Efe | LA PATRIA | Brasilia
Un escándalo de un supuesto tráfico de influencias en el Gobierno brasileño causó la sexta renuncia en seis meses en el gabinete del presidente Michel Temer. Con ello salpicó al mandatario y envalentonó a la oposición, que se plantea solicitar un juicio político en su contra.
La nueva crisis estalló con la dimisión del ministro de la Secretaría de Gobierno, Gedder Vieira Lima, hombre de la mayor confianza de Temer y que fue acusado ante la Policía Federal por el exministro de Cultura Marcelo Calero de someterle a presiones ilegales para resolver asuntos personales.
Según Calero, la presión apuntaba a que levantara el veto a la construcción de un edificio de 30 pisos en Salvador en el que Vieira Lima compró un apartamento sobre planos.
El proyecto no fue autorizado por el Instituto de Patrimonio Histórico y Artístico Nacional (Iphan), que depende del Ministerio de Cultura, y Calero atribuyó a esas maniobras de Vieira Lima su propia dimisión, presentada el pasado viernes.
La crisis se agudizó después de que la prensa local informó de que Calero grabó algunas de las conversaciones que tuvo sobre el caso con Vieira Lima, y también con Temer, lo que llevó las sospechas al propio despacho presidencial.
De comprobarse ese extremo, "estaría configurado un delito de responsabilidad", que es como la Constitución brasileña define las causas que pueden llevar a la destitución de un mandatario, afirmó.
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