En el barrio Las Colinas, de Manizales, rapearon por la vida

MARTHA LUCÍA GÓMEZ

LA PATRIA | MANIZALES

El arte de la calle resonó y se bailó en la cancha del barrio Las Colinas, de Manizales, en un encuentro cultural de hip hop dirigido a preservar la vida.

“Paz en los barrios, la guerra es con otros no con nosotros”, cantó el sábado en la tarde el rapero Retórico, quien estuvo en tarima con otros artistas de Manizales como NA, Central Crew, Pitumijo, Esquinas kolinas, TFU, MCS de la 30, Nueva orden kru, y como invitado especial Juanchú, de Medellín, quien lleva 20 años en la cultura hip hop.

Vivencias

“Cambiemos la vida, que es frágil, ese el mensaje que queremos dar; que a través de estas letras los jóvenes comprendan que se puede vivir”, expresó César Ramírez, Pitu, del grupo de organizadores.

El del sábado fue el segundo evento anual que realizan en Manizales. “Hace dos años perdimos a dos compañeros por causa del suicidio, uno un día y al siguiente el otro. La idea es darle importancia a la vida a través del arte; porque la música, el baile, la pintura, las letras son vida”, dijo Pitu.

A través de este género que llegó a Colombia de Norteamérica, se busca expresar vivencias, creencias, sentimientos. Se ha convertido en una cultura en los barrios, que se compone de cuatro elementos: el rap, el breake dance, el grafiti y los Dj, explicó Cristian Andrey Idárraga, el Padrino.

“Los raperos son los que cantan, los de la palabra; los grafiteros, los que hacen los dibujos; los bboy, las bgirls y los bbraker, son los que bailan, y los Dj son los que hacen la composición y la producción musical”.

Como valor agregado al encuentro de este año, hicieron una recolección de regalos para los niños del sector.

El Padrino

A Cristian Andrey Idárraga, de Manizales, lo llaman el Padrino porque hace 20 años empezó con el cuento del rap, apadrinaba a los “pelados” para que ensayaran y cantaran. Ahora define que es una cultura grande de gente que narra historias a través de la música, del baile y del dibujo, y que más que un hobby es una especie profesión porque se han ido perfeccionando con la tecnología.

“Lo que tratamos de expresar al resto de la sociedad es un modo de ver el mundo: las frustraciones, los sueños, las ilusiones y algunas veces ficciones que tenemos como seres humanos; además representar a otras personas que quizá tengan el mismo pensamiento y no se atreven a decirlo”, explica el Padrino.

Dice también que han tenido muchas experiencias de jóvenes que viven en las calles y que gracias al hip hop han descubierto una vocación y ya son diseñadores visuales y licenciados en artes escénicas.

Juanchú, el veterano

Juan Manuel Ruiz, de Medellín, lo apodan Juanchú. Vino el fin de semana a Manizales invitado al encuentro de hip hop. Asegura que el rap es una manifestación de vida, una manera de enfrentarse al mundo para decir cosas.

Pertenece al colectivo la Clika underground, de Medellín, y desde 1994 hace música y visita lugares para rapear. “El rap no es un bálsamo, ni un chaleco antibalas, ni un salvavidas; es una manera para pararse ante el mundo y entender muchas cosas, enseña a pensar y a apreciar la vida, a conservar el instinto de evolución y de revolución. Sirve para poner al rapero a pensar de una manera diferente, porque cuando se hace rap se necesitan destrezas mentales que ayudan a entender y a criticar al Estado, la sociedad, la política, la religión”.