Rubén Darío Zuluaga Gómez*
Vuelve el Festival como cada año a la ciudad de Manizales y gracias al tesón de sus programadores. Pero extraño que en su inauguración se habló de Medellín y no de Manizales. Está bien que se hable de la ciudad invitada al Festival, pero pareciera que la ciudad anfitriona importara poco o fuera invisibilizada por alguna razón. Además, mucho más raro aún que el homenajeado sea el grupo de teatro Matacandelas de Medellín y no presente ninguna de sus muchas obras en el Festival, siendo como es ¿o era? uno de los mejores grupos de Colombia. Tampoco se mencionó a Ramiro Tejada(q.e.p.d), de Medellín, crítico asistente a los últimos 30 festivales; personaje incomodo y polémico, que no era afecto al cerrado círculo de la Junta Directiva del Festival. Estará en la eternidad mofándose de todos ellos.
En sentido general el Festival es la muestra de lo que pasa teatralmente en algunos países, y reunirlos a todos en Manizales ya es un evento importante para los locales y por supuesto para los visitantes en esta época. Desde el discurso de inauguración su director anunció el gran tema del Festival, El amor, ¿cursi, light, romanticismo trasnochado? La intención es loable para un país en guerra soterrada y quién podría estar en contra de semejante slogan. Ingenuo, pero bien.
Es reiterativo el déficit presupuestal del Festival año tras año y el editorial del periódico La Patria lo dijo el día de su inauguración: “Es la tozudez de un grupo de personas que se compromete con mantener esta actividad, desde entender que es importante para la ciudadanía y, a pesar de las afugias presupuestales, este grupo de manizaleños se la juega por mantener el espectáculo”. Es decir, el Festival se debe a un puñado de insignes ciudadanos con gran valor cívico y amor por el teatro. La pregunta es: ¿Por qué solo un puñado de amorosos ciudadanos luchan por el Festival? ¿Qué pasa con el resto que no son tan amorosos? ¿Será que solo un puñado tiene sentido de pertenencia? O será que el resto de la ciudad no ama el Festival, lo disfruta por costumbre. ¿Qué haría la ciudad, no la Junta Directiva, porque el Festival se mantuviera 50 años más? Buenas preguntas para el Festival más antiguo de Latinoamérica.
La danza sigue siendo un espectáculo de masas, propio para una inauguración; evento comprendido por todos, disfrutado masivamente, pues ahí está la música y ella entretiene de entrada; además, el movimiento de los cuerpos siempre llama la atención, así muchos espectadores se sientan engañados, pues van al teatro a ver historias contadas tradicionalmente, es decir, personajes que dialogan entre sí y resuelven dilemas, contradicciones: a veces a partir de tragedias o con eventos cómicos que permiten el disfrute, el goce a partir de los ridículos o absurdos de las situaciones.
Foto/Festival de Teatro de Manizales/Papel Salmón
Solicitudes del grupo Kulunka teatro de España.
Esta versión 51 constata la necesidad del público de un teatro tradicional, de fábula, de cuento e historia que pueda ser comprendido racionalmente, es más, los espectadores necesitan temas elementales, que de manera univoca diga cosas a los espectadores; por ello espectáculos como Solitudes y Quiero decir te amo, fueron de una gran aceptación y recibimiento por parte del público, tanto viejos como jóvenes se dejaron seducir por historias obvias, melodramáticas y elementales.
Solitudes del grupo Kulunka teatro de España. Obra de teatro gestual, de mascara expresiva, cuenta la historia de un anciano que se resiste a morir y durante 85 minutos, sin una sola palabra, mantienen la atención de una sala totalmente copada. La historia del viejo no tiene nada de extraordinaria, al contrario, todo es recurrente y sabido; sin embargo, la potencia del gesto y su expresividad, le aportan a la historia una sutil y entrañable empatía con el público.
De la misma manera, Quiero decir te amo del grupo Humo Negro de Argentina, representa una historia sencilla de amor, nada convencional, pero elemental. Esta historia solo reproduce verbalmente unas cartas que se envían dos mujeres que terminan siendo amantes, obviando un marido invisible y que es el motivo primero de amor. Aquí el teatro está fundamentado en la palabra, contenido en el gesto; la puesta en escena genera gran conexión con todos los públicos y el amor es el protagonista.
Foto/Festival de Teatro de Manizales/Papel Salmón
Grupo Humo Negro de Argentina.
No daré hijos, daré versos, del grupo La Morena de Uruguay. Obra que representa a Delmira Agustini, poeta asesinada por su exmarido en 1914 y que a partir de tres puntos de vista, pone en escena de manera magistral La Morena.
En general sigue siendo el teatro dramático, la historia convencional, con la que los espectadores se identifican, pues al parecer el nuevo teatro llamado Posdramático, es una moda que aún no se instala en nuestros escenarios. Este nuevo teatro, más explorado en las académicas, representa búsquedas y experimentalismos que aún no cunden en los teatros independientes. Vivir de la taquilla o ser invitados a los festivales del mundo, requiere de los grupos hacer obras mercadeables.
Foto/Festival de Teatro de Manizales/Papel Salmón
Grupo La Morena de Uruguay.
