Comodidad sin que la novia pierda su encanto el día del enlace

LISET ESPINOZA
LA PATRIA / MANIZALES

Está claro que el coronavirus cambió la forma de relacionarnos con los otros e incluso el modo de compartir o festejar un matrimonio.
Ahora los novios deben pensar obligatoriamente en el uso de tapabocas, ese accesorio que se coló desde marzo del año pasado, para portar sus trajes y sellar su unión, sea a través de una ceremonia religiosa, civil o por algún ritual.
Norma Constanza Rendón Herrera es propietaria de Casa Dominik, en Manizales, y desde el 2002 ha asesorado a cuanta novia se ha cruzado por su establecimiento. Según ella, esta nueva forma de vida hizo que también los protagonistas de un evento de ese tipo prefirieran algo más íntimo y familiar.
“La tendencia ahora es que las novias quieren vestidos ligeros, más sueltos y frescos.  Muchas han optado por casarse en Santágueda o en sitios campestres y quieren algo que sea cómodo ya no el vestido con tanto volumen, estilo princesa. Buscan algo con menos encaje, de tiras, línea A, un velo mantilla o más corto, en donde prime la comodidad, pero sin perder el toque romántico, ni el encanto que debe tener una novia”.
Sobre los novios, indica que los colores ahora son más cálidos y que son pocos lo que optan por tonos oscuros como el negro, azul, gris que eran antes la tendencia. Agrega que el horario a la hora de casarse también varió ya no son en la noche, sino en el día o en la tarde tipo 2:00 p.m. o 3:00 p.m. a más tardar.

Por pandemia el aforo es limitado. Por tal motivo, cuando los dos salones que posee la tienda está ocupados cierran la puerta para hacer las pruebas con las clientes. Ante esto invitan a las interesadas a separar cita. 

Variedad
Entre 140 o 180 es el promedio de vestidos que manejan en la tienda para que la persona escoja de acuerdo con su estilo, corte, lugar de la ceremonia y hora. Una vez tenga definido lo anterior se hace una prueba con cinco o seis vestidos para que entre estos la novia elija el que quiere lucir el día de su boda.
“Tenemos agenda hasta diciembre. En este momento hay separadas fechas en septiembre, octubre y noviembre. Por protocolo las prendas que ellas se midan pasan primero a un proceso de desinfección con un producto especial para telas, luego se dejan en un salón en donde depositamos todo lo que va para cuarentena y después a lavandería. Ya cuando el vestido sale, lo usa la novia y lo devuelve la prenda va directamente a lavandería”, explica.
Si la ceremonia es civil, dice Norma, le muestran vestidos que no tenga cola y si la tiene, que sea muy pequeña y que no tenga tanto brillo y encaje.

Cambios
De acuerdo con Norma, en este tiempo han tenido novias que han pospuesto su enlace matrimonial a la espera de que las restricciones se flexibilicen más para contar con más invitados, como otras a las que no les importa el número de invitados y continúan con sus planes. "También contamos con nuevas novias porque este tiempo sirvió para esas parejas que ya convivían, pero que aún no estaban casadas se animaran a formalizar su unión ante Dios".
Abelardo Toro Guzmán, como diseñador de imagen, es el encargado de hacer el diseño de los tapabocas con la misma pedrería y encaje del vestido para que la novia no desentone. “El diseño nace a raíz del buen gusto y de los materiales. El vestido en un 50% es el que da ese porcentaje a la idea en cuanto al color. Trato de que sean funcionales, pero en tierra caliente es difícil porque la gente siente que se ahoga".
Otro elemento importante es el calzado. Según Abelardo, el zapato posee el 70% de la presentación en el sentido en que enaltece un vestido o lo arruina o en el peor de los casos lo abarata. "Es importante el tipo de zapato que se usará. Depende del lugar del matrimonio. Si es tierra caliente se busca un tacón grueso y cuadrado para que la novia esté cómoda y el zapato no se dañe. Si es en Manizales, por ejemplo, en el listado está el punta tacón o de seda".

La modelo Sandra Betancurt luce un tapabocas que va acorde con el vestido de novia.

Novedoso
Por pandemia crearon un centro de fotografía, ubicado a un costado de la Notaría Quinta,  para manejar lo relacionado con grados y quinceañeras. Con horarios establecidos los estudiantes se tomaran sus fotos en compañía de sus familiares y decoramos el lugar para que las quinceañeras posaran con sus familiares y tuvieran un álbum de recuerdo.