En el colegio San Luis, de Manizales, recuperan el bosque natural

Escoger el árbol rodeado por una bolsa negra, ponerlo en el hueco, quitarle el plástico, tapar sus raíces con tierra y enterrar solo un centímetro del tallo. Ese fue el paso a paso a la hora de sembrar el pasado viernes en la tarde los arbustos nativos en el bosque del colegio San Luis Gonzaga.

300 niños, de cuarto a sexto grado, esperaron con ansiedad su turno. Sabían que este día llegaría. Desde agosto del año pasado conocían la visión del Proyecto Ambiental Gonzaga (Prago) que nació hace dos años en la institución. Por eso con conocimiento de causa tomaron las palas y cumplieron su tarea con el medio ambiente.

"Sé que sembrando un árbol vamos a ayudar al planeta a generar oxígeno", contó Carolina Alzate, quien cursa cuarto. Así mismo, Juan Bernardo Arroyave, Isis Juanita González y Mariana Calderón, que no superan los 10 años, pidieron su palabra para contar los beneficios de la reforestación. "Reducimos la contaminación"; "damos oxígeno"; "ayudamos al mundo", dijeron.

Proceso educativo

Norma Contanza Orozco, coordinadora de esta labor ambiental en el centro educativo, explicó que para llegar al paso de la siembra de alisos, arbolocos, cedros negros, dragos, balsos y arrayanes de Manizales, se debió contar con la autorización de Corpocaldas y Planeación Municipal.

"Esta es una ladera de protección ambiental, por lo que necesitábamos permiso para intervenirla. Este lugar siempre ha existido, pero poco lo usábamos", indicó Orozco.

Desde hace menos de un mes se inició la tarea ecológica en el espacio natural rodeado por la microcuenca San Luis. 54 árboles fueron talados para darle viabilidad a la iniciativa (ver recuadro talaron 54 árboles). El jueves, 13 militares y el grupo ambiental Prago, integrado por 28 personas, entre niños y jóvenes, excavaron los centenares de agujeros.

Será en un año cuando se evidencien los primeros resultados del cultivo. Para ese entonces se espera que ya midan más de 80 centímetros. La actividad contó con el apoyo de soldados del Batallón Ayacucho y algunas empresas privadas. Además de la participación de estudiantes, docentes y directivos de la institución.

Talaron 54 árboles, sembraron 300

Ambientalistas y ciudadanos se mostraron preocupados con la tala de árboles en el bosque del colegio San Luis Gonzaga. El hecho tiene una explicación. El plantel educativo adelanta un proyecto ambiental microcuenca San Luis, dirigido a la recuperación de una parte del bosque.

Los árboles talados fueron 54 cipreses, especie no nativa. Según Norma Constanza Orozco, coordinadora del proyecto, estaban resecando el espacio en donde crecían, debilitando el terreno e impidiendo que nuevas especies tuvieran origen, además de que algunos no estaban en las mejores condiciones y representaban un peligro para los estudiantes que ingresaban al lugar y para los animales que lo habitan.

Para la actividad se contó con la autorización de Corpocaldas, que por medio de una resolución dio el permiso a la institución para su tala, a cambio de sembrar 300 nuevos de distintas especies que sí fueran nativas.

Después de reforestar, Corpocaldas será el ente encargado de vigilar y ayudar a conservar los nuevos inquilinos del bosque.

Según Orozco, el proyecto ambiental le apunta a un ordenamiento territorial que lleve a tener una zona ecológica en buenas condiciones y que amplíe la posibilidad de que la fauna regrese al lugar, "Sobre todo las ardillas, que antes vivían aquí y que por los cipreses se han alejado".

Para llegar a ese objetivo la institución quiere garantizar un mantenimiento adecuado a todos los árboles y seguir sembrando otras especies en el territorio.

El dato

El proyecto costó entre $11 millones y $14 millones y se financió con la ayuda de los estudiantes que vendieron ardillas de peluche y camisetas con el lema de la campaña: Yo salvé una ardilla ¿y tú?, y con aportes de las empresas que se vincularon.