Angela Maria Arbeláez
LA PATRIA | Grecia
Cinco horas en las que Francisco vivió de cerca el drama de la catástrofe humanitaria más grande desde la II Guerra Mundial y el Holocausto, enviando un claro mensaje al mundo entero de "solidaridad y esperanza" y un llamado de atención a una Europa central que casi ha cerrado sus puertas y dado la espalda a la humanidad.
Francisco, arribó al aeropuerto de Mitiline, en su vuelo de Alitalia a las 10:15 a.m., un poco antes de lo programado. Fue recibido por Alexis Tsipras, Primer Ministro de Grecia, el patriarca Ecuménico Ortodoxo Bartolomé y el arzobispo de Toda Grecia y Atenas, Jerónimos.
Cristianos que huyen
Sin embargo al encuentro con el Papa en Lesbos no pudieron llegar varios de los migrantes cristianos, mínimos en número, que lograron arribar a las costas de Grecia antes del acuerdo del 20 de Marzo. Merry Hamoui Haddad huyó de su patria chica, la ciudad de Alepo, en Siria, dejando atrás parte de su familia. Desde que logró salir de Lesbos es alojada en uno de los campamentos de refugiados de Grecia central, en Termopilas, y espera con agonía que se le "conceda asilo en alguna nación europea para poder salvar a su hijas y esposo" . A veces se arrepiente de no "haberse embarcado en este largo viaje sin sus hijas" nos dice. Merry llorando nos imploró que le transmitamos al papa su petición de ayuda.
Cecile, oriunda de la República Camerún en África central, madre de 2 niños de 5 y 7 años, también quería ver al papa. Con su bello acento francés nos dice " Yo se que si le viera nos ayudaría. Soy cristiana y verle me daría fuerza" Esta mujer de piel de ébano, fue liberada del campo de detención de Moria hace unas semanas.
Y es que la primera parada del papa Francisco tenía que ser al el Centro de detención de Moria, donde al día de hoy aloja a 3 mil 142 migrantes, provenientes de Siria, Iraq, Pakistán, Bangladesh, Afganistán, República Dominicana, entre otros. Ellos esperan ser devueltos a Turquía o continuar su viaje con el estatus de refugiados. "No están solos, no pierdan la esperanza", dijo ante las miles de personas detenidas.
Rodeado por el patriarca Bartolomé y el arzobispo Jerónimo, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, Jorge Mario Bergoglio dijo: “Todos sabemos por experiencia con qué facilidad algunos ignoran los sufrimientos de los demás o, incluso, llegan a aprovecharse de su vulnerabilidad”.
El papa pronunció su primer discurso después de haber recorrido el centro de detención y barricadas donde escuchó los testimonios, el llanto y hasta el agradecimiento de varios centenares de refugiados, seleccionados previamente, entre ellos 150 menores.
“Hemos venido sencillamente para estar con ustedes y escuchar sus historias”.
Francisco en su discurso reconoció lo dramático de la situación. “Muchos de ustedes se vieron obligados a huir de situaciones de conflicto y persecución, sobre todo por el bien de sus hijos. Conocen el sufrimiento de dejar todo lo que se quiere y, quizás lo más difícil, es no saber qué les deparará el futuro. Son muchos los que, como ustedes, aguardan en campos o ciudades con la esperanza de construir una nueva vida en este continente”.
“Esperemos que el mundo preste atención a estas situaciones de necesidad”. El papa Francisco, acompañado de los Jerarcas Cristianos, almorzó con un grupo de detenidos en Moria, como un gesto de humildad y lejos de las cámaras. “Muchos de los refugiados que se encuentran en esta isla y en otras partes de Grecia están viviendo en unas condiciones críticas, en un clima de ansiedad y miedo, a veces de desesperación, por las dificultades materiales y la incertidumbre del futuro”, recalcó Francisco.
Grecia solidaria
Pero el papa también alabó a los habitantes de Grecia: “Ustedes han demostrado que en estas tierras sigue latiendo el corazón de una humanidad que sabe reconocer por encima de todo al hermano y a la hermana”. Recordó que los migrantes, antes que números son personas, son rostros, nombres, historias de vidas. Por desgracia, algunos, entre ellos muchos niños, no han conseguido ni siquiera llegar. "Han perdido la vida en el mar, víctimas de un viaje inhumano”.
Y es que la memoria del terrible naufragio del 28 de octubre, en las costas de Molyvos en Lesbos, Grecia, aún está fresca en los habitantes de esta Isla. Aquel día cientos de cuerpos, de niños, ancianos flotaban cerca a las playas de esta ciudad costera, vistiendo de luto a toda la Isla y Europa entera.
En la declaración conjunta suscrita por Francisco, el patriarca Ecuménico ortodoxo Bartolomé y el arzobispo de toda Grecia, Jerónimo, “los tres líderes religiosos piden a las comunidades religiosas que reciban, asistan y protejan a más personas", y a todos los estados que "extiendan el asilo temporal, ofrezcan el estado de refugiados a quienes son idóneos, incrementen las iniciativas de ayuda y trabajen con todos los hombres y mujeres de buena voluntad por un final rápido de los conflictos actuales". “Esperemos que el mundo preste atención a estas situaciones de necesidad trágica"
Compasión
" Viajamos acá para mirarles a los ojos, para escuchar sus voces y apretar sus manos. El mundo no les olvidó. Aquellos que les tienen miedo, no les miraron a sus ojos, a sus rostros, no vieron a sus niños" dijo en su discurso el patriarca Ecuménico Bartolomé.
Esperanza
El viaje apostólico a Lesbos, si bien estuvo cargado de tristeza y amargura por su objetivo, también representó una oportunidad de salvación para las tres familias de refugiados elegidas al azar y que viajaron con el papa a Roma. Un gesto que no estaba en los planes de esta visita.
Francisco abordó su jet acompañado de 12 Sirios de tres familias, cuyos hogares fueron bombardeados y están en búsqueda de asilo en Europa, según informa el vocero del Vaticano, el Reverendo Thomas Rosica. Seis menores, y sus familias de confesión musulmana, serán ahora responsabilidad del Vaticano.
Peregrinos
Ante la llegada del papa, un poco más de 100 católicos de las Islas cercana como Qios, Tinos, Siros y Lesbos se atiborraron en el puerto de Mitiline para verlo. Si bien es cierto que el papa no pudo hablar con cada uno de ellos, el pontífice saludo a un grupo de siete niños que le obsequiaron flores.
Agonía
Las deportaciones a Turquía se reiniciarán en pocos días, y la agonía de los casi 54 mil migrantes estancados en Grecia continúa, pero el eco y mensaje de esperanza y solidaridad del papa Francisco, patriarca Bartolomé y arzobispo Jerónimo sin duda alguna hará eco.
Mientras tanto las tres coronas de flores arrojadas en memoria de los náufragos del mar Egeo por los líderes religiosos flotan en las aguas de Mitiline.
Ahmad,14, Ahmad Tamin Pakar,16, Ahmad hasim Pakar,10, Najla Pakar,12, descansen en Paz. La barca maltrecha en la que viajaba esta familia afgana desde Turquía, desapareció en las aguas del mar Egeo el 28 de octubre del 2015.
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