EFE | LA PATRIA | Ginebra
408 niños han muerto y 2.500 han resultado heridos por los bombardeos del Ejército israelí sobre Gaza, según Unicef.
"El número de niños asesinados durante esta operación militar es de 408 y ha superado el de niños asesinados durante Plomo Fundido", la anterior ofensiva de Israel entre 2008-2009, en la que 350 menores murieron, según nuevos datos aportados en la tarde por Unicef.
Ironside señaló que no hay electricidad y que no funcionan los sistemas de agua potable ni de saneamiento en el territorio palestino, por lo que el peligro de aparición de enfermedades transmisibles y de diarrea es inminente.
"Hay que tener en cuenta el tamaño de la franja de Gaza, son 45 kilómetros de largo por entre 6 y 14 de ancho...no hay una sola familia que no haya sido directamente afectada por alguna pérdida", agregó.
"La destrucción es total. Han usado armamento horrible que provoca terribles amputaciones. Y esto ha pasado frente a los ojos de los niños, que han visto morir a sus amigos, a sus padres", indicó la funcionaria internacional.
Traumas
"Tengamos en cuenta que un niño o una niña que tiene siete años ha pasado ya por tres ofensivas, la de 2008-2009, la de 2012 y la de ahora. Imagínense el impacto que ello puede tener tanto en los más pequeños como en los que ya entienden lo que eso significa", afirmó.
"Hay gente que no ha tenido acceso al agua por varias semanas, ya se han detectado problemas de piel y tememos que aparezcan casos de diarrea, lo que solo llevaría a más muertes de niños", dijo.
Ironside se refirió al hecho de que 142 escuelas en Gaza, incluyendo 89 de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), han sido dañadas por los bombardeos israelíes, y no olvidó los ataques directos a tres colegios de la ONU.
"Y no podemos construir más escuelas, porque no hay tierra disponible pero sobre todo porque no tenemos material de construcción por la restricción a la que la franja es sometida por las autoridades israelíes", explicó la funcionaria de Unicef, quien lamentó que esa política haga que los trabajadores humanitarios pierdan horas en negociaciones burocráticas en vez de hacer su trabajo de asistencia.
"Debemos establecer un nuevo sistema para poder reconstruir todo lo destruido. Por eso un alto el fuego no es necesario, hay que acabar con el bloqueo al que Israel somete a Gaza", urgió.
Recordó que se necesitarán "cientos y cientos de millones de dólares" para reconstruir lo que ha sido destruido dos veces, "aunque esta vez ha sido peor que las otras dos juntas".
"¿Quién pagará la factura? ¿De nuevo la comunidad internacional, o será la fuerza ocupante que ha perpetrado la destrucción?", se cuestionó.
Preguntada sobre qué le puede pasar a un menor de Gaza a partir de ahora, dijo que el futuro de cualquier niño en la franja "es desalentador".
"Nadie debería sorprenderse de que algunos niños palestinos quieran tomar una vía más extrema. Es nuestra responsabilidad evitar que esto pase", concluyó.
Silencio y devastación
Gaza/Jerusalén. Gaza recobró ayer por primera vez en un mes el silencio, después de que entró en vigor un alto el fuego de 72 horas que ha permitido a sus habitantes ver el grado de devastación en las calles tras la retirada de las tropas israelíes. Los combates tocaron finalmente a su fin en la mañana tras 29 días de sangrientos enfrentamientos, devolviendo un alivio momentáneo rodeado de enorme escepticismo a ambos lados de la frontera, después de que antenoche en El Cairo se anunció que las partes se avenían al enésimo intento de cesar las hostilidades.
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