Geovanny Martínez
LA PATRIA | Manizales
El manizaleño Germán Jaramillo confiesa que se hizo actor gracias al Festival Internacional de Teatro (FIT).
Recuerda que a comienzos de la década del 70 visitaron durante el certamen las principales personalidades del teatro en el mundo, lo que influenció a su generación y particularmente a él a ingresar a las artes escénicas. Este año el FIT lo homenajeará por su trayectoria de cerca de 40 años ininterrumpidos en las tablas.
Tiene el récord de haber interpretado durante 20 años y con cerca de 3 mil funciones a Agustino Landazábal, protagonista de La Agonía del Difunto, clásico del Teatro Libre, compañía que fundó junto a Ricardo Camacho a quien conoció en 1968 en Manizales durante una edición del FIT. Dos años después de graduarse del Colegio San Luis Gonzaga viajó a Bogotá a estudiar economía y se encontró de nuevo con Camacho. Acompañados por German Moure, Jorge Plata, Hernán Pico y Héctor Bayona revolucionaron las artes escénicas en el país con el Teatro Libre.
"Llegue al teatro por estar ligado a organizaciones políticas y sindicales. Pertenecía a una generación soñadora que las soluciones no se conseguían por la vía armada, sino por la vía de las ideas. Fue también una forma de expresar mi descontento político y también por azar".
Como economista trabajó muy poco tiempo, pero nunca abandonó la economía, porque fue el gestor del modelo financiero del Teatro Libre que aún sigue vigente y está por celebrar sus 40 años de fundación. Hoy vive en Nueva York, donde fundó el ID Studio Theater NYC y del que es director artístico. Ha realizado, entre otros proyectos, una trilogía de Juan Rulfo, que incluyó la adaptación de los cuentos Paso del Norte.
En Manizales además de recibir el reconocimiento del FIT se presentará con Rey Lear, de William Shakespeare, adaptada y dirigida por Hugo Hiriart. La obra se podrá ver el próximo domingo en el Teatro Los Fundadores en doble función.
- ¿Cómo comparar el Festival Internacional de Teatro con el Iberoamericano de Bogotá?
Son festivales distintos. En Bogotá es casi una feria del teatro internacional para una ciudad y un publico más diverso, más acostumbrado a los espectáculos internacionales. El de Manizales conserva un estilo muy propio que sus organizadores han defendido su permanencia y estabilidad con mucho coraje y cada vez con más prestigio internacional. Es un festival sui géneris al que todas las compañías del mundo quisieran venir.
- ¿Por qué se ha ido hacia otras líneas artísticas como el musical que está haciendo en Pereira?
No, tiene que ver mucho con el trabajo que hago en Nueva York y también con el que hecho en mi vida como actor.
En Estados Unidos mi trabajo es con comunidades no involucradas fácilmente en la vida social. Trabajo con inmigrantes y actores norteamericanos que más que desvalidos son menos atendidos, y el musical que estoy haciendo en Pereira es sobre una novela de Bernardo Arias Trujillo que cuenta la historia de una aldea de esclavos que eran prófugos pertenecientes a los ejércitos del general Mosquera. Conseguían su libertad gracias a su trabajo. Con esta obra le estoy cumpliendo el sueño a Mario Calderón Rivera a quien le debo mucho personalmente y le tengo un inmenso cariño y gratitud por todo lo que hizo por nosotros en el Teatro Libre
- ¿Por qué el circo se ha metido tanto en el teatro?
A mí parece muy interesante, el que más me gusta es el ligado al rito, a la ceremonia, seguramente por mi formación religiosa, esas misas solemnes en los colegios y las procesiones de la Semana Santa me parecían actos teatrales. La iglesia le debe mucho al teatro en el rito, en la forma de la relación entre el auditorio y el sacerdote que ejecuta la eucaristía. El circo busca inyectarle al teatro vida, vigor, sacarlo quizás de los recintos donde la gente ya no va y ponerlos en la calle o en grandes escenarios. También ha sido una forma de teatro acrobático, de trapecistas en gran parte del teatro medieval. No me parece que hay una intromisión, es una forma de atraer el interés de los niños. El teatro tiene un solo deber y es no ser aburrido.
- ¿Qué tanto se justifica que el conflicto armado siempre este inmerso en las obras de teatro colombianas?
Como decía Lenin, si uno no se mete con la política, la política se mete con uno. Es imposible que en un país tan convulsionado como Colombia, que lleva 50 años de guerra civil, no haya sido permeadas las artes en todas sus formas. Es una realidad social de la que nadie puede hacer caso omiso, cuando el arte se vuelve temático, se vuelve poco interesante, se agota rápidamente. Sin embargo, el teatro que veo en Colombia siempre está buscando sus raíces, nuevas temáticas, un actor más completo que sea acróbata, cantante, bailarín, la idea total del espectáculo.
- Aún existe en el país cierto prejuicio en contra de dedicarse al teatro, ¿a qué cree que se deba eso?
Antes el teatro era considerado el arte de las M: marica, mamerto y marihuanero, eso desprestigió a mucha gente que aspiraba ser actor, pero eso ha cambiado con la creación de las escuelas de formación de actores.
- Usted se desnudó en México en la presentación de Rey Lear, ¿también lo hará en Manizales?
Yo no me desnudé, fue Rey Lear, eso es arte. Eso no constituye nada especial, es solo una escena. La obra es la historia de la vejez, de la perdida del poder, de la desilusión, de un tránsito en un purgatorio muy profundo y muy hondo en el que el alma se renueva antes de perecer, ese desnudo no tiene carácter de desafío, el personaje lo hace porque no quiere tener nada que lo relacione con su pasado.
- ¿Viene a Manizales frecuentemente?
No. Fui hace tres años porque mi mamá murió, allá viven mis hermanos. Vivo en Nueva York básicamente, son razones de trabajo las que me traen a Colombia, siempre existe la nostalgia, de alguna forma el trabajo que hago en Pereira tiene que ver con mi relación con esta región. No lo hice en Manizales porque el cumpleaños es en Pereira.
El Festival Internacional de Teatro de Manizales homenajeará este año a cuatro personas, tres de ellas ya fallecieron, el único que está vivo es el actor Germán Jaramillo. Los demás son Jorge Vargas director y fundador del Teatro Taller de Colombia; Carlos Ariel Betancur, exdirector del FIT, y Luz María Jaramillo Ayerbe, exvicerrectora de la Universidad de Caldas.
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