La comediante y actriz Alejandra Azcárate regresa a Manizales con su espectáculo Descárate con la Azcárate. Se presenta el sábado en el Teatro Los Fundadores, donde ventilará los líos que trae la cotidianidad en las relaciones de pareja. Entrevista.
Alejandro Samper
LA PATRIA | MANIZALES
Lleva siete años "dando lora" - como ella misma dice - con su stand-up comedy Descárate con la Azcárate, y sigue llenando auditorios por donde va. "Es un espectáculo que se refresca de manera permanente, al que la gente va para ver qué tengo que decir, más allá de si se la ha visto dos o tres veces como ha sucedido. Se mantiene el mismo hilo conductor, sobre lo difícil que es ser mujer en las distintas etapas de la vida y las relaciones de pareja, enmarcado con mucha sátira y sarcasmo", dice la actriz y comediante Alejandra Azcárate, que se presenta hoy en el Teatro Los Fundadores.
- ¿Qué tanto hay de actuación y qué tanto de la vida de Alejandra Azcárate en el espectáculo?
Por principio solo hablo de lo que conozco. Por eso está basada en cosas que he vivido o que me han tocado o que vi en mi casa cuando era pequeña. Allí nunca hubo tabú para hablar de temas de relaciones de pareja y todo lo que eso conlleva. Se los escuché a mi mamá y a sus amigas, que a estas alturas de mi vida entiendo y que se quedaron dentro de mi disco duro. Son temáticas generales (celos, infidelidades, convivencia en pareja...) que veo que tocan a la mayoría de las personas y les ayuda a identificarse con lo que escuchan a través de un personaje que es la Azcárate. Ahí está el éxito de la obra.
- ¿Y cómo es la Azcárate?
Cuando me subo al escenario soy otra. Soy contestataria, sin miedo, sin filtro y muy altiva. Durante la hora y 45 minutos que dura la obra no sonrío, precisamente porque esa es la estructura del personaje y es lo que permite que esa sátira sea tan potente.
- ¿Alguna vez le han dicho que es muy pasada en sus comentarios?
Afortunadamente siempre me lo dicen y por eso me sigo pasando, y nunca me han censurado. Me preguntan: "¿Qué consejo le ha dado su mamá que no olvida?" y siempre digo que no sé porque cualquiera que me haya dado nunca le hice caso. Siempre he usado un lenguaje muy francote con mi mamá, tías, abuela y amigas, de mucho descaro, de buscarle el lado bueno a lo desagradable, a la tragedia. Nosotras nos reímos de lo malo.
- Eso hace parte de la habilidad de la comedia...
¡Claro! En Colombia estamos muy acostumbrados a un humor de chiste. Yo no sé contar chistes, no tengo esa habilidad y admiro a los que lo saben hacer bien. Por eso baso mi trabajo en la sátira, que es buscarle la comedia a la tragedia. Uno está expuesto a millones de cosas dolorosas, sobre todo en el plano emocional, pero cuando uno se puede reír de esas cosas genera una defensa.
- Usted habla de las relaciones de pareja y los defectos de los hombres, ¿su suegra no le ha dicho algo, como "yo no crié a alguien tan desorganizado, a ese monstruo"?
(Risas) Obviamente mi esposo, (el manizaleño Miguel Jaramillo), está en parte de las anécdotas que cuento, pero me la llevo muy bien con ella. Cuando la conocí, hace 11 años, fue una cosa rara porque ella es una de estas señoras manizaleñas pinchadísimas, de collar de perlas y peinado como de algodón de azúcar. Yo llegué súper relajada, de yin roto a conversar con ella. Ella oyó una broma que le hice a mi mamá por esos días, cuando trabajaba en Las pegas de La Mega, en la que le dije que había quedado embarazada de Miguel. Me dijo que cómo era capaz de burlarme de ella y haberla ridiculizado en vivo, pero después terminé tomándole del pelo y nos comenzamos a reír de una manera muy natural.
