LA PATRIA | MANIZALES
Desde un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, salió Alfonso Quijano despojado de su armadura, empuñando un delgado trozo de madera (que le valía de espada) y cubriendo su cuerpo con una traslúcida túnica blanca que dejaba ver su delgadez.
Tropa Teatro, compañía de Pereira, se sumergió en el clásico de Cervantes para estudiar a ese Caballero de la triste figura, pero no desde el legendario Don Quijote, sino desde el hombre, desde Alfonso, y para ello se adentró en su mente confundida. El resultado: Quijote, el espejo del hombre.
Todo transcurre en una habitación y es ahí en donde el actor Róbinson Cardona le da vida a Alfonso y a su vez al Quijote. El actor también introdujo a otros personajes como Sancho que, con su lenguaje popular, se adentra en un mundo real e irreal.
Este Quijote tiene acento español y habla de la libertad, del valor de la palabra y de la justicia, pero también se transforma en una marioneta de la cual Sancho puede sacar de su cabeza los libros de caballería, que lo han desquiciado. Este mismo recurso es utilizado para dar a conocer a Dulcinea, esa doncella que El Quijote quiere alcanzar, pero que su imaginación hace que se fragmente.
El público que asistió ayer y el sábado al Teatro El Galpón pudo darse cuenta de que la música en esta obra no es decorativa, sino creada por los mismos actores, que además son músicos, quienes se valieron de acordeones, cajas, guitarras y clarinetes para narrar la dramaturgia.
Quijote, el espejo del hombre, no utilizó efectos especiales para hacer volar la imaginación. El trabajo actoral de los artistas fue suficiente. Róbinson, por ejemplo, ladeó su cuerpo, alzó y estiró una pierna seguidamente para luego empezar a bufar como un caballo y transformarse en Rocinante. Igualmente lo hizo Jóhnathan Rodríguez, quien le dio vida a Sancho, a su burro (Rucio) y a otros personajes.
Los asistentes rieron con esta versión del Quijote y, en medio de la obra, no se supo si lo ocurrido fue un recuerdo o un sueño que es resultado de la agonía de Alfonso Quijano.
Mirada del director
Alonso Mejía Román, director artístico de la Asociación cultural Tropa Teatro de Pereira, expresó que El Quijote de la Mancha es una obra que ha resistido la cronología porque, según él, es una obra elaborada de manera formidable por un arquitecto de la escritura.
"Empezamos a investigar sus alucinaciones, sus deseos, secretos, anhelos, miedos y llegamos a la conclusión de que ese señor (Alfonso) nunca salió de su habitación, que ese Hidalgo estuvo tan lleno de libros que es posible que todo haya sucedido en su cabeza y entonces nos aferramos a esa idea y hacemos el quijote desde un cuarto".
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