LUIS LÓPEZ CARMONA
LA PATRIA | MANIZALES
La labor social de nutrir y educar a niños y adolescentes es un compromiso que sigue firme en La Fundación Niños de los Andes y la Asociación Gota de Leche de Manizales. Por eso las palabras ayuda y protección son identidad en ambas instituciones. La primera está cumpliendo 25 años de trabajo y la segunda llegó a los 94.
En una visita que hicieron los hermanos Jaime y Alberto Jaramillo, hace 26 años al antiguo basurero de Manizales (cerca al Puente Olivares), vieron que vivía una familia en medio de desechos y desperdicios. “El techo de su casa era la basura”, cuenta Alberto.
Jaime, director de la Fundación Niños de los Andes en Bogotá, después de estar en el antiguo basurero municipal, consiguió una casa en el barrio Bajo Persia para trasladar a esa familia de ese lugar. Esa misma semana notaron que cerca al Cementerio San Esteban dormían cinco niños en la calle, y Alberto le propuso a Jaime trabajar por esos menores y abrir la Fundación en Manizales.
“Lo llamé por teléfono, le dije que quería ayudarlos, y él me contestó: negro, eso es muy duro, si usted monta la Fundación debe ser sostenible y sin recursos de la sede Bogotá. Llevamos 25 años y nunca nos ha faltado nada", recuerda Alberto.
Después de estos dos acontecimientos, el 24 de junio de 1988 Alberto Jaramillo creó la sede con la intención de proteger a los niños que sufren vulneración de sus derechos, brindarles protección y atención nutricional y educativa.
“Con el ICBF tenemos un contrato que nos permite el sostenimiento de los muchachos vinculados a la Fundación”, expresa Alberto.
Cuarto de siglo
La primera sede fue en la carrera 17 con calle 22, en una propiedad del papá de los hermanos Jaramillo, allí llevaban a los niños desde las 8:00 de la mañana hasta las 6:00 de la tarde. “Invadimos esa casa, aunque el trabajo que hacíamos en el día era inútil porque los niños regresaban a su entorno. Estuvimos un mes y medio en esas condiciones cuando alquilamos un apartamento en frente", cuenta Alberto.
Estuvieron ahí 10 meses, y los compañeros de los que permanecían allí pasaban por la calle y les tiraban las bolsas de pegante por las ventanas. Después se trasladaron a una casa en Villamaría (Caldas), pero como era propiedad de la Clínica Psiquiátrica la pusieron en venta y tuvieron que empacar maletas nuevamente. Se fueron para una casa en La Palma, la adecuaron a las necesidades de la Fundación y estuvieron seis años.
“Apareció José Rubiel López Montes, director de La Granja de Formación El Arenillo y me comentó que tenía un sitio para que construyéramos la Fundación Niños de los Andes, solo había un kiosko y estaba desbarajustado. Nos dijeron que nos entregarían el parque en comodato por 50 años”, narra Alberto.
En 2010 la Granja de Formación El Arenillo les otorgó la propiedad de los terrenos que actualmente ocupan, 14 hectáreas y una reserva forestal que se convirtieron en la sede Manizales de Niños de los Andes.
Nutriendo y capacitando
La Asociación Gota de Leche completó el pasado 18 de marzo 94 años ayudando a la comunidad manizaleña de bajos recursos en sus necesidades básicas, nutrición y educación a la población infantil. También capacita en diferentes actividades a desempleados y madres de familia para que se conviertan en personas competitivas y productivas.
“Monseñor Luis Carlos Muñoz fundó en 1919 La Gota de Leche, porque veía morir de hambre a muchos niños. Se atendía a menores de 1 año con alimentación y supervisión diaria. En 1933 él decide entregar la obra a la congregación de Las Hermanitas de los Pobres de San Pedro Claver, quienes seguimos cumpliendo con esa misión”, dijo Ana Judith Salazar, directora de la Gota de Leche.
Comenta que abrieron una guardería porque percibían que los bebés no estaban siendo los beneficiados con el alimento, sino que las mamás también se los daban al resto de hijos. Las religiosas decidieron que permanecieran todo el día allí. La directora cuenta que en 1940 crearon una escuela de básica primaria en sus instalaciones, pero tuvieron que cerrarla en 2009 por directrices del Ministerio de Educación, sin embargo, allí funcionan actualmente las jornadas escolares extendidas.
La religiosa lleva 12 años como directora y le parece que los 94 años de la Asociación son un patrimonio social para Manizales, apoyando a la población vulnerable de la ciudad, teniendo como prioridad a los niños y adolescentes en la nutrición y educación. “También ayudamos a adultos mayores que no tienen recursos, les regalamos mercados y algunos vienen a distraerse en algunos cursos”.
Explica que la intención de la Gota de Leche es promover la dignidad de las personas, desarrollar su potencial competitivo y volverlas productivas, por eso desean continuar con los programas sociales y ampliar la cobertura. “Pensamos en la Ciudadela del Norte porque hay niños desprotegidos y los habitantes tienen muchas necesidades”.
Como directora se siente satisfecha al comprender que la Gota de Leche ayuda para que los niños, mediante la alimentación, rindan académicamente.
Programas de atención
* Niños de los Andes
Atiende a 150 niños, de ellos hay 100 internos que permanecen todo el año en la sede, y los 50 restantes van de lunes a viernes. Trabajan 42 personas en la atención a los menores, y cuentan con un voluntariado de unas 28 más. En 25 años de labores han atendido aproximadamente 4 mil menores de edad.
Tienen programas productivos como: el taller hilando con amor, donde trabajan costura con máquinas industriales; taller de ebanistería; elaboran objetos con materiales reciclables y madera, manillas en macramé, bolsos y carteras; taller de panadería; formación académica teatral, y los estudiantes mayores validan bachillerato y después se vinculan a la universidad.
* Gota de Leche
En las aulas de la Asociación Gota de Leche funcionan las jornadas escolares extendidas promovidas por la Secretaría de Educación de Manizales a las que acuden 350 niños, 145 en la mañana y 205 en la tarde. “Les damos almuerzo que son con recursos propios, y lo bueno es que ellos permanecen ocupados en su tiempo libre”, señala la directora, religiosa Ana Judith Salazar.
Ofrece el programa El trabajo es Paz, donde hay 450 madres de familia y otros desempleados se capacitan en sistemas, modistería y en otras áreas para ampliar las posibilidades laborales y generar ingresos que permitan mejorar la calidad de vida de los grupos familiares. También cuentan con un taller de alfabetización del que se benefician 123 personas, y restaurante escolar que acoge a 420 niños.
De fiesta
Para celebrar el aniversario 25, Niños de los Andes programa para julio próximo una maratón; jornada de alcancías para que las personas hagan sus donaciones, y en noviembre esperan hacer la celebración oficial, donde estrenarán la tercera obra de teatro de la Fundación en colaboración de Actores en Escena. “Estamos haciendo un híbrido entre El Niño del Alba y El Principito”, explicó Alberto Jaramillo, director de Niños de los Andes.
La Gota de Leche celebró en días pasados el día del niño con actividades recreativas y artísticas, y almuerzo para los beneficiarios. Además en septiembre realizarán el bingo anual para recoger fondos y fortalecer la atención a los beneficiarios.
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