Ahora, después de tanto tiempo, si hay alguien que me conoce bien, después de mi mamá, es mi ella, que sabe que soy especialista en burlarme de su hijo. Le encanta. A veces me llama y me pregunta "¿todavía sigues con él?" y le contesto "¡estoy que te lo devuelvo!".
- Por esa actitud tan dura con los hombres y las relaciones de pareja, ¿alguna vez le han dicho que es como la Helenita Vargas de la comedia?
(Risas) Me han dicho cosas muy graciosas en la vida, pero esa no la había escuchado. ¡Me encanta! Además Helenita y yo nacíamos el mismo día, entonces algo debemos tener en común a parte de la voz ronca. Siempre la admiré, la conocí y la quise mucho porque era muy auténtica.
- ¿Qué viene en la televisión?
Terminé el año pasado con Diomedes, el Cacique de la Junta, disfruté mucho hacer a Yurleidis, pero ahora quiero dedicarme a lo mio, a mi empresa, que es más rentable que la televisión. Obvio, si aparece un papel que me llame la atención, pues bienvenido. No soy una mujer de metas a corto o a largo plazo, como vaya saliendo la fiesta ahí voy bailando.
Política y religión
En el 2005 Alejandra Azcárate estuvo inmersa en una dura polémica por unas fotos que se publicaron en la revista SoHO, y en la que ella recreó escenas de la pasión de Cristo de una manera erótica (desnudos).
El entonces consejero de Estado y futuro Procurador General de la Nación, Alejandro Ordóñez Maldonado, la demandó a ella y a quienes estaban detrás de la publicación. Le preguntamos sobre ese momento y lo que ocurre actualmente con este personaje.
"Soy muy respetuosa de la diversidad en todos los sentidos y soy tolerante. Tengo la capacidad de aceptar que no todos piensan como yo y todo se basa en el respeto. En ese entonces, cuando hice las fotos, para Daniel Samper (entonces director de la revista) y para Julio Sánchez Cristo (director de La W radio e impulsor de esta idea) fue una propuesta arriesgada y por eso quisieron hacerla conmigo. Ellos querían una mujer que, además de atractiva, fuera capaz de aguantar lo que se vendría, aunque nunca dimensionamos un escándalo de tal magnitud.
Él (Ordóñez) en ese momento reaccionó muy mal, por su fe católica, y lo que para él fue una burla a la religión, para nosotros fue un uso de la libertad de expresión, y en eso nos amparamos. Nuestro proceso lo llevó Humberto de la Calle y la ley nos cobijó en que la revista no fue un panfleto que se repartió gratis, y quien la vio tuvo que pagar por ella - sea comprada o por suscripción - luego existía un libre albedrío.
En ese orden de ideas nunca entré en discusión con Ordóñez, porque cuando una persona es tan sectaria y arraigada en sus creencias es muy difícil sostener una conversación. Su punto de vista raya con el fanatismo, pero también lo respeto. Hoy en día veo sus discusiones su posición radical contra la comunidad LGBTI, y por su puesto no estoy de acuerdo. Ahí tenemos un punto de discordia enorme en el cual jamás llegaremos a un acuerdo.
Que esta persona sea parte de los diálogos de paz y hable desde el punto de vista de la religión, no tiene sentido. Estamos hablando de un tema político, jurídico, en un Estado laico, en el que se supone estamos en igualdad de condiciones. A pesar de que soy una persona creyente, Dios debería estar al margen.
Además, cómo me explica esta teoría: Se condena al homosexual diciendo que Dios creo al hombre y a la mujer y que todo lo demás es antinatural, pero al mismo tiempo dice que Dios todo lo hace perfecto. ¿Quiere decir que un homosexual fue una equivocación de Dios? Eso no lo acepto".
Boletería
Se consigue en la taquilla del Teatro Los Fundadores
Platea: $60.000
Luneta: $40.000
Palco: $35.000
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