El llamado cono sur de América sigue siendo la región que envía un teatro más desarrollado, no experimental, sino elaborado sobre presupuestos estéticos muy definidos. Es una forma muy depurada, donde se puede ver el teatro en toda su esencia; no se ven actores y actrices tratando de hacer teatro, se ve teatro. Obras como, No quiero hijos, quiero versos y Bakunin Sauna, demuestran un juego inteligente con la ironía y el sarcasmo, la sátira política y la parodia de la realidad en sus aspectos ideológicos o pragmáticos. Este teatro siempre nos reconcilia como espectadores con el arte, pues siempre asumen al observador como un ser inteligente: juegan, critican, hacen humor y en general ofrecen un banquete de formas donde la palabra y todos los lenguajes escénicos se integran para hacer historias de interés público y de gran contenido teatral.
Foto/Festival de Teatro de Manizales/Papel Salmón
Historia Patria (no oficial) del Teatro Petra.
Sobre historia nacional Teatro Petra nos ofrece su Historia Patria (no oficial), obra de gran formato que recrea un tema poco recurrente en la escena colombiana. Esta es una independencia muy al estilo Rubiano, quien demuestra su destreza como dramaturgo, actor y director. Como es obvio no podía faltar la Boba, la Patria y la Marcela, quien entre chistes y palabrotas hizo reír un público acostumbrado a Sábados Felices; con desparpajos reiterativos y flojeras coloquiales, de las que abusan, en medio de la aceptación general de un público poco exigente y permisivo. ¿Va en declive Teatro Petra aplicando su fórmula del éxito en el Festival?
Foto/Festival de Teatro de Manizales/Papel Salmón
Algo en Fuente ovejuna de la Unam de México.
Mexico nos trajo Algo en Fuente ovejuna de la Unam, una historia muy a la colombiana, con narcotraficantes e historias de violencia política que dejó al público muy dividido entre simpatizantes y detractores de tales expresiones del realismo ramplón, lugares comunes ausentes de metáfora y poética.
Mar del grupo los Andes de Bolivia, recrea de manera muy conmocionante y nostálgica su imposibilidad de acceder al mar y la muerte de la Madre Patria a la que traslada en cenizas hacia mar abierto.
Foto/Festival de Teatro de Manizales/Papel Salmón
Bakunin Sauna del grupo de teatro El Galpón de Uruguay.
También entraron en diálogos dos obras, Bakunin Sauna venida del Uruguay, del grupo El Galpón y La Secreta obsenidad de cada día del ensamble entre los grupos Teatro Inverso, Punto de Partida y Huron Teatro de Manizales. En la obra de Marco Antonio, cuando Carlos Marx y Sigmund Freud conversan sienten la necesidad de volver al mundo de hoy, en el cual han sido abandonados y tal vez sean necesitados con urgencia. En Bakunin, los viejos anarquistas hacen un robot que representa al personaje y lo traen a la actualidad a actuar en contra del capitalismo. Obvio que todos estos personajes son caricaturescos, inútiles en estas épocas que creen haber superado el humanismo y las filosofías, en aras de los negocios y la productividad.
Foto/Festival de Teatro de Manizales/Papel Salmón
Grupo callejero Koken.
Vale la pena reconocer la programación callejera, la única que le da la posibilidad al hombre y mujer de la calle de acceder a las poéticas de las Artes escénicas: payasos, malabares, espectáculos visuales. No fue muy amplia la programación, pero valga un reconocmiento sincero a los artistas de la calle, otro es su compromiso con el arte y la comunidad. Ellos vienen de algunos países extranjeros, de Colombia y muy especialmente de Manizales, donde hay un movimiento muy importante que se la juega por otras poéticas.
De Manizales hubo una importante muestra con algunos de los grupos emergentes y con la ausencia del grupo Actores en Escena, grupo automarginado del Festival, lamentablemente, pues es nuestra más importante proyección internacional y quien entre algunos otros tiene más que merecida su participación en el evento. El Festival es una fundación privada que decide caprichosamente a quien invitar y a quien no. ¿A eso se referirán en la editorial de La Patria cuando escriben: Es la tozudez de un grupo de personas? Es un grupo cerrado y cada vez se cierra más en la ciudad.
Foto/Festival de Teatro de Manizales/Papel Salmón
Grupo de teatro callejero Circodelia Circus.
Sin embargo, fueron algunos grupos invitados de Manizales y Caldas, como para tener una pequeña muestra en la sala de Confa: La Luciernaga teatro y Teatro invisible con La razón blindada, I-cono teatro con Diatriba de un hombre contra una mujer, Chicos del jardín con El nuevo traje del emperador y Compañía teatral Guiar de Supia Caldas con la obra Tocados de luna. Y en teatro de calle: La orilla del viento de X2 teatro y Xingu, Narraciones espontáneas de la imprevista historia de Koken, Splash de Circodelia Circus, Hijos de la niebla de Circo Manizales y La fiesta de los miserables de Caza Retasos.
Foto/Festival de Teatro de Manizales/Papel Salmón
Grupo de teatro callejero Circo de Manizales.
Este año se consolidó una Muestra Alternativa al Festival, de gran importancia e incluso con un invitado internacional, muchos invitados nacionales y muchos más locales. Es de la única manera que la fiesta teatral es completa y donde los invitados son la mayoría. La muestra alternativa es la reacción pertinente de los grupos excluidos caprichosamente por el Festival. Todos los festivales invitan a sus amigos, por el famoso: Yo te traigo, tú me llevas. Eso pasa en Bogotá y es una manera de hacer justicia con los que no están en la rosca, con los que no pertenecen a los circulos de amigos de los directores de festivales o de juntas directivas.
*Docente Universidad de Caldas.
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