LISET ESPINOZA
LA PATRIA | MANIZALES
Perder a los padres o a los hijos es de esos dolores que nadie quisiera sentir. Sin embargo, a Jorge Emilio Sierra Montoya la muerte lo sorprendió quitándole a su hija menor.
Para superar el dolor su válvula de escape ha sido la escritura. Acaba de publicar el poemario El angelito y en la dedicatoria está su inspiración: “Para mi hijita María Fernanda, a los 20 años de su muerte… y la mía”.
LA PATRIA dialogó con el exdirector del diario La República y miembro de la Academia Colombiana de la Lengua, sobre este texto que recopila 20 poemas, con los que recuerda a María Fernanda. Incluye otros poemas más para niños.
-¿Hace cuánto escribe poesía?
Hace 50 años, desde mi adolescencia, cuando inicié la vida periodística en El Diario, de Pereira, y seguí haciéndolo en Manizales al estudiar Filosofía y Letras en la U. de Caldas y vincularme a LA PATRIA, primero como director del suplemento cultural de los domingos y luego, en la subdirección del periódico, antes de radicarme en Bogotá, donde por algún tiempo abandoné el trabajo literario. A los 40 años retomé la producción poética, contenida en tres libros publicados a fines de los 90: Buenos días, amor, Poemas para niños y Salmos para el hombre de hoy.
-¿Dónde nació y dónde está radicado?
Mi cuna se la disputan tres sitios neurálgicos del Eje Cafetero: Pereira, donde nací; Marsella, mi pueblo de infancia, y Manizales, donde cursé estudios superiores y consolidé la actividad periodística, que luego desarrollé en Bogotá (especialmente en la dirección del diario La República durante 20 años), donde he vivido por más de tres décadas.
-¿Cómo está conformada su familia?
De mi primer matrimonio tuve dos hijas: Sandra y María Fernanda. Al contraer segundas nupcias he sido feliz con mi nueva esposa, Marta Cecilia Orozco, una manizaleña a carta cabal, a quien dediqué los ya mencionados poemas de amor que fueron publicados por la editorial Plaza & Janés.
-¿Cuál fue la causa de la muerte de su hija, María Fernanda?
Cuando tenía 10 años fue víctima de una grave infección cerebral que no logró controlarse y en pocos días causó su muerte, a pesar de que fue trasladada a Bogotá. Tenía, al parecer, la mejor atención médica de quien era considerado el mejor especialista del país en esa materia. En realidad, María Fernanda falleció después de la cirugía. El 27 de agosto del 2018 se cumplieron 20 años de sus honras fúnebres en Manizales.
-¿Cómo surgió la idea de escribirle poemas y publicar un libro?
En el momento de su muerte acababa de publicar el libro Buenos días, amor y estaba preparando la primera edición de Poemas para niños. Vivía un período de intensa producción poética, como nunca antes la había tenido y menos con la posibilidad de publicarla, lo que se me facilitaba al ser director de La República. Un día después de su muerte le escribí el primer poema, titulado El angelito, y a partir de ahí, durante ese primer año posterior al fallecimiento, produje una veintena de poemas signados por el dolor y el recuerdo.
-¿De qué forma le ayuda a usted el escribirle poemas a su hija?
Me ayudó bastante en aquel momento, pero me sigue y seguirá ayudando hasta el fin de mis días. ¿Cómo? Ante todo, por los profundos valores espirituales que también están presentes en el libro, sin duda lo único que me ha permitido enfrentar ese dolor y alcanzar una visión trascendente de la vida y de la muerte, fruto a su vez de mis férreas creencias religiosas. En la dedicatoria digo lo siguiente: “Para mi hijita María Fernanda, a los 20 años de su muerte… y la mía”.
-¿Qué consejo le puede dar a esos padres que están pasando por su misma situación para superar o afrontar el duelo?
Creo que el libro ayuda mucho. Así lo han expresado varios lectores, como una madre que perdió a su hijo recién nacido. “Gracias a sus poemas -me dijo- pude aceptar el dolor, volviendo a reunirme con mi bebé como si estuviera vivo, acompañándome desde el cielo”. Pienso, en fin, que la única forma de afrontar y superar un dolor semejante es por medio de la fe, de los auténticos valores espirituales y de la aceptación de la voluntad divina.
-De los 20 poemas dedicados a su hija, ¿cuál es el que más le gusta y por qué?
Mi preferido es El Angelito, que abre el libro y le da el título. ¿Por qué? Lo repito: por haberlo escrito un día después de la muerte de María Fernanda, a quien veo en el cielo, convertida en angelito, un angelito de amor, junto a papá Dios.
-¿Tiene en mente publicar otra edición a largo plazo?
-Por lo pronto, el libro está disponible en Amazon, tanto en su edición impresa como digital. Habrá que esperar resultados para considerar si es necesario hacer una nueva edición en Colombia para distribuirlo en librerías, como algunas personas lo vienen pidiendo. Aspiro a que esta obra sobreviva en el largo plazo y sea objeto de numerosas ediciones en el país o en el exterior.
Dato
El escritor Bogdan Piotrowski, colega en la Academia Colombiana de la Lengua de Jorge Emilio, incluye en este libro un ensayo sobre la poesía infantil de Jorge, enmarcándola en la tradición nacional de Pombo, Mejía Velilla y Jairo Aníbal Niño, entre otros autores.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015