LISET ESPINOZA
LA PATRIA | MANIZALES
Hernán Darío Salazar Piedrahíta es un médico cancerólogo de Oncólogos de Occidente que se declaró enfermo de la Navidad. Su diagnóstico así lo indica desde mediados de noviembre. Medias de colores con imágenes alusivas a la época al igual que las corbatas que utiliza a diario para atender a sus pacientes. Algunas de ellas con melodía incorporada.
En el pasacintas de su carro el único repertorio que se escucha son los clásicos de Navidad, en diferentes idiomas. En su casa, su esposa, Diana Patricia, lo recibe con alimentos característicos de la temporada sin dejar a un lado la constante alegría con la que mantiene.
Patología
Sin duda el padecimiento de Hernán Darío es genético. Así lo revela este oriundo de Jericó (Antioquia), pero radicado en Manizales hace 35 años. "Esto que siento lo heredé de mi papá y mi mamá. Éramos siete hijos y la llegada de la Navidad en ese tiempo era un acontecimiento inigualable. Viajamos a conseguir el musgo, el chamizo lo envolvíamos en algodón y lo poníamos en una lata de galletas vacía llena de arena para que no se cayera. Armábamos el pesebre y rezábamos las novenas en familia, todos los días en una casa distinta, cantábamos villancicos y degustábamos de la gastronomía que tenemos".
Más síntomas
Tres días dedica para decorar su casa. Su esposa guarda la vajilla para sacar la que utilizan en Navidad, prepara galletas con almendras y tortas, mientras que él decora el árbol, arma el pesebre y construye las ciudades victorianas que consiguió en sus viajes al exterior.
"El 16 de diciembre nos reunimos con la familia para rezar la novena, pero el primero es tradición hacer una fiesta para darle la bienvenida a la Navidad, inclusive tiene himno. Un porro que se llama Buenas noches diciembre. Para este 24 estaremos en familia y resolveremos un crucigrama, que realizo desde junio, que contiene apodos, nombres y dichos familiares".
Contagioso
Su esposa y sus hijas también sufren lo mismo. Y ni qué decir en su lugar de trabajo o con sus pacientes, quienes por estas fechas le recargan su espíritu navideño al obsequiarle pesebres, dulces o corbatas. "Cuando era jefe de cancerología del Hospital Universitario separaba una fecha para armar el árbol y el pesebre con las empleadas y hacíamos la novena con los pacientes y las enfermeras, costumbre que se fue perpetuando".
Fórmula
Toda enfermedad tiene su medicamento y el de Hernán Darío vence el primero de enero. Ese día el médico ya no portará corbatas con motivos navideños ni irá a su trabajo al son de Noche de paz o de algún villancico. Sin embargo, sí conservará su buena vibra, su don de gente y su profesionalismo al recetar medicinas para curar a los pacientes.
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