Carros clásicos, cada parte tiene su historia

Margaret Sánchez

LA PATRIA | Manizales

La pasión es el combustible que alimenta el gusto de los manizaleños Andrés Ardila, Víctor Gabriel Arango y Alejandro Echeverri por los carros clásicos.

Los tres usaron esta palabra para expresar por qué invierten tiempo y dinero en restaurar una camioneta Chevrolet C10 de 1969, un descapotable Ford A 1928 y un Mercedes-Benz 450 SLC modelo 1977. 

El mecánico

Andrés Ardila es restaurador de carros y motos desde hace 17 años. Desde el 2005 tiene su taller Andy Vintage en el barrio El Bosque donde reconstruye vehículos clásicos y comerciales. “Me encantan los carros antiguos, por el contexto, el motor, los caballos. Montarse y revivir la época de cuando estaban en furor”.

Trabajó seis años en California (Estados Unidos) con carros clásicos americanos, donde son una cultura. Reconoce que en Colombia la restauración es una moda que está en aumento. “Ahora hay más posibilidades, porque los repuestos se piden por internet o se consiguen en redes sociales”.

Para él, los clubes de motociclistas y carros clásicos ayudan a que el gusto sea mayor, como los cerca de 80 conductores de motos Chopper que ruedan por Manizales.

Foto | Freddy Arango | LA PATRIA

Andrés cambió una moto Virago 250 de 1995 por esta Chevrolet C10 de 1969. Lleva año y medio en su restauración, espera tenerla lista en dos meses. Indica que ha invertido $30 millones.

Tenga en cuenta

El mecánico Andrés Ardila, de Andy Vintage, da algunos parámetros sobre la restauración:

* Definir qué es lo que quiere el dueño, cuál es la tendencia, para ajustarse a su proyecto.
- Hot rod: conserva las características originales. Los clubes de carros clásicos califican esto.

- Rat rod o ratas: su exterior es desgastado, pero motor, suspensiones, frenos y tapicería son nuevos.
- Frankenstein: con elementos originales de la marca y otros fabricados y réplicas.

* Inspeccionar qué partes sirven, cuáles se deben cambiar, restaurar y fabricar.
* Tener paciencia. El proceso puede tardar un año o más. Depende del sistema eléctrico, tapicería, láminas, pintura, motor, suspensión, frenos.
* En Andy Vintange, el cromado, la tapicería y las piezas torneadas se hacen en otros talleres de Manizales y Medellín. Por ejemplo, el cromado tarda un mes y ordenar las piezas a Estados Unidos, entre uno y dos meses.

* El presupuesto depende de los arreglos y repuestos que se requieran. Puede partir de $10 millones.
* Los latoneros deben tener la experiencia para moldear piezas en acero y hierro fundido y colado.

Foto | Freddy Arango | LA PATRIA
Hoy, Andrés y su equipo entregarán este Ford Mustang modelo 1965. Tuvo una inversión cercana a $20 millones en mantenimiento mecánico, tornillos y pintura.

El negociante

“No soy coleccionista, soy chatarrero. Lo arreglo, lo desbarato, le cambio las partes, lo pongo a funcionar y lo vendo”, señala Víctor Gabriel Arango Montoya, conocido como Vígamo. El gusto lo heredó de su papá, Augusto Arango Escobar, gomoso de las motos Harley-Davidson e inglesas.

Vígamo pasó del hobby al negocio hace 25 años. “Le dije a un amigo que quería el carro más viejo de Manizales. A los dos días, en Chipre, compré un DeSoto 1953, que le vendí a unos publicistas en Bogotá y luego salió en un comercial de Coca-Cola. De ahí me llené de carros viejos y raros”.

Asegura que a veces no obtiene ganancias y en otras ocasiones puede ir de $1 millón a $5 millones. Depende de la marca, el modelo y las reparaciones.

Víctor cuenta que vio en un programa de televisión de Estados Unidos un remate de un Ford 1928, como el que tiene en su garaje. En Colombia le ofrecen entre $40 y $50 millones, mientras que en EE.UU. pagaron $160 mil dólares ($462 millones).

Dice que en Manizales y los pueblos hay reliquias guardadas y él está en su búsqueda. Trabaja en su garaje en el barrio Alta Suiza, restaurando por su cuenta lo que más pueda.

Reitera que si los repuestos son originales, mejora el precio de venta, pero no se ata a ese requerimiento. “En Colombia somos ingeniosos, si no encuentro el repuesto, empieza a volar la imaginación. Por ejemplo, armé el emblema de BMW con una pieza de un sanitario”.

Foto | Freddy Arango | LA PATRIA

Vígamo en el Mini Cooper inglés de Mr Bean. Cuenta que lo encontró en un garaje de Palermo.

El detallista

El neurorradiólogo Alejandro Echeverri describe los carros como una enfermedad que él padece. Cuenta que a los ocho años soñaba con tener un Mercedes-Benz rojo de dos puertas. Hace tres años encontró un Mercedes-Benz 450 SLC rojo, versión europea, modelo 1977 y ahí empezó su hobby. “En Colombia solo hay 16 y yo tengo uno”.

Confiesa que el carro estaba a punto del desguace, pero logró mejorarlo.Alejandro muestra emocionado las plumillas en las farolas delanteras, el techo corredizo, la consola y el cenicero en madera, el sonido del motor, la antena automática del radio, los empaques de las puertas que consiguió en España o el emblema original que tardó casi un mes en encontrar.

“A mi mujer no le gusta, dice qué pereza ese carro viejo, que vive dañado. Para mí, es una diversión sana, que tiene sus gratificaciones cuando los ves progresar. Ese es el encanto”.
Sostiene que lo compró por $16 millones, le ha invertido $40 millones en restauración y que podría avaluarse en $100 millones. “No lo vendo, porque es una cosa de pasión, no los tengo por negocio y espero que no tenga que salir de él”, expresa.

El médico es de los que prefiere todo original, la última opción es mandarla a fabricar. “Primero hay que tener las otras cosas de su vida solucionadas, porque mantener y restaurar estos carros es costoso”.

Foto | Martha Monroy | LA PATRIA

Además de desfiles, Alejandro usa este clásico para ir a trabajar dos veces por semana o sacar a su hija de 7 años a dar un paseo.

En Manizales está el grupo CAR Cuchos, de clásicos, antiguos y réplicas. Tiene unos 60 miembros y participan en desfiles en municipios de Caldas.