EFE | LA PATRIA | WASHINGTON
Como famoso de los reality shows y como presidente de EE.UU., Donald Trump, mantiene una relación de codependencia con la prensa, a la que considera "enemigo del pueblo" en una respuesta visceral a sus críticas, pero a la que utiliza para movilizar a su base electoral.
Trump ha incrementado sus ataques a los medios en los últimos meses en un intento calculado para movilizar a los votantes republicanos de las zonas rurales que suelen votar en menor proporción que la oposición demócrata en las elecciones legislativas, que se celebrarán en noviembre.
Aunque intenta dosificar sus exabruptos, Trump a veces pierde el control y, cuando ve algo que le indigna en televisión, acude a Twitter para responder con una avalancha de mensajes a lo que considera las críticas injustas de los "medios de comunicación falsos" ("fake news").
Otros antes que Trump atacaron a la prensa. El expresidente Richard Nixon (1969-1974) cuestionó la credibilidad de The Washington Post que destapó el escándalo del Watergate, mientras que el desdén por los medios de George H.W. Bush (1989-1993) inspiró el mensaje "Molesta a los medios, vota por Bush" durante su campaña para la reelección 1992.
Sin embargo, ningún mandatario antes que Trump había dedicado tanto tiempo a programas de televisión y enviar mensajes en Twitter.
El periodista Michael D'Antonio explica en su biografía de Trump "Never Enough", publicada en 2015, que el presidente tiene una relación de codependencia con la prensa: él necesita la aprobación de los periodistas, al mismo tiempo que los medios acuden a él para generar audiencia.
Según el periodista, en la década de los 70, Trump comenzó a buscar la atención de la prensa y logró captarla con sus fiascos inmobiliarios y sus apariciones televisivas, incluido el concurso El Aprendiz que le hizo famoso en la pequeña pantalla.
Trump ha roto con los parámetros tradicionales de la retórica política de EE.UU. y ha llevado a la Casa Blanca los peores instintos del popular género de los "reality".
Según sus críticos, en su presidencia creó The Donald Trump Show, caracterizado por declaraciones que buscan constantemente la confrontación, el insulto y la exaltación de lo soez.
En su "show" particular, Trump señala a la prensa como su archienemigo, atacando a los periodistas más que a la oposición demócrata.
Ha luchado contra la prensa a nivel personal burlándose de la minusvalía de un periodista o del aspecto de otra, como cuando en julio del 2017 dijo que había visto a la presentadora del canal MSNBC Mika Brzezinski "sangrar profusamente por un estiramiento facial".
De forma individual Trump señala a los reporteros que publican información crítica, pero también ataca el estatus de la prensa de EE.UU. como cuarto poder y desafía su labor de "perro guardián", llegando a considerar que los medios son "el enemigo del pueblo estadounidense".
También llega a animar a sus seguidores a insultar a la prensa presente en sus mítines con gritos como "CNN apesta" o "fake news" (noticias falsas).
El editor del diario The New York Times, A.G. Sulzberger, se reunió en julio con Trump para explicarle que su lenguaje era peligroso y había forzado al diario a colocar guardias armados en sus oficinas ante el incremento de amenazas.
La respuesta de Trump fue más insultos, más confrontación y reiterar en Twitter que la prensa era el "enemigo del pueblo".
Esos insultos supusieron un punto de inflexión y ayer la respuesta de los medios de EE.UU. fue abrumadora: 300 diarios publicaron editoriales en los que comparan a Trump con un "charlatán" y alertan del efecto contagioso que podría tener su retórica para los periodistas en otras partes del mundo.
Al respecto, Trump escribió ayer en su cuenta de Twitter que "no hay nada que quisiera más" para Estados Unidos que "la verdadera LIBERTAD DE PRENSA".
"El hecho es que la prensa es LIBRE para escribir y decir todo lo que quiera, pero gran parte de lo que dice son NOTICIAS FALSAS, impulsando una agenda política o simplemente tratando de dañar a la gente", señaló en esa red social.
Además, Trump aseguró que los "medios de Noticias Falsas son el Partido de Oposición".
The Boston Globe, fundado en 1872 e impulsor de la iniciativa, hizo hincapié en la libertad de prensa, protegida en la primera enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, pero vulnerada por Trump.
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