MÓNICA FRANCO
MANIZALES | LA PATRIA
"Llegaron a ofrecerme hasta 10 mil dólares para ir a otro país a tener un bebé para otra familia", relata Sara, quien a sus 34 años ofertó su vientre en un foro virtual. Según ella, la necesidad la obligó a pensar en este negocio, pero se abstuvo de llevarlo a cabo por temor.
Como ella, cientos de mujeres ofrecen su vientre como sitio de arriendo para aquellas parejas que por diferentes razones no han podido tener hijos.
Sara vive en el barrio La Sultana, y es egresada de la Universidad Autónoma de Manizales. Fue madre a sus 23 años, hoy ya tiene dos hijos, de 11 y 2 años. Vive con sus abuelos y su mamá, y es quien responde económicamente por todos.
Hace un año su situación económica no era la mejor. "Pensé hasta en vender un órgano. Estaba dispuesta a todo. Después de inscribirme en lo del alquiler, recibí varias propuestas de México y España, pero me exigían viajar a esos países para tener al bebé. Me dio miedo que fuera trata de blancas, por lo que me abstuve", indicó Sara.
En Manizales no se tiene conocimiento de un centro de fertilización que permita este tipo de prácticas, según expresó el médico especialista en fertilización, Eduardo Rodrigo Henao Flórez, quien afirma que los médicos saben que la actividad es ilegal.
Según él, el alquiler de vientres o útero subrogado, como lo llaman los especialistas, se da más en países como Estados Unidos y en algunos europeos, donde la mentalidad es más abierta.
Aunque Sara no se aventuró a viajar, afirma que ya se está volviendo vieja para estar vigente en el "negocio", pues según ella la edad máxima para ser elegida por una pareja es 37 años.
"Me preguntaban mucho por mis antecedentes familiares, si tenía alguna enfermedad o si podía tenerla por herencia. Quienes contratan el servicio quieren estar seguros de que el bebé va a nacer bien", expresó Sara, quien agregó que si ahora le ofrecieran viajar, lo haría, pues a pesar de que la situación económica mejoró, le gustaría darle la alegría a una familia que no puede tener hijos.
Mamá por nueve meses
Otras mujeres han sido más atrevidas. La casa que tiene Adriana Monsalve en un barrio de Cali, la consiguió con el alquiler de su vientre. Su experiencia fue en octubre del 2011.
Al igual que Sara, puso su nombre, teléfono y correo en un foro virtual, en el que expuso sus mayores cualidades físicas para ser elegida.
A los tres meses la contactó una pareja española, quien le propuso la inseminación in vitro para concebir al bebé.
Después de aceptar, inició un largo período de exámenes que demostraban que era apta para el proceso.
"En mi caso los óvulos fueron de ella y los espermatozoides del papá. Yo sólo presté mi útero", indicó Monsalve.
Recuerda que al principio le insistieron para que viajara a España durante el tiempo de gestación, pero logró convencerlos y mostrarles que tenía una vida organizada y que todo iba a estar bien. "Vinieron cuando tenía cinco meses de embarazo para ver cómo iba. Cuando los bebés nacieron, regresaron y se quedaron casi dos meses", expresó Adriana.
Del embarazo nacieron dos varones. "A los dos meses nos dimos cuenta de que eran gemelos. Ellos se pusieron felices", comentó.
Adriana le dio la posibilidad a una mujer que tenía deforme el útero y que ya había tenido tres abortos seguidos de ser mamá por partida doble.
A la pregunta sobre el apego a los bebés, respondió que no podía negar que a la hora de que se los llevaron sintió un vacío, pero aclaró que era consciente de que tenía un trato y debía cumplirlo.
Desapego emocional
Mónica Restrepo Gómez, psicóloga clínica, resalta que el hacer tratos, como el alquiler de un vientre, influye en la parte emocional de las personas.
Piensa que la mujer que esté dispuesta a realizar el procedimiento, debe ser serena, clara, inteligente y coherente con sus planteamientos, para que a la hora de entregar al bebé haya un menor impacto.
"Cuando una mujer entrega a un bebé siente que da un pedazo de sí misma, así éste sea fruto de un acuerdo o negocio. Incluso pueden presentarse daños emocionales tan fuertes que se reflejan en cambios de conducta, síntomas de depresión o cambios en los hábitos alimenticios", indicó Restrepo Gómez.
