La paz debe ir de la mano de la cultura democrática: Otti Patiño

LA PATRIA | MANIZALES

Cultura Democrática y Paz fue el tema que abordó ayer José Otti Patiño Hormaza, asesor académico del Departamento de Humanidades de la Universidad de Manizales, durante la cuarta Cátedra de la Paz que se realizó en la mañana, en el auditorio de la entidad educativa.

Para el exintegrante del M-19, la democracia es algo que se construye, pero a la vez se debilita y por ello asegura que todo proceso de paz es una oportunidad para fortalecer la democracia por medio de la inclusión y de tener una perspectiva distinta.

"Uno de los nombres de la paz de este año es la posibilidad de reincorporar no solo personas, sino regiones. Es decir, no solo desmovilizados y víctimas, sino integrar todas las regiones que han vivido en la marginalidad al Estado Social de Derecho. Ese es el desafío profundo que tiene Colombia y para eso necesita una profunda vocación de la cultura democrática", dijo.

Al preguntarle sobre qué diferencia hay entre el actual proceso y los anteriores, Patiño Hormaza indicó que en los 90 el país estaba colapsado por la muerte de cuatro candidatos presidenciales y hoy no pasa eso, pero cuenta con una democracia deficiente. Asimismo, no se vive el panorama de los años 80, donde el narcotráfico tenía aterrorizado al país al punto de comprar elecciones presidenciales.

"Hoy hay poderes disminuidos, aunque fuertes en algunas regiones. Creo que esa es la diferencia: pasar de un país que era inviable a uno viable, pero con grandes problemas".

La cultura democrática, según él, ayuda a tener una paz sostenible porque en la medida en que la paz sea medida, es aceptada y concertada con la gente. A veces se piensa que hay que imponer la paz y la democracia y si esta última no nace de la gente, no construye Estado.

Cultura democrática

Según Patiño Hormaza, una condición básica de la cultura democrática es la legalidad y es difícil llegar con ella a poblaciones marginales porque para que exista democracia debe haber satisfacción de necesidades básicas.

Plantea que cultura democrática se mide por medio de cuatro objetivos (ser sensible socialmente, cumplir deberes cívicos, respetar diferencias y empoderarse), y que si una persona los cumple se podría decir que vive en una democracia plena.