Efe | LA PATRIA | Beirut
Un informe sobre el uso de armas químicas en Siria, encargado por la ONU, demuestra que el Gobierno retiene información crucial que podría ayudar a identificar a los responsables de los ataques, afirmó Human Rights Watch (HRW).
En un comunicado, la ONG explicó que el mecanismo de investigación conjunta de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) y la ONU concluyó en su cuarto informe que las fuerzas gubernamentales sirias emplearon agentes químicos en un ataque en la provincia norteña de Idleb en marzo del 2015.
La nota recuerda que en otros documentos anteriores el equipo investigador alcanzó la misma conclusión sobre otros dos ataques el mismo año y en el 2014.
Falta información
HRW destaca que los expertos de la ONU y la OPAQ identificaron las unidades militares responsables de los vuelos relacionados con esos bombardeos en los que se emplearon sustancias químicas, pero señalaron la falta información y que el Gobierno de Damasco no ha respondido a las cuestiones.
El responsable de asuntos de la ONU en HRW, Louis Charbonneau, opinó que hay pruebas crecientes de que el Ejecutivo sirio trata de forma deliberada de bloquear que sus fuerzas rindan cuentas por los ataques químicos y de desbaratar la investigación encargada por la ONU.
Charbonneau consideró que esto no debería impedir que "el Consejo de Seguridad imponga sanciones contra dirigentes (sirios) de alto nivel en la cadena de mando, que, como mínimo, dejaron que esto ocurra".
Según el documento, las autoridades sirias aseguraron que revisaron los datos sobre los planes de vuelo y operaciones aéreas, pero no proporcionaron ninguna información a los investigadores, después de negar que la poseían.
HRW subrayó que esos datos son "cruciales" para identificar a los autores de los ataques con el fin de que rindan cuentas y para que se les impongan sanciones, como primer paso.
El Gobierno de Damasco afirma que estas acusaciones no están basadas en ninguna prueba tangible y no reflejan ninguna objetividad ni precisión.
La nota del ministerio sirio reafirma su compromiso con el cumplimiento de sus obligaciones con la Convención de Armas Químicas. Siria se adhirió en octubre del 2013 a esa convención, que prohíbe la producción, el almacenamiento y el empleo de este tipo de armamento, incluido el gas cloro, un producto industrial que puede utilizarse como arma.
Rusia se mostró de nuevo en contra de imponer sanciones por el uso de armas químicas en Siria al considerar que las conclusiones de esa investigación no son lo suficientemente claras.
"Creemos que no hay pruebas para ninguna gran acción punitiva", dijo el embajador ruso ante la ONU, Vitaly Churkin, en respuesta a los repetidos llamamientos de países como Francia y el Reino Unido a sancionar a los responsables.
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