Liliana Salazar
LA PATRIA | Aguadas
Luisa María Flórez Ramírez, desde sus 12 años sabe cómo trabar los dedos para hacer enrollados en iraca para tejer el sombrero aguadeño. “Soy buena con todo”, dice tratando de explicar que ya está avanzada en su entrenamiento.
A los 8 años recibió las primeras clases de su abuela Alba Lucía Arcila, quien también le enseñó a su hija Elizabeth Ramírez a trabar la paja, al tiempo que conocía las letras en la escuela.
Es una de las mujeres que le tomó tanto amor a la tradición aguadeña, que quiere con el alma que no desaparezca. Por eso en su propia casa entrenó a las dos generaciones que le siguieron. Durante este fin de semana pudo revelar la magia del sombrero aguadeño, que no solo es reconocido en el departamento, sino en el mundo.
Ayer en la mañana llegó muy temprano al punto de encuentro en la Institución Educativa Marino Gómez Estrada, acompañada de su mamá y abuela, sosteniendo la renovada bicicleta con la que acompañaría a las más de 300 tejedoras que mostraron su trabajo con la iraca y recibieron el cariño y reconocimiento de sus coterráneos. Ella, junto con sus amigos del Semillero, abrieron el Primer Desfile de Tejedores de Aguadas.
Especial
Para este día las tejedoras trenzaron las tres pajas, armando sus sombreros como una muestra del arte heredado. Aunque el desfile comenzó a la 1:30 de la tarde, ellas llegaron desde las 9:00 de la mañana, vestidas con sus mejores atuendos y con una sonrisa que no se les borró en todo el día.
En el recorrido se exhibieron los sombreros con sus mejores tejidos, algunos más apretados que otros, en hormas tradicionales, ganaderas, gardelianas, en pavas, algunos alones y otros creativos.
Las precedían carrozas y las custodiaban chirimías, venidas de vecinos municipios caldenses y antioqueños, que regalaron a los grupos de danza bambucos, rajaleñas y notas musicales para alegrar la fiesta.
Como un sentido homenaje a las manos, y después de mucho ensayar en el patio del colegio que sirvió de punto de encuentro, las artesanas devolvieron sus atenciones al pueblo que ha engrandecido su trabajo. Contaron una historia con sus manos y sus sombreros, entregándolo simbólicamente a Colombia.
Iniciativa
Este evento hace parte de una iniciativa de este grupo de profesionales aguadeños que voluntariamente, y sin ánimo de lucro, adelanta distintas acciones en pro de la comunidad de su municipio. Este año, la Administración Municipal les cedió este espacio en la reactivación de las Fiestas de la Iraca.
“Lo que se busca es iniciar un trabajo serio por las tejedoras y los artesanos aguadeños. Tenemos alrededor de 360 artesanas para el Desfile; les dimos la paja para el sombrero, el acabado y hemos estado con ellas durante seis sesiones semanales, alimentándoles el espíritu, para que se convenzan de que su trabajo es muy importante y a partir de ahí comenzar”, explicó Edilson Bustamante Ospina, vocero de Solidarios.
Los artesanos esperan que el próximo año sean mayores los avances para contar en el proceso para salvar al sombreo aguadeño. Por su parte, Luisa María está dispuesta a seguir adornando cada año su bicicleta para acompañar a la abuela tejedora.
Ayer se llevó a cabo el desfile de cierre de las Fiestas de la Iraca. Hubo colorido por doquier.
Grupos de danza bailaron bambucos, rajaleñas y demás notas para alegrar más la fiesta.
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