A rezar en casa

Laura Cristina Cardona Patiño

LA PATRIA | Manizales

Lida Patricia Arias saluda por el micrófono. Al instante escucha el “Buenas noches” que responden sus vecinos desde balcones, ventanas o puertas. Ella está sentada fuera de su casa. Desde allí dirige el rosario todas las noches desde hace 10 días.

A su lado hay un bafle y un altar con la virgen de Fátima, una biblia y cirios. Las casas más cercanas tienen velas frente a sus puertas o altares en las aceras.

La primera vez que sacó el bafle puso un rosario grabado en Youtube, pero no le gustó. Buscó prestado un micrófono y empezó a dirigir las oraciones. Poco a poco, los vecinos de la casa donde vive desde hace 42 años, se unieron.

Siempre empieza con el Salmo 91. Después hace una oración, según las palabras que crea necesarias esa noche. "Padre misericordioso, en esta noche, te presentamos a todas las familias que nos encontramos en este momento reunidas. Te damos gracias por este día que nos regalas...". Y se inicia el rosario.

Sus vecinos la siguen. Hacen cada respuesta de la oración y después del último amén algunos se despiden y apagan sus luces. Otros le hablan desde la lejanía y le piden que ponga una canción alusiva a la virgen o a Cristo. Y todos, a través de la música, se acompañan.

Otros vecinos

La casa de Lida queda en el barrio Cervantes, en la mitad de la calle 37, con la carrera 29. Ella ve rezar a las personas cercanas a sus casas. Pero, se enteró que su voz llega más lejos. Cuando fue hasta el supermercado en la esquina de su casa una mujer la saludó:

- ¿Cierto que usted es la que reza?

- ¿Por qué sabe que yo rezo?

- Porque se escucha hasta por acá arriba. Nosotros rezamos parejo con usted.

Unidos para Semana Santa

El domingo de ramos Lida puso el evangelio a las 12:00 m. y con sus vecinos aplaudieron la entrada triunfante de Cristo a Jerusalén. Con los elementos que tenían en casa, las personas crearon altares. Las mesas de sala fueron vestidas con manteles blancos y adornadas con imágenes de Cristo. Las paredes tenían pegadas plantas alusivas a los tradicionales ramos y las materas servían para aumentar el toque verde.

Hoy tienen preparado el escenario para decorar la última cena. Está la mesa. Una vecina va a prestar un cuadro alusivo a la cena. Alguien donó dinero para el pan. Su esposo va a conseguir las espigas y las uvas. Otro va a poner el vino y otra se ofreció a imprimir imágenes alusivas.

Ya tiene una cruz grande para hacer la oración de la cruz mañana. En la noche harán la procesión desde cada casa, cada una con una estación diferente y un velón en cada puerta.

El virus los aisló, el rosario de Lida los unió y la Semana Santa los motivó a construir entre vecinos.

En familia

El televisor está encendido. Un piano se escucha en la sala y una voz profunda, que armoniza con la solemnidad de las imágenes religiosas, informa: “En vivo desde la Catedral de Manizales, Colombia, Semana Santa”.

Amparo Carvajal, su esposo, tres hijas y su nieta se sientan cada día a participar de la transmisión de la eucaristía que el padre Edisson Castrillón celebra desde la soledad de la catedral.

Mientras la familia sigue la misa, las imágenes religiosas los acompañan en casa. En la pared, un cristo crucificado en hierro de 40 cm. Y en una mesa, una virgen de la medalla milagrosa, con un crucifijo de madera de 20 cm y un Jesús en su cuna.

La Semana Santa para ellos siempre significó quietud. Este año significará acercarse a las herramientas digitales para participar de las eucaristías. Comenta que siempre se conecta a la transmisión desde la página web de LA PATRIA para actualizarse de noticias antes de rezar.

El encierro no la preocupa. Disfruta del tiempo en familia, de leer y ver televisión. Lo importante es hacer algo para no pensar de forma negativa.

La cuarentena para ella es estar cerca de la familia, en recogimiento y en oración, y agrega: “ahora hay que hacerlo con más devoción”.