Empleados de empresas de servicios públicos: héroes silenciosos

Cristian Camilo Aguirre

LA PATRIA | Manizales

Médicos, enfermeras y demás miembros del personal hospitalario no son los únicos héroes que ha dejado la cuarentena. En las calles se realiza un trabajo silencioso, el cual nos ha permitido que se siga contando con los servicios públicos.

Los operarios de la Chec, Aguas de Manizales, Invama, más los de gas natural y las empresas de telecomunicaciones, mantienen su normalidad, lo que se refleja en que las luces se encienda, el agua salga de los grifos, se cocinen los alimentos y se puedan ver clases virtuales, teletrabajar y comunicarse en medio de la distancia.

Entre esos cientos de empleados, los barrenderos o escobitas de Emas continúan con su titánica labor de mantener limpias las calles de Manizales.

Tres empleados de la empresa de aseo contaron cómo ha sido la experiencia de trabajar durante la cuarentena y en la que han resaltado más lo bueno que lo malo.

“Todos los días son diferentes”

Julia Rosa Ruiz lleva 25 años recorriendo las calles de Manizales como empleada de Emas. Cada día agradece a Dios y a la empresa la oportunidad de tener un trabajo, labor que le ha permitido educar a sus hijos y sacar a su familia adelante en el barrio Galán, en donde vive con su madre y un hijo.

Su trabajo en cuarentena no ha cambiado mucho, como lo asegura. Su horario laboral comienza a las 10:00 a.m. y va hasta las 6:00 p.m. Barre las calles del Centro de Manizales, por lo que ante la congestión evita los tumultos. “La ciudad se ha visto más limpia en estos días, lo que no pasa en las noches cuando los hogares sacan sus basuras y los recicladores y habitantes de la calle esparcen los residuos. Lástima la gente que se ha tomado esto tan deportivamente y piensa que la enfermedad es un juego”, manifiesta.

A lo que se ha tenido que acostumbrar durante estos días es a ver los negocios cerrados. Ya no puede tomarse un tinto ni entrar al baño de los establecimientos, pues nada está abierto.

Este tiempo también le brindó la oportunidad de estar más en familia, cuidarse entre ellos y estar al tanto de su madre. “No veo mi trabajo como una carga, todos los días son diferentes y la rutina cambia”, dice Julia.

“No pensemos solo en nosotros”

Cada mañana, a las 6:00 a.m. y de lunes a sábado, Gloria Esneda Gaviria comienza su jornada de trabajo. Desde el barrio Samaria se traslada hasta el relleno sanitario, en la vía a Neira, para realizar su labor. Ella hace parte del grupo de deguadañadores de Emas, función que agradece tener cada día y le permite tener un sustento para su familia, conformada por su mamá, hijos y dos nietos.

A la cuarentena le ve el lado positivo esta empleada que suma cinco años en la empresa de aseo: “Creo que esto es un llamado a la humanidad, debemos cuidar más la naturaleza”, y cuestiona a los que salen a la calles sin las precauciones correspondientes como el uso de tapabocas y los invita a ser más conscientes.

Como cabeza de hogar se ha encargado de que los miembros de su familia sigan las recomendaciones, entre las que se encuentra no salir ni recibir visitas en la casa, lo que espera que repliquen todas las familias manizaleñas. “No pensemos solo en nosotros, esto no es ningún juego”, concluye.

“Hay que pensar en el común”

Wilson Andrés Restrepo suma 14 años como operador de recolección. Él, quien vive en el barrio Galán junto a su esposa e hijo, ha aprovechado la cuarentena para ayudarle más a su hijo en las labores académicas.

Agradece a Emas por haberle brindado todas las medidas de protección al momento de salir a trabajar, lo que lo tranquiliza.

Siente que su trabajo sigue con normalidad. Nota menos basuras en las avenidas principales de la ciudad, pero más en los barrios.

“Aunque no crea estas cosas nos afectan a todos, pasa uno de pensar individualmente a hacerlo más en el común”, señala Restrepo, quien agrega que hay que ponerse en los zapatos de las personas que salen cuando no deben, pues lo hacen para conseguir su sustento.