LA PATRIA | MANIZALES

A un sujeto en Riosucio le dieron una condena de 22 años de prisión por abusar sexualmente de su hijastra, de 13. La sentencia fue del Juzgado Penal del Circuito de ese municipio.

Todo ocurrió desde el 12 de marzo de 2019 hasta los primeros días de febrero del 2020, en zona rural, dentro de una casa donde habitaban varias personas, entre ellas el sentenciado y la menor víctima.

El abusador aprovechaba los momentos de soledad con la adolescente, tanto en la vivienda como en los caminos aledaños, para desnudarla y accederla. Incluso esto ocurrió cuando ella veía televisión. Eso se repitió varias veces, hasta que la afectada le contó esos episodios a su progenitora, quien de inmediato se trasladó hasta el CTI para instaurar la denuncia.

El 22 de enero del 2021 aprehendieron al hombre, en audiencias no aceptó cargos y le dieron medida de aseguramiento intramural. Tras el juicio, la semana pasada se leyó la sentencia contra el agricultor, de 33 años.

Celos

El condenado, se dijo en juicio, celaba a la menor. Incluso una vez intentó agredir con machete al novio de la adolescente y le exigió no acercarse más a ella. La niña quiso salirse del colegio, pues no quería que ese señor se metiera en sus cosas.

“Quien debe irse de la casa es él, pues lleva tiempo abusando de mí”, le dijo la menor a la mamá, quien sorprendida con esa confesión decidió denunciarlo. La adolescente se estaba cortando las manos e indicaba que deseaba fumar marihuana ante su situación.

A su abusador lo consideraba como un padre hasta el momento de causarle daño. No podía verla en compañía de ningún amigo, le prohibía cualquier relación. Tras el primer abuso le echaba chocolatinas y cartas al bolso, dulces que luego les regalaba a sus amigas del colegio.

El sujeto le decía que estaba enamorado de ella, que le gustaba mucho, pero la adolescente respondía que eso debía decírselo era a la mamá y este argumentaba que ella ya no le gustaba.

La víctima expresó que no le contó a la madre, porque sabía que no le creería. Los abusos ocurrieron, según la afectada, entre 15 y 20 veces.

“Debe tenerse en cuenta que el trabajo del señalado lo ocupaba la mayor parte del día, llegaba a casa a altas horas de la noche para descansar, restando la posibilidad de cometerse el delito, dado que muchas ocasiones la menor era acompañada por su mamá y hermanas”, defensa del condenado.