Bogotá. Este miércoles inicia el Festival Internacional de Música Sacra de Bogotá que celebra sus cinco años y que contará con 50 eventos para 25 mil personas, con el 70 por ciento de sus conciertos gratuitos, durante cuatro semanas de actividades diarias.
En sus primeras cuatro versiones, este evento en cuatro ediciones se ha convetido uno de los escenarios más importantes en Latinoamérica para el encuentro entre las culturas, la espiritualidad y la música, y posicionándose como el festival de música más largo del continente americano.
Serán 50 eventos entre conciertos y actividades académicas como conferencias, charlas y clases magistrales, a cargo de más de 600 artistas provenientes de Polonia, Lituania, España, Francia, Corea del Sur, Argentina, Estados Unidos, México, Italia, Sudáfrica, y Colombia, protagonistas de este evento musical para todos los credos, razas, edades y orígenes.
Bajo el lema, ‘La música nos une’, entre las novedades artísticas se encuentra la participación del maestro Krzysztof Penderecki, reconocido como el compositor vivo de música clásica más importante del mundo quien vendrá a dirigir la Orquesta Filarmónica de Bogotá con obras sacras de su autoría. También estará la francesa Amandine Beyer, una de las violinistas barrocas más importantes del momento y su Ensamble Gli Incogniti, quienes presentarán sus virtuosos motetes de G.F. Handel.
Otro de los invitados será el coreano Won Il, el director más joven que ha tenido la Orquesta Nacional de Corea del Sur, quien presentará canciones sagradas para piri y obras espirituales propias; el francés Marcel Perés, pionero en la investigación e interpretación de la música litúrgica medieval, ofrecerá al público música sacra de la Edad Media.
Durante las semanas del festival, el director y clavecinista español Eduardo López Banzo y su ensamble Al Ayre, ganadores del Premio Nacional de Música 2004 (España), presentarán cantadas inéditas de José de Torres, las cuales han sido transcritas por López Banzo y estrenados en Colombia para esta ocasión.
“Este Festival, único en Latinoamérica, está diseñado para que niños, jóvenes, adultos y personas de la tercera edad tengan la posibilidad de conocer las mejores expresiones musicales del mundo en Bogotá, y de paso recorrer los emblemáticos escenarios de la capital colombiana y sus alrededores, un plan ideal para hacer turismo cultural y religioso”, dijo la directora del Festival, Marianna Piotrowska.
Algunos de los 25 escenarios que abren sus puertas para el Festival Internacional de Música Sacra de Bogotá son: La Catedral Primada de Colombia, la Capilla del Sagrario, la Catedral de Sal de Zipaquirá, la Iglesia Santo Domingo de Tunja considerada la Capilla Sixtina de las Américas, la Catedral Ortodoxa Griega, el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, el Teatro Colón, el Museo Nacional, Museo Santa Clara, el Centro Cultural y Educativo Reyes Católicos, el Centro Israelita de Bogotá, el Auditorio Fabio Lozano, el Oratorio de la Universidad de la Sabana.
INVITADO DE LUJO
El compositor y director polaco Krzysztof Penderecki es el invitado de honor a esta quinta edición, quien dirigirá a la Orquesta Filarmónica de Bogotá con tres de sus obras más representativas: concierto para piano ‘Resurrección’, Sinfonía #778 2 ‘Navidad’ y El despertar de Jacob. Como solistas estará la pianista Muza Rubackytu (Lituania).
Con el estreno de Anaklasis en el Festival de Donaueschingen en 1960, Krzysztof Penderecki se convirtió en parte de la vanguardia internacional. Ganó una reputación entre un público más amplio con el estreno de ‘La Pasión según San Lucas’ en la catedral de Münster en 1966.
Penderecki compuso varias de sus obras en memoria de las catástrofes en el siglo XX. Threnos para 52 instrumentos de cuerda, compuesto en 1960, está dedicada a las víctimas de la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima.
Para Penderecki, estas asociaciones de contenido no son simplemente un concepto abstracto, sino que también en su coloración tonal instrumental y sonidos dramáticos son emocionalmente comprensibles para los oyentes.
Asociaciones político-sociales también se pueden encontrar en el Réquiem Polaco, que él comenzó en 1980 con la composición de la ‘Lacrimosa’, dedicada a Lech Walesa. El compositor dedicó otros movimientos de este trabajo a las víctimas polacas de Auschwitz y el levantamiento de Varsovia en 1944. Esto se complementó con la ‘Ciaccona in memoriam Johannes Paul II’ en 2005 que conmemoraba al Papa polaco.
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