La restauradora de imágenes

Albeiro Rudas

LA PATRIA|Anserma

En una vieja casona de bahareque a un costado de la Plaza de Robledo, y en el tercer piso, se encuentra el taller de restauración de arte de Elsa María Arias Garrido, en Anserma.

Cuadros, vírgenes y santos dan a este taller un ambiente único. Algunas figuras, como en un hospital con resinas, vendajes y parches de mezclas de yeso y otras sustancias recobran la forma original y su esplendor.

Luego son llevadas a ocupar algún sitio destacado en templos, casas, caminos, grutas, donde las personas honran con flores, velas y muchas oraciones.

Hay imágenes a las que sus dueños les atribuyen milagros o favores, y sobre la mayoría pesa el valor sentimental de pertenecer a una comunidad o una familia por generaciones.

No todo se puede restaurar

Elsa dice que no todo se puede restaurar, porque en ocasiones es tal la destrucción que hay que desechar el objeto.

Ella trabaja con madera, yeso, vidrio, plástico, metales y la fibra de vidrio. Dice que para este trabajo se requiere de mucha dedicación y paciencia. Sobre todo que quien quiere restaurar una imagen religiosa es porque tiene un especial aprecio y respeto por ella.

Elsa explica que muchas piezas las guardan en condiciones no adecuadas, y cuando llegan personas con sensibilidad a instituciones o entidades oficiales quieren rescatarlas las envían a su taller.

Falsos restauradores

Algunas personas le han traído artículos que han sido agredidos por personas que no saben de restauración. "Es una pena porque atentan contra el patrimonio, quien quiera aprender que lo haga en artículos personales y no sobre piezas de gran valor histórico".

Agrega: "si uno no sabe cómo restaurar es mejor buscar a la persona idónea y evitar experimentar para no causar daños a estos artículos que deben respetarse".

El consejo para quienes tienen un artículo antiguo y que de pronto está pensando en restaurar es entregarlo a quien verdaderamente sepa y sea un profesional en restauración.

El trabajo de Elsa María en restauración está presente en los templos de Anserma, en sus imágenes religiosas, sus columnas y nichos, en muchas parroquias de municipios vecinos donde su trabajo es respetado, valorado y apreciado.