EFE | LA PATRIA | QUITO
La orden de prisión y pedido de captura contra el expresidente ecuatoriano Rafael Correa generó ayer un incidente diplomático luego de que los mandatarios de Bolivia y Venezuela advirtieran de una supuesta persecución judicial contra los líderes progresistas de la región.
El Gobierno de Ecuador presentó sendas protestas por las declaraciones de los presidentes Evo Morales y Nicolás Maduro en apoyo a Correa, con quien conformaron, durante su mandato entre 2007 y 2017, la denominada corriente del Socialismo del Siglo XXI.
El canciller ecuatoriano, José Valencia, presentó "notas formales de protesta" y llamó a los embajadores de Venezuela y Bolivia en Ecuador para que expliquen las declaraciones de sus presidentes.
"Rechazamos solicitud de la Fiscalía de Ecuador de prisión preventiva contra el expresidente de ese país, Hno. Mashi Rafael. Denunciamos politización de la justicia ecuatoriana e injerencia de EE.UU. en intención de encarcelar a un inocente. Estamos contigo Hno. Correa ¡Venceremos!", escribió Morales en su cuenta de Twitter.
El presidente de Venezuela no dudó en comparar lo de Correa con las acciones judiciales contra la expresidenta argentina Cristina Fernández y el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.
El canciller Valencia calificó ambas declaraciones como un "intento de campaña de desprestigio contra la institucionalidad democrática de Ecuador".
Y exigió respeto a la división de poderes e independencia entre las funciones del Estado, que rige en Ecuador y dijo que por ello el país ha tomado acciones diplomáticas.
También el portavoz de la Presidencia ecuatoriana, Juan Sebastián Roldán, reclamó respeto y recalcó que la justicia de su país actúa de manera independiente.
"El respeto por quien piensa diferente forma parte de las libertades que ha recuperado nuestro país bajo el liderazgo del presidente Lenín Moreno", añadió Roldán y puso en el tapete la discusión sobre el alejamiento del actual Gobierno con el de Correa, pese a que ambos fueron aliados en el pasado.
Moreno fue vicepresidente de Correa y llegó a ser el mandatario del país aupado por su antecesor, aunque nada más llegado al poder se distanciaron.
Ambos han protagonizado un duro, permanente y acalorado rifirrafe, Moreno acusando a su antecesor de dejarle una economía en deuda y Correa tildando a su sucesor de traidor a la Revolución Ciudadana, el proyecto de izquierdas que iniciaron en 2006.
En ese campo, el exmandatario, que reside en Bélgica desde poco después que dejó el puesto a Moreno en mayo de 2017, ha sido blanco de denuncias judiciales, pero fue la que presentó el exsambleísta Fernando Balda, sobre el supuesto intento de secuestro en 2012, la que llevó a Correa a la situación actual.
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