Matteo Moneta y el documental sobre Gauguin

Sergio Villamizar Dussan*

Un artista que de un momento a otro decidió dejarlo todo para seguir su inspiración primitiva que lo llevó a reinventar el dolor occidental y traducirlo en arte. Así fue el pintor francés Paul Gauguin, quien es el protagonista de la historia de Gauguin en Tahití. El paraíso perdido, el documental cuyo guionista y creador es Matteo Moneta.

Foto/Cine Colombia/Papel Salmón

Chicas bretonas bailando en el puente Aven. 1888.

Un poco de historia

El 1 de abril de 1891 Paul Gauguin abandonó Marsella a bordo del barco Océanien con destino a Tahití, Polinesia. Tenía 43 años y ese día marcó el inicio de un viaje que lo llevaría al lado opuesto del mundo civilizado, en busca de los albores del Tiempo y del Hombre.

Gauguin (1848-1903) permanecería en los Trópicos casi sin interrupción hasta su muerte: 12 años pasaron desesperados y febrilmente buscando autenticidad, profundas inmersiones en la exuberante naturaleza, sentimientos, visiones y colores, cada vez más puros y brillantes; finalmente aterrizando en un Jardín del Edén que a veces podía ser cruel, pero que lo convirtió en uno de los mejores pintores de la historia, de aquellos cuya fuente de inspiración fue una musa en el extranjero.

Gauguin no pudo liberarse de sus propios orígenes y de las ambiciones y privilegios del hombre moderno. Después de todo, era un ciudadano de un poder colonial: pintaba entre palmeras, pero sus pensamientos estaban dirigidos a las personas de Occidente. Una paradoja que se reflejó en el destino de su trabajo, ya que sus pinturas hoy se guardan en los principales museos internacionales donde cada año millones de personas se detienen frente a esos lienzos de Tahití, soñando con ese espacio paradisíaco, un lugar silencioso entre la multitud.

Matteo Moneta, guionista y creador del documental Gauguin en Tahití. El paraíso perdido, habló sobre este artista y la creación del documental.

Foto/Cine Colombia/Papel Salmón

Parau na te Varua ino (Palabras del diablo) 1892.

Rumbo al paraíso

Hay muchas cosas que se saben sobre Paul Gauguin. ¿Qué es lo que la gente no esperaría del artista?

Hay muchísimas cosas que la gente no sabe, creo que la película provee muchas anécdotas en este sentido, incluso tuvimos que dejar muchas cosas afuera por la cantidad de información que había. Creo que las personas no saben que fue pobre y el gran sacrificio que hizo para poder hacer su arte. Por otro lado, creo que era una persona muy egoísta. Era una persona muy compleja y creo que eso va a encantar a los espectadores. No se sabe mucho es sobre que fue el primer artista globalizado. Fue capaz de trabajar en el otro lado del mundo, pero siempre estuvo conectado con la pintura vanguardista, pero también la clásica. Tenía un pie en París y el otro en Tahití.

Gauguin ha sido criticado porque se casó con niñas muy pequeñas y tuvo relaciones sexuales con ellas. ¿Cómo hicieron para toca este tema en el documental?

Hablamos mucho del tema cuando estábamos investigando para comenzar a hacer el documental. No queríamos hacer como en las otras películas que se han sacado sobre Gauguin que escondían este tema. Por ejemplo, cuando recreamos el amor que tenía con la Tehamana, con su primera esposa que tenía 14 años, usamos una niña de Tahití de esa misma edad. No queríamos esconderlo, pero al mismo tiempo no queríamos juzgar con los ojos de las personas que viven en 2019, así que le preguntamos a historiadores qué significaba para un hombre de esa época casarse con una niña tan pequeña. Los historiadores nos dijeron que la edad legal para que una niña pudiera contraer matrimonio eran los 12 años aproximadamente. Con esto comprobamos que en las colonias esa era la ley y que Gauguin siempre estuvo dentro de la ley. No queríamos juzgar con la sensibilidad que hay hoy en día en cuanto a estos temas, pero no lo queríamos esconder tampoco. Lo dejamos para que el público saque sus propias conclusiones.

¿Cómo mostraron el paraíso de Gauguin, además de mostrar sus pinturas?

Intentamos, en términos de la filmación, tratamos de buscar esos lugares en donde estuvo Gauguin y filmar con la modernidad de hoy. La cultura sigue ahí y sigue siendo hermosa. Sigue estando conectada con lo que Gauguin encontró. Buscamos la belleza de sus pinturas en la vida real, así que pudimos conectar estas dos dimensiones.

¿Cree que Gauguin realmente encontró el paraíso que buscaba?

Le preguntamos eso a muchas personas (risas) mientras hacíamos la película. Creo que encontró el paraíso, pero no era enteramente bueno, porque también tuvo malos momentos. Fue muy pobre y en una época también estuvo muy enfermo y triste. Creo que para cualquier otro ser humano la vida no hubiera sido tan caótica, pero era Gauguin y para él todo era más grande. Incluso el mismo paraíso era más grande que el paraíso de muchos.

¿Qué pintura usaría para introducir a alguien que no conoce el trabajo de Gauguin?

Creo que las pinturas que hizo en Tahití son maravillosas y hermosas. Creo que hay dos que realmente me gustan mucho, la primera es la Orana María, que tiene influencias cristianas pero pintada con mujeres de Tahití. Fue una de las primeras pinturas que hizo cuando llegó allá y se puede ver la mezcla de las culturas occidentales y orientales. La otra que me gusta mucho es la pintura Pechos con flores rojas. Son dos hermosas mujeres y una belleza perfecta y cuando veo esa pintura pienso ese es el paraíso que Gauguin estaba buscando.

¿Por qué ver este documental?

Creo que es un gran viaje por lugares nunca antes vistos en la gran pantalla. Creo que los espectadores pueden vivir la belleza en su punto más alto. También es entender que Gauguin no solo buscaba belleza, también hizo una búsqueda de la verdad y eso se ve en sus pinturas, que son excepcionales.

*Sergiov@colprensa.com