La izquierda radical griega de Syriza trata de conjurar los temores a una posible salida de Grecia del euro, eventualidad popularmente llamada "Grexit", con la promesa de que si gana las elecciones del próximo domingo trabajará por asegurar la permanencia del país en la Eurozona.
"Gobernaremos para asegurar la permanencia de Grecia en la Eurozona", afirmó ayer el líder de Syriza, Alexis Tsipras, en rueda de prensa hoy en Atenas.
Aún así, reiteró su oposición a los dos memorándum de medidas de austeridad firmados por el anterior gobierno Griego y la Comisión Europea a cambio de sendos paquetes de rescate por un valor total de 240.000 millones de euros.
"La solución para Grecia está en Europa. Y esta solución debe defenderse. Y cuantos más apoyen el punto de vista europeo, más se beneficiará la totalidad (de la Eurozona) y nuestra patria", afirmó el principal contrincante de Syriza, el conservador Andonis Samarás.
El partido de Samarás, Nueva Democracia (ND), que recibió el apoyo del presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, pretende aprovechar la "oportunidad" que ofrece la ayuda al sector bancario en España para "renegociar" las condiciones del memorándum para Grecia.
Con todo, Samarás rechaza las medidas propuestas por Syriza ya que, en opinión de un asesor, llevarán a Grecia fuera del euro.
Sin embargo, Tsipras dijo ayer que estos rumores y amenazas son parte de una "campaña para aterrorizar al pueblo" que procede de aquellos que "quieren permanecer en el Gobierno" después de haber llevado a Grecia "a la bancarrota".
"Los que especulan son los partidos que nos llevaron a la bancarrota, los banqueros que temen perder el control de los bancos que ellos mismos llevaron a la bancarrota y los representantes de la corrupción política", criticó.
Para Tsipras, quien pone "en peligro la permanencia de Grecia en la Eurozona" es el actual "sistema corrupto", en referencia a ND y al socialdemócrata Pasok, los partidos que han dominado la política griega de los últimos 38 años.
La crisis empieza a frenar actividades
Además, el joven líder izquierdista advirtió que si Bruselas sigue exigiendo la aplicación del acuerdo de austeridad, incluso tras un triunfo de su partido, "significará que la UE no reconoce la democracia".
"Una Europa sin democracia no tiene futuro político, tampoco credibilidad. Una Europa sin Grecia estará culturalmente inválida", afirmó el líder izquierdista.
Es del "interés" de todos los socios europeos evitar la caída de Grecia, afirmó Tsipras, puesto que la crisis ya "hierve en todos los países del Sur europeo y después se extenderá a Europa Central".
"Estamos muy contentos de que cada día más responsables políticos admitan que la austeridad no es la solución", sentenció poniendo como ejemplo del "cambio" de opinión en Europa el que "España haya obtenido ayuda sin necesidad de un memorándum".
Las elecciones del próximo domingo llegan en un momento en que la escasez de fondos comienza a notarse en la vida diaria.
Numerosos hospitales se quejan de la imposibilidad de comprar medicamentos y otros materiales porque el Estado no paga los fondos que les adeuda y muchas farmacias sólo suministran medicamentos previo pago.
Igualmente, el Gobierno interino planea una inyección de urgencia de al menos 40 millones de euros a las compañías eléctricas estatales a fin de evitar un corte energético.
Lo mismo ocurre con la compañía estatal de gas, que en los próximos días debe abonar al menos 155 millones de euros a sus suministradores en Turquía y Rusia.
Por otro lado, en las últimas semanas varias sociedades de seguros dejaron de asegurar las exportaciones a Grecia por temor a impagos, lo que repercute en el abastecimiento de un país que importa buena parte de sus productos básicos.
En esta situación, la fuga de depósitos bancarios continúa siendo un problema y, según el diario Kathimerini, desde que comenzó junio se ha retirado entre 100 y 500 millones de euros diarios.
Más de 20 hoteles de la región de Ática han cerrado desde el comienzo de la crisis económica. En la foto se lee "cerrado para siempre" en las persianas del Hotel Esperia Palace de Atenas.
El Parlamento egipcio elige Asamblea Constituyente
El Parlamento egipcio votó ayer para elegir a la asamblea de 100 miembros que deberá redactar la nueva Constitución del país, aunque las fuerzas liberales y laicas volvieron a boicotear su formación con el argumento de que los islamistas pretenden monopolizarla.
Esta sesión mixta bicameral, celebrada en un centro internacional de conferencias en El Cairo, es un nuevo esfuerzo por formar una Asamblea Constituyente después de que la justicia invalidase en abril un intento anterior que también fue boicoteado por los laicos.
"Quiero agradecer a los políticos que han llegado a un acuerdo sobre las normas para elegir la asamblea", afirmó en la inauguración el presidente de la Cámara Baja, Mohamed Saad Katatni, dirigente del Partido Libertad y Justicia (PLJ), afín a los Hermanos Musulmanes.
Katatni hacía así referencia al consenso alcanzado la semana pasada por la Junta Militar y los partidos para designar a los integrantes del comité tras meses de parálisis.
Sin embargo, los grupos liberales y laicos se retiraron y volvieron a acusar a las fuerzas islamistas, que dominan tres cuartas partes del Legislativo, de pretender imponer sus candidatos.
El Partido Socialdemócrata suscribió un comunicado junto a las principales fuerzas liberales como los Egipcios Libres o el Tagamu, al que se unieron también diputados del Wafd (tercera fuerza del Parlamento) y los partidos que representan al antiguo régimen de Hosni Mubarak.
"Los firmantes de este comunicado se han visto obligados lamentablemente a retirarse de la sesión en protesta por la falta de un consenso que garantice a la sociedad su derecho a la elaboración de la Constitución de manera equilibrada y que represente a toda la sociedad egipcia", señaló la nota.
Para los partidos liberales -que se oponen a los dos grandes fuerzas parlamentarias, el PLJ y el salafista Al Nur-, los islamistas tan solo quieren "hacer prevalecer sus intereses y cálculos sobre el interés público".
Cada diputado tuvo que elegir a 100 candidatos, más 50 de reserva, para formar parte de la Asamblea Constituyente, de entre 1.300 aspirantes posibles, según la televisión estatal egipcia.
Según el acuerdo alcanzado la semana pasada, 39 de los miembros de la asamblea deberán pertenecer a grupos políticos; mientras que veintiuno serán personalidades que representen a las mujeres, los jóvenes y los cristianos.
El resto se dividirá entre jueces, juristas, instituciones religiosas -la suní Al Azhar y la Iglesia Copta- y sindicatos.
Mientras, la Junta Militar que todavía dirige de manera interina Egipto, aseguró hoy que garantizará la limpieza de la segunda vuelta de las presidenciales, prevista para los próximos sábado y domingo, y reiteró que mantiene la equidistancia respecto a los candidatos.
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