En medio de un festival rodeado de figuras del toreo, el manizaleño José Arcila cortó dos orejas y salió triunfador junto a Sebastián Castella del Festival Taurino.
Luis Felipe Molina R.
EL PREGONERO | Manizales
Terminado el Festival taurino, una cita esperada por miles de aficionados de Manizales, en el patio de cuadrillas no paraban las peticiones de fotos con José Arcila. Este torero local, que volvió a la arena que lo vio crecer tras un par de años de ausencia, anoche se llevó todas las miradas. Y lo hizo con calidad y méritos; sus argumentos fueron hasta lo más clásico, al torear en una silla y sorprender a los asistentes, como hasta cuajar una faena para que la banda interpretara el pasodoble Feria de Manizales.
Lo de José Arcila fue una redención y una declaración de querer volver el año que viene, en una noche en la que Sebastián Castella confirmó que esta edición es su temporada, por lo bien que se le vio con su novillo toro y un difícil debut de Pablo Aguado, quien torea esta tarde (ver página 12).
Jornada
Enrique Ponce abrió la noche. El novillo toro, de nombre Clarinete, no le dio ritmo al valenciano. No obstante, Ponce sacó todos los argumentos que lo hacen parte del tope del escalafón y tejió una faena que emocionó. Méritos que se desvanecieron en la espada. Palmas y un aviso.
Lo de El Juli fue complejo; la faena no hizo vibrar, a pesar de la música y haber envuelto al toro en el centro de la muleta. Pinchó cuatro veces. Silencio y un aviso.
Bolaefuego fue el toro que le tocó a El Cid. No fue el animal soñado, pero hizo hasta lo imposible. No se conectaron y por descabello el torero, en su despedida, se fue en silencio.
Emoción
Sebastián Castella cambió el tono soso de la noche y encendió los tendidos con formas exquisitas de torear al natural. Fue variado y amplio y demostró que es un torero renovado. Ganó dos orejas ante un toro Cadenero que ganó la vuelta al ruedo.
José Arcila entró pisando fuerte en su tierra. Con el capote fue recursivo, pero aún más con la muleta. Toreó en redondo, donde quiso, el novillo toro Religioso le dio la bendición y le otorgó dos orejas llenas de sentimiento y emoción.
Cierre
David Martínez, colombiano, toreó, puso banderillas, pero poco a poco, fue perdiendo la calma y la cabeza fría. Al final, con el estoque, demostró la falta de tranquilidad en una serie de pinchazos que opacaron la alegría de su actuación en el segundo tercio.
Pablo Aguado llegó cuando la noche ya llevaba cansado, pues un festejo de siete toros es cansino al final. Fue una faena seria, pero el toro no tenía fijeza y salía protestando de la muleta. Un aviso.
El Juli, a Candenero de 440 kilos, lo lleva al natural.
Un natural de El Cid al novillo toro Bolaefuego de 412 kilos.
El torero manizaleño José Arcila lleva al natural a su novillo toro Religioso, de 444 kilos y al que le cortó dos orejas.
Enrique Ponce da un derechazo al novillo toro Clarinete de 430 kilos.
El torero francés Sebastián Castella lució impecable en su lidia del cuarto de la noche, de nombre Candenero y 440 kilos de peso. Cortó las dos orejas.
David Martínez hace la ejecución al violón de su tercer par de banderillas al novillo toro Florismarte de 416 kilos.
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