Tres obras, tres movimientos y la melodía del arpa

LISET ESPINOZA

LA PATRIA | MANIZALES

7:30 p.m. El concertino ingresa al escenario del auditorio de Termales El Otoño da la señal para que los demás músicos afinen sus instrumentos para luego dar paso al director invitado, Carlos Andrés Mejía, egresado de la U de Caldas, quien alzó su batuta para interpretar la Obertura de Las Bodas De Fígaro de Mozart.

(Aplausos del público)

7:37 p.m. La siguiente obra es Sinfonía Nº 7 de Antonín Dvorack. De nuevo el maestro alza su batuta y el sonido de los violines, los clarinetes, loconcertinos cornos, las violas, violonchelos y la percusión se fusionan en una sola melodía que se roba la atención de los asistentes, quienes minutos antes se habían bajado del bus que los trasportó gratuitamente desde El Cable hasta Termales El Otoño.

De esta Sinfonía hicieron parte Poco adagio, una pieza de sonidos suaves. Los violines hicieron la entrada del Scherzo-vivace, una melodía que se intensificó al ingresar la percusión, los cornos y demás instrumentos de viento y cuerda. La potencia de la Orquesta Sinfónica de Caldas continuó con Finale-Allegro para dar cierre a esta esta pieza compuesta en 1885.

(Aplausos del público de pie)

8:20p.m. Ingresa al escenario la arpista francesa Maía Darmé. Suena nuevamente la Orquesta Sinfónica completa dirigida por Mejía para interpretar Solstice Lunaire, concierto para arpa y orquesta, pero a los siete minutos el maestro les indica que deben silenciarse para que el público se deleite solo con las notas que hace frotar del arpa Darmé, quién acapara la atención de los espectadores.

Esta composición del maestro Mejía, asesorada por el también maestro Carlos Roque, se elaboró en cinco meses y se estructuró bajo tres movimientos. Siendo uno de ellos una cumbia que al final del concierto (9:00 p.m.) se convirtió en una danza de sonidos que se mezclaron con la lluvia de aplausos de un público que quedó fascinado por la calidad y el talento de los músicos de la Orquesta Sinfónica de Caldas.

La obra Solstice Lunaire (concierto para arpa y orquesta) fue estrenada ayer mundialmente y está dedicada a la arpista francesa Maía Darmé.

La francesa Maía Darmé es reconocida por incluir el arpa a nuevas audiencias al cooperar con directores de orquesta a crear nuevas obras que involucren su instrumento.