Susana Samhan
Efe | LA PATRIA | Beirut
De Alepo a Deraa y de Deir al Zur a Tartús, Siria se enfrenta a unas elecciones presidenciales que no van a ser iguales en todas partes, ya que el conflicto ha creado circunstancias distintas en cada ciudad, e incluso entre barrios de un mismo municipio.
Y es que el próximo martes no todos los colegios electorales abrirán sus puertas porque solo habrá votación en las zonas bajo control del régimen de Bachar al Asad; un hecho que ha suscitado las críticas de los opositores, que ponen en cuestión la legitimidad de los resultados de unos comicios en tiempos de guerra.
En declaraciones a Efe por teléfono, una fuente del Gobierno de Damasco resta importancia al hecho de que no se pueda votar en todas las áreas, porque "el 70 % del territorio sirio está en manos de las autoridades".
De hecho, la fuente destaca que habrá elecciones en todas las provincias menos en Al Raqa, ya que "está tomada por Al Qaeda".
En ciudades partidas en dos como Alepo, dividas en distritos dominados por el régimen y la oposición, el Gobierno defiende que los ciudadanos en zonas rebeldes podrán cruzar libremente a los barrios progubernamentales y votar mostrando su carné de identidad.
Sin embargo, esta posibilidad se antoja un tanto complicada debido a los combates y los bombardeos de la aviación militar, que se han intensificado en la última semana.
División
Un panorama bien distinto es en la capital, Damasco, donde apenas se han registrado enfrentamientos en su interior en estos tres años de conflicto y las medidas de seguridad son extremas, "aunque siempre han sido así", apunta la fuente.
Lejos de Damasco, en un rincón del norte de Siria, un sitio que no verá una sola urna electoral es el pueblo de Jan Shijun, en manos de los rebeldes, que esta semana se hicieron con el control de todos los puestos del régimen, que mantenía cercada la población desde hace casi dos años.
El director del Centro de Información insurgente de esta localidad, Ozman al Jani, explica a Efe por internet que Jan Shijun es casi un municipio fantasma, porque la mayoría de sus 80.000 vecinos se han desplazado por la violencia.
"La gente no puede permitirse ahora pensar en unas elecciones porque lo más importante para ellos es conseguir provisiones para sobrevivir", lamenta Al Jani.
Según datos del Ministerio del Interior, el 3 de junio los más de 15 millones de electores llamados a votar podrán hacerlo en 9.601 centros repartidos por la geografía siria, donde se colocarán 11.776 urnas.
Un ambiente muy diferente se vive en la costa siria, donde Al Asad espera cosechar un gran número de votos en sus feudos tradicionales, Tartús y Latakia, donde se concentra la minoría alauí, secta a la que pertenece el mandatario.
En Latakia, los preparativos para la jornada electoral "están por encima de cualquier descripción", dice a Efe por internet Rana, una joven activista opositora residente en la capital.
Con o sin actos electorales, enfrentamientos o bombardeos, Siria se aboca el próximo martes a unos comicios, en los que previsiblemente el presidente Al Asad, en el poder desde el 2000, será reelegido para un nuevo mandato de siete años.
Según datos del Ministerio del Interior, este martes los más de 15 millones de electores llamados a votar podrán hacerlo en 9.601 centros repartidos por la geografía siria, donde se ubicarán 11.776 urnas.
Bachar al Asad, el jefe de Estado actual, busca lograr un tercer mandato, en medio de un conflicto que lleva más de 38 meses.
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