La carrera 23, a la altura de la Feria

YAJANDRA GALVÁN

LA PATRIA | MANIZALES

A las 3:00 p.m. el sol acentó con 23 grados Celsius sobre la carrera 23 de Manizales. Los elementos ideales para protegerse de la calurosa tarde y recorrer el histórico lugar fueron el poncho, las gafas y el sombrero aguadeño. Típica pinta manizaleña que se usa en ferias y el turista las imita para no desentonar con la tradición. El recorrido inició sobre la calle 17, al entrar lo primero que llama la atención es la larga fila de casetas gastronómicas que van hasta la calle 19. El olor de mazorca al carbón, con sal y mantequilla se percibe desde la esquina, Elvia María Angulo se hace notar con su atuendo blanco que contrasta con su color de piel y con acento caleño va ofreciendo mazorcas bogotanas, dice que son las preferidas de los manizaleños porque el grano es grueso. Alcanza a quejarse por las ventas, pero se muestra ansiosa por los últimos días de ferias o "el remate" como mejor lo llama, Yimi Librero vendedor de manzanas caramelizadas y fresas de chocolate, quien se ubica en la 23 desde hace 12 años para ofrecer los productos que vienen de "gringolandia" pero con toque local.

El recorrido gastronómico continúa en la calle 19, los colores amarillos, naranjas y rojos no pasan desapercibidos. Chuzos, chorizos, perros, suizas y picadas de cerdo se ofrecen al aire libre pero envueltos en papel transparente. Este método de precaución que toman los vendedores de la "calle del colesterol" es efectivo para evitar que el polvo caiga sobre los alimentos. El vendedor de fritos Néstor Pinilla suele identificar los extranjeros y no los deja ir hasta que den respuesta de sus especialidades gastronómicas. "Yo espero a que prueben y les pregunto como les pareció el sabor".

Marketing ferial

Vender entre tanta gente se vuelve un reto para los comerciantes, entre más se llame la atención con música carrilera es mejor para las ventas. Hablar rápido, de forma amable y con vos de locutor a través del micrófono es fundamental para conseguir una mirada de los visitantes hacia los productos.

"¡Estamos entregando deliciosa piña hawaiana para la niña, el caballero y toda la familia manizaleña. A la gente que está llegando del exterior a la carreeeeeera 23, vaya el abrazo fortísimoooo!", acentuaba Germán Ruiz, vendedor de la calle 20.

Una mochila igual

Entre los productos más vendidos y preguntados en ferias están los sombreros aguadeños que van desde $25 mil hasta $120 mil, todo depende de la calidad del material con el que está hecho, sintético, paja, caña flecha o cuero, otros de los productos mayor comercializados son los ponchos y las botas de cuero (recipiente). Sin embargo Rosa María, de 73 años, busca con detalle una mochila cartagenera, en su paso lento negociaba en cada caseta que encontraba, los productos tradicionales de feria no le interesaban por más que le ofrecían. Ella insistía en la mochila de pocos colores. "Me dieron una mochila para que se la llevara a una hija, pero se me embolató y le estoy buscando el reemplazo. No quiero que se dé cuenta que la perdí", expresaba Rosa cada vez que le preguntaban el porqué perseveraba en su búsqueda.

El hombre de las alturas

Todo era un espectáculo por la carrera 23, cualquier oficio eventual parecía llamar la atención de forma momentánea en los peatones. El funcionario del Edificio Atlas que colgaba de un arnés desde el piso 17 para limpiar los vidrios robó la atención por unos minutos. Álvaro Guevara, de Riosucio (Caldas), fue el primero en notar la presencia del hombre colgado, le causó tanto asombro que sacó su celular para que el recuerdo no solo quedara grabado en su memoria. "Por mi los vidrios se quedarían sucios porque no sería capaz se subirme allí"

después de que Álvaro centrara la atención fue irresistible para los demás transeúntes pasar y no echar una mirada al "hombre de las alturas" como lo llamó Álvaro.

Elvia María Angulo en su puesto de mazorcas sobre la calle 17

La manzana caramelizada surgió de Estados Unidos pero se volvió tradicional en la Feria de Manizales. La brocheta de fresas cubierta de chocolate blanco y negro es uno de los pasabocas preferidos.

Rosa María, de 73 años buscando la mochila cartagenera.

El hombre de las alturas sobre el Edificio Atlas.