EFE | LA PATRIA | Kiev
Ucrania inició ayer una nueva campaña de movilización militar entre su población para intentar doblegar la resistencia de los rebeldes prorrusos, que aseguraron haberse hecho con el control del aeropuerto de Donetsk.
Unos 50.000 reclutas se incorporarán a filas en los próximos tres meses, el grueso de los cuales serán enviados a zonas aledañas a las regiones orientales de Donetsk y Lugansk, donde los insurgentes controlan menos de la mitad del territorio.
El objetivo principal es desmovilizar a los soldados ucranianos que combaten a los milicianos desde mayo pasado, en un conflicto que ha costado más de un millar de bajas a las fuerzas gubernamentales.
Con todo, según el mando militar ucraniano, sólo entrarán en combate aquellos reclutas que "estén henchidos de patriotismo" y físicamente preparados para hacer frente a los más experimentados milicianos y mercenarios prorrusos.
Estudiantes, diputados, sacerdotes y padres de familia numerosa no serán llamados a filas, pero sí pueden serlo los hombres y mujeres entre 18 y 40 años, aunque éstas últimas serán incorporadas sólo de manera voluntaria, según los medios ucranianos.
Debido al estallido de la sublevación prorrusa, el Gobierno de Kiev introdujo de nuevo el servicio militar obligatorio, por lo que la renuncia a ser llamado a filas puede ser castigada con la cárcel.
Los separatistas consideran que la movilización es una flagrante violación de los acuerdos de paz de Minsk, donde ambas partes acordaron en septiembre pasado un alto el fuego, además de comprometerse a replegar el armamento pesado.
Mientras, ninguno de los dos bandos guarda ya las formas y la última tregua, suscrita el 9 de diciembre, es papel mojado, como queda de manifiesto en que los combates se han propagado desde el aeropuerto de Donetsk a casi toda la región y también a la vecina Lugansk.
Los rebeldes anunciaron que se han hecho con el control de las instalaciones aeroportuarias, reducidas prácticamente a la ruina, y de la localidad aledaña de Peski.
Reunión
En medio de la escalada del conflicto, los ministros de Exteriores de Ucrania, Rusia, Alemania y Francia, el conocido como formato de Normandía, acordaron celebrar hoy consultas en Berlín.
Según el ministro alemán de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, el objetivo es "evitar una reactivación del conflicto militar y una nueva escalada política entre Kiev y Moscú".
El jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, acudirá a la cita después de que la Cancillería acusara a Ucrania de poner en peligro el diálogo con su decisión de lanzar una nueva ofensiva contra las posiciones rebeldes.
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