MARTHA LUCÍA GÓMEZ
LA PATRIA | MANIZALES
Los sacerdotes católicos transmitirán mensajes especiales a sus fieles a partir de hoy, por el inicio de la Cuaresma. También se ha dicho que se inician 40 días para orar, hacer vigilia y ayunar. Sin embargo, muchos sacerdotes ya hablan de que es la oportunidad de reafirmar que Cristo está vivo, está resucitado y por eso hay que celebrarlo.
El sacerdote Cristian Echeverri Sánchez, delegado Arquidiócesano de Pastoral Juvenil en la Arquidiócesis de Manizales, sostiene que para celebrar la Pascua de Resurrección hay que prepararse durante estos 40 días que comienzan hoy con el Miércoles de Ceniza, “cuando utilizamos la ceniza como recuerdo de nuestras limitaciones, de que somos pasajeros, de que no somos ni tan buenos ni tan importantes como a veces creemos ser”.
¿Cómo prepararse?
Indica que en la Cuaresma se invita es a orar un poco más, a abstenerse de cosas banales. “Hay que insistir en que la conversión es muy personal y que lo mejor que podría hacer un católico es buscar tiempos para el silencio, para la oración personal, para pasar en oración con Dios, para rezar el Santo Viacrucis especialmente los viernes; es algo más íntimo, aunque no estoy diciendo que las prácticas de la abstinencia de carne o las penitencias sean malas, pero deben ser algo más personal”.
Según el sacerdote Echeverri Sánchez, otra práctica importante es la moderación. “Es un llamado a ser más básicos, más sencillos, a no despilfarrar; a cuidar el ambiente y los recursos naturales, en lo cual el papa Francisco ha insistido tanto. Entonces comerse un salmón o un pedazo de carne parece intrascendente; aunque habrá católicos para los que es muy importante guardar esa vigilia de carne los viernes de la Cuaresma”.
Por eso recomienda prácticas como el ayuno, que define como un arma de lucha espiritual, darse cuenta que el verdadero alimento de la vida, el que nutre, es el del Dios Padre y por tanto es el momento para templar el carácter, para fortalecer la disciplina corporal y no ser prisioneros de los sentidos.
“El ayuno que la Iglesia pide es muy fácil. Es simplemente tener una comida completa en el día, y en el resto tomar agua y a veces un pedazo de pan. El día de ayuno es el que más se debe dedicar a la oración, aunque no se recomienda para quienes tienen problemas de salud, tienen un trabajo que les demanda mucha energía o no llevan un trabajo espiritual”.
Tres tentaciones
Para ayudar en toda esta labor es que está la Iglesia, explica el sacerdote Rubén Darío García Ramírez, director de los departamentos de Estado Laical y Lugares Eclesiales de la Conferencia Episcopal de Colombia.
“Viene a ayudarnos a que demos los pasos hacia una vida feliz, que es la razón de ser de nuestra vida. Eso está en Deuteronomio Capítulo 6 Versículo 18: amarás al Señor tu Dios con todo el corazón, con toda el alma y con todas las fuerzas. ¿Cómo tu vida se vuelve feliz, con tu esposo, tus hijos, tu familia? amando al Señor sobre todas las cosas”.
Agrega que hay que estar vigilantes porque hay tres tentaciones que no dejan ser felices: la del pan, que significa el sufrimiento por las seguridades de trabajo, el futuro de los hijos, el matrimonio. “Buscando seguridad entra la tentación de los miedos, de amores posesivos, de trabajo excesivo, y es lo que está destruyendo tantas vidas”.
No aceptar la historia es la segunda tentación, pues hay quienes no aceptan haber nacido en la pobreza, no aceptan a su esposa/o ni a sus hijos como son, no aceptan el trabajo que tienen; jovencitas que no aceptan los ojos ni los senos que tienen, ni la familia que les correspondió. “Por eso viene la baja autoestima, el no valorar la vida, el vacío”.
La tercera tentación es el apego al dinero, volver el dinero en el dios de la vida, idolatrarlo. “Estas tres realidades no nos dejan ser felices y se resumen en el yo, los afectos y los bienes. Lo fundamental de la Cuaresma es en qué viene a ayudarnos, pues nos da tres herramientas: la oración, el ayuno y la limosna”.
Para el sacerdote García Ramírez, hay que fortalecer la oración, porque la seguridad está en Dios; ayunar, que no solo es dejar de comer algo, también lo es, y dice que ayudaría mucho en estos tiempos de esclavitud del celular, ayunar de leer chats, de ver imágenes; ayunar de comprar cosas que no se necesitan en un centro comercial; ayunar de palabras. Y la limosna, que es para contrarrestar el apego al dinero.
“Hoy, cuando nos impongamos la ceniza, estamos dispuestos a que en estos 40 días nos vamos a dejar ayudar por Jesucristo en esas tres realidades. En el yo, para volvernos humildes, para bajarnos de la soberbia; en los afectos, para que podamos dejarnos amar y ser capaces de amar verdaderamente, y en los bienes, para que seamos capaces de compartirlos o superar el apego al dinero”.
No es para la suerte
El sacerdote Rubén Darío García Ramírez sostiene que la santa ceniza no es para tener buena suerte, ni para ganarse una lotería, o que si alguien no se la pone le va a ir mal. “Es la aceptación de que nuestra vida vuelva a ser más feliz, para que pueda amar más al esposo/a, a los hijos, a la familia, el trabajo que se tiene sin que se vuelva un ídolo tampoco; que sea capaz de trabajar para la vida, no la vida para el trabajo. Ese es el tiempo de Cuaresma, por eso nos da tanta alegría”.
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