La Plaza Alfonso López fue la pista de baile o el espacio alterno elegido ayer por la compañía mexicana Barro Rojo para presentar su obra Amor, perfume, ausencia... Boleros del alma. En el escenario improvisado rodeado por transeúntes, quienes se quedaron a observar la puesta en escena, se desarrolló el montaje que trató de mostrar las relaciones vertiginosas y el amor intenso de los jóvenes.
A partir de la música y las melodías que escucharon los padres y abuelos, los jóvenes que estaban como espectadores conocieron la forma de amar de esas generaciones que los antecedieron. A través de la danza los seis actores, cuatro hombres y dos mujeres, se encontraron con sus amores, adioses, pasiones, dolores y alegrías a partir de canciones como Lágrimas Negras, Piensa en mí y Paloma Negra.
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