“Degas. Caminos a la perfección”

Papel Salmón*

La obsesión de Edgar Degas por alcanzar la perfección lo llevó a ocultar durante su vida incontables dibujos y esculturas que nunca consideró acabados: esta exhibición, grabada por el director David Bickerstaff, presenta al público una nueva perspectiva de la obra del maestro del impresionismo francés, revelando sus piezas maestras desconocidas.

He aquí algunos de los datos más interesantes de uno de los talentos más arrolladores del arte mundial.

Foto/ Bridgeman Images/Papel Salmón

Autorretrato con Evariste de Valernes. 1865. Edgar Degas. Musee d'Orsay, París, France.

1.- No quería que le dijeran "impresionista"

A pesar de ser uno de los nombres más reconocidos, y más claves, del icónico movimiento de arte, Degas no quería que lo incluyeran en el grupo, con el que igualmente interactuó durante su carrera. Durante su vida, prefirió llamarse un "realista" o un "independiente".

2.- Lo influenció el arte de Japón

Además de tomar inspiración de sus coterráneos como Jean-Auguste-Dominique Ingres y Eugene Delacroix (algo un poco irónico ya que Ingres y Delacroix eran rivales entre sí), Degas sintió la influencia del "ukiyo-e", un estilo de arte japonés que llegaba de la lejana tierra y causaba sensación en Europa.

3.- Su vista era terrible

Degas tuvo que prestar servicio militar en la Guerra franco-prusiana (1870-1871) y las autoridades rápidamente detectaron problemas con sus ojos, que solo deterioraron en el tiempo, al punto que tuvo que dejar de trabajar en 1912 y usar oscuras gafas de sol cada vez que salía.

Foto/Bridgeman Images/Papel Salmón

La orquesta en la Ópera. Edgar Degas. 1870. Museo D’Orsay, París, Francia.

4.- Era un fotógrafo apasionado

En parte por sus dificultades con la vista, Degas empezó a explorar la fotografía a finales del siglo XIX. Se hizo autorretratos, creó referencias visuales con sus modelos para sus pinturas y hasta realizó un famoso retrato doble del artista Renoir y el poeta Stephane Mallarme. Sin embargo, solo las compartía con sus amigos y parientes; hoy en día solo se conservan unas 50.

5.- Su padre quería que fuera abogado

El pintor nació en 1834, bajo el nombre Hilaire-Germain-Edgar De Gas, el hijo mayor del adinerado banquero Augustin De Gas y su esposa Célestine Musson De Gas, originaria de Nueva Orleans en Estados Unidos. Con ese pedigrí, se esperaba que fuera abogado a pesar de que su padre sí reconocía el talento artístico de su hijo. En 1853 Degas entró a la escuela de derecho pero pronto la abandonó.

Foto/Cortesía del Museo de Arte de Denver/Papel Salmón

Examen de danza. Edgar Degas. 1880. Museo de Arte de Denver.

6.- Los caballos fueron sujetos claves

A pesar de que muchos reconocen a Degas por sus icónicas bailarinas, y por ende su estrecha relación con el ballet de París, los caballos y las carreras están entre sus temas preferidos. Se debe a la misma razón: Degas vivía fascinado por el movimiento, fuera de caballos o pasos de ballet, y su trabajo se volcó a estudiarlo. Produjo unos 45 cuadros de óleo de caballos, además de esculturas, bosquejos y más.

Foto/ Google Art Project 2/Papel Salmón

En un café. Edgar Degas. 1875.

Edgar Degas (1834 - 1917)

Considerado uno de los fundadores del impresionismo, que él prefería llamar realismo, Edgar Degas empezó a pintar a temprana edad. Al graduarse de bachillerato literario a los 18 años, instaló un estudio de arte en su casa. Fue copista de arte en Museo del Louvre y estudió Leyes en la Universidad de París. Por consejo de su primer maestro, Ingres, se inscribió en la Escuela de Bellas Artes, bajo la conducción de Louis Lamothe. Luego vivió tres años en Italia donde siguió estudiando. Su primera exposición fue en el Salón de París, en 1865, y desde entonces expuso allí anualmente. En 1870 se unió a la Guardia Nacional en la defensa de París, donde le fue diagnosticado un problema en la vista. Al finalizar la guerra se estableció en Nueva Orleans, Luisiana, donde creó su única obra comprada por un museo en vida: Una oficina en la lonja de algodón.

Al regresar a París en 1873, tras la muerte de su padre, tuvo que vender todas sus pertenencias, incluida su casa, fue entonces cuando empezó a vivir de su arte, conoció a ‘Los impresionistas’, creó sus obras maestras y adquirió obras de los artistas que admiraba como El Greco, Manet, Pissarro, Cézanne, Gauguin, Van Gogh, Delacroix, Ingres y Daumier. A finales de 1880 desarrolló una gran pasión por la fotografía y retrató a varios de sus amigos, a bailarinas y desnudos que sirvieron como referencia a sus trabajos posteriores. Poco a poco fue aislándose, fiel a su creencia de que un artista no debía tener vida personal. Hacia 1907 se centró en el pastel y en la escultura hasta que dejó de trabajar en 1912.

*Con información de Cine Colombia.