Adultos mayores no le temen al coronavirus, pero sí a la falta de alimentos

Laura Cristina Cardona Patiño

LA PATRIA | Manizales 

El cartel de fondo verde con una zapatilla dibujada es la última señal que indica que la casa de Orlando Ruiz es también una zapatería. Como ya no tiene remiendos ni suelas por pegar, pasa el día escuchando radio o tomando el sol en la cera del garaje donde ha vivido por 20 años.

Ha sobrevivido por el mercado que tiene guardado, ninguno de sus vecinos se manifestó para ayudarle y no tiene familia en quien apoyarse. Calcula que sus provisiones le van a durar hasta el viernes. Tiene 66 años y hace parte del programa Adulto Mayor. Su bono llegará el martes.

No tiene miedo de su vulnerabilidad frente al virus, “de algo nos tenemos que ir de este mundo, con coronavirus o sin él”. Tampoco tiene miedo de salir, el martes estuvo en la Galería y compró Coldemonte y Chamarro, sus remedios caseros para bajar el colesterol. Son su única opción porque la medicina que le recetaron vale 700 mil pesos.

Independientes

En un segundo piso del barrio San Jorge, en la carrera 19 con calle 48, viven tres hermanos. El menor tiene 54 años, la mayor, 75. Reinaldo Murcia Rodríguez, vendedor de dulces en la carrera 22 del barrio San Jorge, tiene 66 años. Se siente tranquilo en el encierro. Como también se siente tranquilo cuando sale por las compras.

Se pone un tapabocas antes de salir, las tiendas por su casa están cerradas, por lo que debe salir a lugares más comerciales a buscar los alimentos. Planea ir hoy a la Galería a comprar verduras para el mes. “Voy en la mañana. Aquí cojo el bus y aquí me deja. No me demoro”, dice que no le gusta comprar verduras en su barrio porque no encuentra variedad.

Los tres hermanos se acompañan en medio del aislamiento. No tienen familiares que les ayude con las comprar o en caso de otra eventualidad. En ellos el virus tampoco parece ser motivo de alarma, la prudencia está en el lavado de las manos, pero la salida por las compras es imposible de parar.