, con un nuevo Código de Policía intrusivo, con un nuevo discurso prohibicionista y con unas normas autoritarias (sin evidencia) para combatir la pandemia, se fue poniendo a la Policía en contra de la gente", esa reflexión se encuentra en la cuenta de Twitter del rector de la Universidad de los Andes, Alejandro Gaviria.

Formación

Ciudadanos se preguntan si la formación de los uniformados aún está anclada en la doctrina del conflicto armado, en la confrontación con la guerrilla y el narcotráfico. O se han venido formando para hacer frente a las nuevas realidades de la seguridad ciudadana, tras el acuerdo de paz firmado con las Farc, incluyendo el actuar en medio de las protestas sociales, aumentadas por la pandemia de la covid-19.

El teniente coronel Hebert Noe Mejía Castro, director de la Escuela de Carabineros Alejandro Gutiérrez de Manizales, responde: "La formación de los policías se adapta y se mejora a las necesidades que demanda la sociedad. En lo que respecta a la doctrina, quiero decir que esta se edifica bajo concepto filosófico del antropocentrismo”.

Añade que lo más importante para la institución es el ser humano, el respeto por su vida y por su dignidad. “Nuestra doctrina se orienta hacia el servicio a la comunidad, la convivencia pacífica y la resolución de conflictos, en consonancia con nuestra misión constitucional, en tal sentido la formación de los policías es pertinente a las realidades sociales, puesto que constantemente realizamos procesos de autoevaluación con fines de mejora".

Análisis

Miguel Ángel Palacio Giraldo, docente de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de Manizales y asesor académico durante una década de la Escuela de Carabineros Alejandro Gutiérrez, explica que el sistema educativo policial está bien pensando, pero hace falta un componente, que quienes vayan a ser policías no necesariamente tengan que ser instruidos por uniformados con experiencia en la primera línea de educación.

Indica: "Creo que cualquier persona que vaya a ser policía, alcalde o concejal, debería tocar la educación superior primero en ciudadanía, es decir, hay una necesidad en Colombia para que todo tipo de servidor público primero se capacite teórica y prácticamente en lo que significa ser ciudadano y ejercer civilidad, entonces el problema no es cómo se educa al policía sino como se educa al ciudadano", reflexiona Palacio Giraldo.

Ante las solicitudes desde diferentes ámbitos sobre cómo modificar la estructura de la Policía o su sistema educativo, considera que hay que tener en cuenta que este no es un país cualquiera. "El policía en Colombia tiene que bajar un gato de un árbol, pero también tiene que atrincherarse y responder a un grupo armado, entonces las habilidades no están en la mera instrucción, si no en qué tipo de ciudadano es el que tiene el arma y qué tipo de ciudadano es el que sale a la calle y decide coger una piedra".

Añade que es un sofisma plantear que la Policía tiene que modificar su estructura y más bien cree que es un problema de la educación sociocultural en Colombia. "Cualquier ciudadano tiene que educarse, porque la educación es la que crea cultura, es la que repite comportamientos, por ósmosis, por imposición o por lo que se quiera, pero la educación es la base para cualquier tipo de ciudadano".

Controvierte a quienes consideran que hay crisis dentro de la Policía, en el sentido de su operatividad, de la eficacia o eficiencia del servicio. "Es cierto que hay brutalidad policial, pero el problema no se adjudica a la Policía como institución porque su sistema educativo está pensado para promover y generar seguridad”.

Asegura que esto no es una defensa de lo que ha sucedido, cree que el problema no está en la Policía, si no que está en la forma en que los colombianos aprenden a ser ciudadanos

“Un uniformado ante todo es un ciudadano, él tiene una formación de base, es un producto cultural, es un producto de su educación, como cualquier otro ciudadano. La diferencia está en el uso de herramientas que le permiten imponer fuerza, pero los ciudadanos también de acuerdo a nuestra forma de haber sido educados, a los influjos culturales que nos tocan, provocamos un ciudadano que termina deteriorando lo que otro está intentando construir", aclara el docente.

