ALEXANDRA SERNA
LA PATRIA | MANIZALES
La privacidad es lo que más extrañan los 130 estudiantes de las residencias masculinas Gabriel Soto Bayona que tuvieron que trasladarse hace dos meses a casas. La edificación que ocupaban, cerca al campus principal de la Universidad de Caldas, fue desocupada, luego de declararse en emergencia por problemas estructurales.
Antes cada uno tenía un cuarto, ahora deben compartirlo con hasta tres personas, como se observó en una casa en Palermo. No obstante, los estudiantes se sienten cómodos, pues las alcobas son amplias y dotaron las cocinas con estufas para que ellos se preparen sus comidas.
"Estamos felices. Es cierto que perdimos privacidad, pero se trata de convivir. Si un compañero tiene el televisor prendido y otro debe estudiar, le merma el volumen. En mi caso, cambié un teatro en casa por unos audífonos", relató Favier Pinto, estudiante de Biología y Química que lleva tres años en las residencias.
Los lunares
En la casa de Pedro Manuel Mendoza, en Palermo, viven 37 personas, aunque en vacaciones se quedarán unas ocho. Hay tres cuartos, pero tres no tienen puertas ni ventanas interiores, así que les tocó improvisar tapándolas con papel y colgando cortinas en las entradas. "Esas piezas estaban así cuando llegamos. La Universidad va a hacer las puertas, pero somos conscientes de que todo no sale de un día para otro", expresó el universitario.
Esto también sucede en algunas de las otras cinco casas donde viven los estudiantes. Hace falta hacer divisiones para que máximo queden dos personas por cuarto, o para que lo que eran salas o comedores queden independientes del flujo de los demás.
En otra casa en Palermo, con 12 personas, no hay nevera ni lavadora, así que compran los alimentos del día y lavan la ropa en otra vivienda de residentes. "Del Gabriel Soto Bayona nos pasamos por pisos, y a los del tercero nos dividieron en tres casas. Una quedó con la lavadora, y la nevera la estábamos gestionando desde el 2009, porque se nos había dañado. Hemos pensado en que cada uno ponga $15 mil para comprar una nevera de segunda", dijo Edwin Garcés.
Para subsanar estas situaciones líderes estudiantiles se reunieron con el vicerrector administrativo, Fabio Arias, y se determinó invertir 7 millones 700 mil pesos para realizar esas adecuaciones. Lilia Vargas, jefe de Bienestar Universitario, aseguró que la semana pasada se empezaron a hacer las divisiones y que lo que falta se atenderá en lo que resta de año.
La reestructuración
A los estudiantes también les preocupa que se retrase la reestructuración del edificio evacuado, que está al lado del velódromo. El Consejo Superior había aprobado financiar las obras con los excedentes de dos contratos con la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), traslado que ascendería a mil 166 millones de pesos.
En una carta, Darío Arenas, representante ante el Consejo Superior, y César Mosquera, presidente de las residencias masculinas, expusieron que apenas hace dos semanas la Universidad allegó la documentación completa para iniciar la liquidación de los contratos, que puede tardar cuatro meses. Si al tiempo se tramita la licencia de construcción, se correría el riesgo de que una vez se apruebe no haya recursos para empezar las obras, aunque en la reunión con el vicerrector se estableció garantizar por lo menos $700 millones para arrancar.
Ricardo Gómez, rector de la Universidad, sostuvo que la liquidación con la ANH se ha demorado porque la Contraloría General revisa todos los contratos de esa entidad y esto retarda el proceso. Dijo que por eso se busca otra fuente de financiación, las regalías, para lo que se tiene el respaldo del gobernador de Caldas, Guido Echeverri, y del Ministerio Nacional de Educación. "En las próximas semanas presentaremos el proyecto".
Agregó que el edificio se ampliará de 1.675 metros cuadrados construidos a 2.040, pues se mejorará la cafetería y se construirán una lavandería y una sala de estudio. El valor del proyecto es de 1.780 millones de pesos. "La meta es que entre ocho meses y un año se terminen las obras", concluyó.
Respondieron estudiantes residentes de la Universidad de Caldas:
Mauricio Garay, Filosofía
Soy primíparo en las residencias, pero sé que en el otro edificio había más privacidad. Nos han dotado con lo necesario.
Nelson Guapacho, Veterinaria y Zootecnia
Necesitamos más duchas, pues solo hay tres para 37 personas. Nos hemos adaptado, pues el beneficio que recibimos es muy grande.
Hurley Alexánder Castillo, Licenciatura en Educación Física
Hemos estado tranquilos. Se necesitan más divisiones en los cajones de la cocina y urgen en los cuartos.
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