La psicóloga agrega que quien lo haga, deberá tratar de racionalizar la situación, para que, en la medida de lo posible, no se creen vínculos afectivos con el bebé. Además, que las familias que contratan el servicio deben someterse a un acompañamiento de un terapeuta para que exista una orientación y no se creen vacíos emocionales.
Lo legal
Aunque no hay una norma clara que diga que en Colombia es ilegal alquilar el vientre,para el abogado Fernando Gutiérrez, no es legal porque va en contra de varios artículos de la Constitución de Colombia que velan por el bienestar de los menores.
"En el bloque de constitucionalidad, se contempla que los niños de corta edad no podrán separarse de su madre, salvo por circunstancias excepcionales", indicó Gutiérrez.
Estima que este es sólo uno de los varios artículos que se ven vulnerados cuando una pareja alquila un vientre para tener un bebé.
Gutiérrez pone de manifiesto los artículo 42 y 44 de la Constitución que dicen: "... La familia es el núcleo fundamental de la sociedad. Se constituye por vínculos naturales o jurídicos, por la decisión libre de un hombre y una mujer de contraer matrimonio o por la voluntad responsable de conformarla..." y "Son derechos fundamentales de los niños... tener una familia y no ser separado de ellos", lo que lleva al abogado a ratificar que aunque no es algo explícito, cuando una mujer tiene a un hijo, que en teoría no es de ella, se violan las necesidades y los derechos de un menor de permanecer con su madre biológica.
Una publicación del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar reconoce que el alquiler de vientre en Colombia no está regulado, pero tampoco está prohibido expresamente, pero que "se necesita de una regulación exhaustiva y del cumplimiento de ciertos requisitos y condiciones".
Una historia diferente
Harvey es un colombiano radicado en Estados Unidos. Se casó con una mujer que ya tenía un hijo. Después de casado, su esposa quedó en embarazo dos veces, pero en ambas ocasiones perdió al bebé. El hombre de 37 años decidió buscar la manera de ser papá, lo que lo llevó a internet. Comenzó a contactar a varias mujeres que ofrecían el servicio de alquiler de vientre, aún sabiendo que su esposa se oponía.
Hubo varias ofertas, pero le pedían más de 20 mil dólares, el dinero no le alcanzaba. "Me llamaban mujeres de Chile, Perú, México a ofrecerme los óvulos y también a plantearme la posibilidad de tener relaciones sexuales conmigo para ahorrar lo de la inseminación", indicó.
A los tres años de haber desistido, Harvey conoció en uno de los foros virtuales a una mujer que ofrecía el servicio. Entablaron conversación y por cosas de la vida hoy son esposos y él ya es padre de una bebé.
Con el especialista
Eduardo Rodrigo Henao Flórez, especialista en fertilidad y director del instituto de fertilidad Inser, expresó que la inseminación artificial debe hacerse sólo para mujeres que lo necesitan y que desean tener un hijo.
Explicó que la palabra in vitro viene de poner los óvulos y los espermatozoides en una incubadora a una temperatura específica para fecundar.
Henao Flórez explicó cómo se hace la inseminación artificial:
1.Estimulación ovárica controlada: se estimulan los óvulos de la mujer con droga especial para garantizar el crecimiento.
2. En caso de que el hombre no tenga espermatozoides (sea infértil) debe haber un donante, si el padre está en condiciones se hace con el esperma de él.
3. Los óvulos se extraen de la madre, se llevan a laboratorio de in vitro, en donde se ponen en contacto con los espermatozoides, para que el óvulo sea fecundado.
4. A los cinco días el embrión se forma.
5. Cinco días después la mujer debe realizarse una prueba de embarazo para saber si el tratamiento fue exitoso.
Nota: El doctor explicó que en caso de que la mujer tenga ligadura de trompas, pero el útero está bien, tendrá que haber una donante de óvulos.
El dato
Según el director de Inser, instituto especializado en la fertilización, en siete años de estar en el Eje Cafetero han nacido 400 bebés por inseminación artificial, pero contrario a los procesos de alquiler de vientres, ha sido con los mismos padres que se someten a este tipo de proceso.
El 50% se da por la infertilidad de las mujeres
El 40% por la infertilidad de los hombres
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