Carboneros que siguen ardiendo con madera reciclada

FREDDY ARANGO

LA PATRIA | MANIZALES

En medio de unos sacos, baldes con agua y un arrume de madera, la familia Giraldo se aferra con sus manos y rostros tiznados a su carbonera artesanal. Un negocio que lleva 20 años echando humo en la finca Tejares el Vergel, en la vía antigua a Chinchiná.

Oscar Giraldo y su hijo, Jhon Jairo, queman madera reciclada para hacer carbón, allí reciben la madera desechada de demoliciones de casas en Manizales. Cuando es madera sola cobran $10 mil por recibir un viaje en camioneta y cuando es revoltura como esterilla y guadua, $20 mil.

De madera a carbón

El proceso de la carbonera empieza con un círculo sobre la tierra en guadua y se va formando una telaraña poniendo esterilla y luego la leña en forma de cono, cubriéndose con una capa de tierra. Durante una semana se dedican a vigilar y a apretar la tierra con palas, azadones y garabatos, para evitar que se filtre el humo y así el fuego avive hasta que la madera se convierte en carbón. 

La mejor madera para el carbón es la del palo de matarratón y de café, hay maderas que no sirven para el carbón entre esas la del balso.

Puertas ventanas y hasta tallas en madera forman montañas para luego ser convertidas en carbón.

El proceso termina con la zarandeada del material para luego ser empacado en bultos.

“Cuando cae agua la tierra se pone húmeda y es más manejable, pero cuando no cae agua, sale uno vuelto nada, tiznado, es mero polvo”, comentan los Giraldo.

Jhon Jairo a sus 43 años tiene que estar apelmazando la tierra durante el día y unas tres veces en la noche para evitar agujeros que ayudan a avivar el fuego y se pierda el trabajo.

Los Giraldo dicen que por recomendaciones de Corpocaldas tiene que reunir unos protocolos como tener una fumigadora de agua y las herramientas adecuadas.