Cero y van siete echadas a las garzas de árboles en Manizales

MARTHA LUCÍA GÓMEZ

LA PATRIA | MANIZALES

La casa que habían encontrado en árboles de San Marcel dejó de ser hogar para las garzas en Manizales. Autoridades reunidas en el Comité Aviario del aeropuerto La Nubia se vieron obligadas a espantarlas por seguridad de los pasajeros.

Estas aves, llamadas también bueyeras, salen entre 6:00 y 6:30 de la mañana a los potreros en busca de lombrices para alimentarse. Regresan a las 4:30 o 5:00 de la tarde y al hacer ese desplazamiento se cruzan en la pista del aeropuerto. “Es un riesgo, porque al chocar contra una aeronave la pueden dañar al irse al fuselaje, o si está en vuelo lo pueden tumbar como ha pasado en varios países”, explica Reinerio Cuartas, administrador de La Nubia.

Medidas

El Comité decidió despejar los nidos, retirar los huevos y los polluelos de los árboles de San Marcel para ubicar, hace 15 días, polisombras (malla protectora) que se ven desde la Avenida Alberto Mendoza.

“Estos animalitos quedaron desorientados, por eso están buscando los árboles cerca del aeropuerto, lo cual es un peligro y por ello hay que desplazarlos hasta sacarlos de la ciudad”, agrega Cuartas.

Las garzas se fueron para los árboles cercanos a donde termina la pista 1-0, a la entrada de Jardines de La Esperanza. Otra medida del Comité fue empezar a ahuyentarlas con pólvora para evitar que se asienten, fabriquen nidos y se multipliquen. Esto lo vienen haciendo todos los días entre 5:30 y 6:00 de la tarde, indica Cuartas.

El Comité Aviario se reúne el segundo martes de cada mes y está integrado por Alcaldía de Manizales, Gobernación de Caldas, Corpocaldas, Inspección de Policía, Sanidad Aeroportuaria, Bomberos, Procuraduría Ambiental y Emas.

Problema de ciudad

José Alcíber Ospina, secretario General de Inficaldas, dueño del Aeropuerto, dice que el tema aviario no es solo de La Nubia, es un problema de ciudad puesto que afecta la salud de quienes habitan alrededor de los asentamientos.

“La quema de pólvora se ha usado como medio disuasivo cuando hay mucho cruce de aves por la pista. Se utilizan voladores de 5 o 15 tiros (estallidos), con todas las medidas de precaución, con personal experto y con el apoyo de Bomberos y policía de La Enea”, afirma Ospina.

Seña que también cuentan con un ingeniero ambiental que trabaja con escuelas y colegios de la zona informando sobre el peligro que representan algunas aves para la aviación, como las garzas y las palomas, o dejar basuras en los alrededores del aeropuerto que son comida para los gallinazos.

“Las aves pueden hacer accidentar un avión, y son vidas humanas las que van adentro; también hay un riesgo en salud de las personas que están cerca de estos nidos, como ocurre con el conjunto San Marcel y la Clínica”.

Contrato para polisombras

Según Juan David Arango, director de Corpocaldas, contrataron con la Fundación proyecto Águila Crestada, cuyo representante legal es Santiago Zuluaga Castañeda, por $19 millones 500 mil para ubicar las polisombras y hacer el manejo de los garceros. El contrato es por tres meses, se inició el 19 de enero y termina el próximo lunes.

Choques

Reinerio Cuartas, administrador del aeropuerto La Nubia, indica que las garzas son inteligentes porque siempre buscan sitios poblados para dormir y procrearse, se sienten seguras con la bulla y la luz. A mediados de agosto del año pasado, La Nubia reportó que las garzas que anidaban en San Marcel chocaron, entre junio y julio, en cinco ocasiones con aviones.

Desalojos

2005 del parque José María Escrivá de Balaguer, del barrio Palermo.

2008 del barrio La Enea, les tumbaron los árboles donde habían anidado.

2012 del barrio Comuneros, tumban un árbol a la entrada del barrio.

2013 de Chachafruto, podan y tumban árboles para espantarlas.

2014 La Enea, las vuelven a sacar de árboles.

2015 La Pradera (Villamaría) y se inician labores para alejarlas de San Marcel.

2016 San Marcel, ubican polisombras para que no lleguen a ocupar los árboles de la zona.

Por qué hay riesgo

Óscar Ospina, profesional de Corpocaldas, ha indicado que las garzas ocasionan la muerte de los árboles en donde habitan y producen enfermedades respiratorias y digestivas por la trasmisión de parásitos.

José Vicente Rodríguez dijo para LA PATRIA en el 2005 que las garzas se consideran de actitud invasora y agresiva, pues desde la llegada al país, antes de los años 50 y provenientes de África, vienen colonizando diversos espacios paralelo con la expansión ganadera. Incuban sus huevos durante 25 días y los pichones dejan el nido a los 45 días.