Agrega que el problema radica en que los ciudadanos en todos los ámbitos, sacerdotes, médicos, policías, vendedores ambulantes, ingenieros, abogados, "carecemos de una adecuada formación en ciudadanía, no tenemos claro que es estar dentro de la cultura de la legalidad o la cultura de la civilidad".

INS

La Policía Nacional cuenta con una institución de educación superior (INS) para la formación de policías denominada Dirección Nacional de Escuelas (Dinae), que lidera y coordina el proceso educativo que integra la institución a través de 16 escuelas de formación y 11 escuelas de formación especializada. Orientan 50 programas educativos, de ellos 17 están acreditados en alta calidad educativa.

Las competencias que deben tener los policías

El teniente coronel. Hebert Noe Mejía Castro, director Escuela de Carabineros Alejandro Gutiérrez, explica que las competencias con que cuenta los Policías de Colombia son 5:

• Desarrollar relaciones: Es decir, la capacidad de policía para interactuar consigo mismo, con la institución y la comunidad de una manera ejemplarizante.

• Ser Policía: El policía debe reconocer sus propias capacidades y habilidades, con el fin de alcanzar una mejora continua en la labor policial bajo los parámetros de la ética y transparencia institucional.

• Servir con pasión: El uniformado evidencia comportamientos que demuestran actitud de servicio e interés por satisfacer las necesidades de la comunidad. En aras de fortalecer la credibilidad y confianza del ciudadano a la institución.

• Aprender para aportar: El policía debe aplicar y desarrollar de manera continua conocimientos, obteniendo rendimientos evaluables que optimicen el desempeño laboral.

• Actuar con efectividad: Sin duda el uniformado debe responder a los nuevos contextos y desafíos que se presentan, manteniendo la calidad en la prestación del servicio de acuerdo a los requerimientos de la ciudadanía y la institución.

La formación del personal de Patrulleros de la Escuela de Carabineros Alejandro Gutiérrez, está basa en un enfoque educativo por competencias, para impactar los campos del Ser, Saber y Saber Hacer, con el objetivo de servir a la comunidad de manera integral con una vocación social, fortaleciendo los principios y valores como agentes garantes de derechos, libertades y potenciales promotores de convivencia y seguridad ciudadana.

El enfoque pedagógico también se orientado a la formación en Derechos Humanos, fortaleciendo la cultura de la legalidad, como un compromiso individual e institucional, mediante la conducta ética.

En síntesis, aprender desde el “saber”, implica asimilar y construir conceptos, integrando las diferentes disciplinas; aprender desde el “saber hacer”, requiere del desarrollo de habilidades y destrezas; aprender desde el “ser” involucra el interés, motivación y disposición hacia el aprendizaje, además de fortalecer principios y valores. Estos tres elementos se dan con el permanente acompañamiento de la comunidad educativa.

El estudiante a Técnico Profesional en Servicio de Policía logra estas competencias, desarrollando 73 créditos académicos en la inmersión del conocimiento en cuatro áreas del saber: “Formación Policial, Formación Jurídica, Formación Humanística e investigación y Complementaria”, distribuidos en dos periodos.

Foto | Cortesía Esagu | LA PATRIA 

El perfil de los agentes en la Escuela de Carabineros Alejandro Gutiérrez

El perfil del policía que necesita Colombia es el que existe actualmente. Un perfil como Técnico Profesional en Servicio de Policía con las siguientes características:

• Garante de las condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos y libertades públicas, para asegurar que los habitantes convivan en paz.

• Habilidad para analizar, interpretar y argumentar las responsabilidades como primer respondiente y cooperar en la investigación de delitos y comportamientos contrarios a la convivencia.

• Promotor en materia de seguridad ciudadana, de instalaciones y de seguridad en la vía.

• Agente de gestión para la diferencia como articulador de tejido social.

• Gestor y protector de derechos humanos y derecho internacional humanitario.

• Conocedor del uso racional de la fuerza y la destreza en la utilización de las armas no letales y armas de fuego.

• Comprende la estructura del Estado para el desarrollo de la función pública.

• Asesor para la toma de decisiones a través del análisis de datos.

Foto | Cortesía Esagu | LA PATRIA