MARTHA LUCÍA GÓMEZ
LA PATRIA | MANIZALES
Fría, lluviosa y tranquila amaneció ayer Manizales, después de la agitada tarde del pasado sábado, cuando las autoridades reportaron la erupción del Volcán Nevado del Ruiz.
Fue una erupción de ceniza, sin flujos de lodo ni lava, que se vivió más hacia el suroccidente del Eje Cafetero (Chinchiná, Santa Rosa de Cabal, Pereira), y que pasó casi imperceptible para los vecinos de lo que fue el 'León Dormido', como se le llamaba antes de 1985 al Ruiz, cuando estaba inactivo.
Por allí no sintieron nada extraño. No hubo ruidos, ni explosiones, tampoco cayó ceniza ni lava. La vida en la zona de páramo siguió igual.
No se dieron cuenta
La nariñense Nubia Palma dijo ayer que lo que les ha hecho más daño es lo que sale en los medios de comunicación cada que el Volcán aumenta de actividad. Por eso, ni ella ni su esposo quisieron dejarse tomar fotos.
Son dueños de la Hostería Cumanday, en el sector El Arbolito, a unos cinco minutos de Brisas, entrada al Parque Nacional Natural Los Nevados. En el negocio les venden comidas a los turistas, pero la clientela se ha bajado ostensiblemente desde mediados de febrero cuando el nivel de actividad del Volcán a oscilado entre amarillo, naranja y el pasado sábado que estuvo en rojo, como significado de una erupción inminente o en curso.
Para fortuna de los que están lejos de allí, al menos en Manizales, Villamaría, Chinchiná y otras zonas ribereñas, al amanecer de ayer el Ruiz regresó a naranja, y la tranquilidad volvió, pero la angustia permanece en El Arbolito y otros sectores adyacentes al Volcán con estos efectos de su actividad.
"Por acá no ha pasado nada, ni siquiera nos dimos cuenta de la erupción. Solo por familiares que viven en otras partes y empezaron a llamarnos", cuenta esta mujer mientras amasa una mezcla para hacer pandequeso, con la esperanza que ayer domingo y en medio de un puente festivo los turistas subieran.
Solo una nube
Desde la casa de Nubia hay una vista que muchos pagarían por ver. Como si estuviera al alcance de una estirada de brazo, el Volcán Nevado del Ruiz, en todo su esplendor a las 7:00 de la mañana. Como en los últimos días han caído nevadas fuertes, especialmente el pasado jueves y ayer, la nieve se veía cubriendo buena parte del territorio.
"El día de la erupción lo único que vimos fue una nube oscura sobre el Volcán y nada más, todo el día fue normal. No hubo lluvia de ceniza, no sentimos ruidos. Más se asustaron los de Manizales, aunque el viento estaba para el otro lado y por eso la caída de ceniza no se fue para allá", expresó la mujer.
Afuera de la Hostería su esposo y su hija de 6 años seguían en labores cotidianas, el ordeño de las vacas y el cuidado de los potreros. Una vida normal en el páramo.
Es tanta la normalidad de la zona, que ayer se vieron algunos habitantes caminando por la carretera que conduce a Murillo, actualmente cerrada para el tránsito de turistas. Solo está habilitada para el transporte de los pobladores.
Quizá los vientos que han traído cenizas y olores a azufre desde el Volcán hasta Manizales, de paso se vinieron ayer con la tranquilidad de los residentes de esta zona para relajar a los angustiados habitantes de la capital de Caldas, que pasaban el trago amargo de la última erupción de ceniza.
Carlos Ospina cuenta que vive hace 30 años en inmediaciones del Volcán Nevado del Ruiz y que esa zona es su hogar, por lo tanto se resiste a salir de allí. El pasado sábado, día de la última erupción, sintieron olor a azufre y vieron una nube opaca desde las 6:30 de la tarde, que se extendió hasta eso de las 8:00 de la noche.
"Estaba muy oscuro, pero nada más. La Defensa Civil y la Cruz Roja nos informaron que debíamos estar atentos sobre cualquier cambio del Volcán. Uno se asusta, igual que la familia, pero lo que se debe hacer es estar pendiente para tomar decisiones rápidas", sostiene.
A él le tocó la erupción de noviembre de 1985 y asegura que se vivió algo similar a lo de la actualidad: varias erupciones pequeñas y luego se vino la grande, que los dejó marcados y "por eso hay que estar alerta y acatar lo que recomiendan las autoridades".
En un carro marcado con el logo del Noticiero Internacional Telesur viajaba ayer por la vía al Volcán Nevado del Ruiz el periodista Milton Fabián Henao. La intención de él y su equipo era tener la comunidad al tanto de lo que allí suceda.
"La avalancha de Armero (Tolima, en 1985) fue a raíz de un episodio de esta misma clase. El Volcán ha presentado diferentes episodios por estos días, fumarolas, erupciones y debemos registrarlo porque es importante", dijo.
Llegaron ayer a Manizales, y permanecerán por dos días más monitoreando la situación del Volcán y hablando con la comunidad y con expertos.
Henao sostuvo que no sintieron temor de llegar a Manizales ni de subir a la zona cercana al Ruiz, "pero uno viene predispuesto a que suceda cualquier cosa. Generalmente estamos en zona de conflicto a raíz de lo que se presenta en Colombia. Aquí tranquiliza que hay presencia de las autoridades".
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