Carnaval de Riosucio: tradición y folclor

Luisa Ortiz

Riosucio | LA PATRIA

"Que no me confundan jamás

Con baratijas ni chatarra,

Pues más que una simple farra

Soy un grandioso ritual".

Otro año impar, otro Carnaval de Riosucio. Se reunieron más de 100 mil personas para hacer de esta fiesta, una fiesta sinigual.

Aquí todo es particular. Las cuadrillas con sus colores y la historia que cuenta cada traje. Las letras matachinescas, que significan rebeldía y alegría. Y las máscaras y pintura, que más que ocultar un rostro, quieren rebelar el interior fiestero y bailarín que tienen todas las personas y que sacan sin vergüenza cuando llega el carnaval.

Durante el día las personas disfrutan de los actos culturales. Admiran los trajes, la programación y la poesía. En la noche la fiesta se apodera de todos. Los grupos musicales en las tarimas hacen corear a cientos de personas que se aglomeran en frente, pero como el espacio es reducido, alrededor hay quienes se encargan de que todos tengan un ritmo para bailar.

"Vengan todos esta noche,

Indios, blancos, también negros,

Entre todos embriagaremos

Las penas del corazón…"

Al paso

Al caminar por la Plaza San Sebastián se escucha música electrónica, de protesta y reguetón. Sin interferirse unos con otros, porque esto es el carnaval, miles de personas diferentes a las que no les importa qué escuchas, cómo te vistes o de dónde vienes, la mayoría son carnavaleros que vinieron a disfrutar en paz, de una organizada tradición.

“Estar aquí no solamente es venir y disfrazarnos, sino compartir con la gente de nuestra tierra y con los foráneos que nos visitan. Es una fiesta muy tradicional de la cual nos sentimos muy orgullosos. Todo lo que tiene que ver con el carnaval se traduce en alegría y unión”, afirma Mauricio Otálvaro, un riosuceño que vive hace varios años en Medellín. Pertenece a las Colonias y cada dos años desfila el traje que planearon con anterioridad para representar algo durante las cuadrillas. Como se lo enseñaron sus ancestros. “Así dejes tu tierra siempre pertenecerás a ella y tendrás que hacerle honor”.

Patrimonio

En 2012 declararon el Carnaval de Riosucio como Patrimonio Cultural, Oral e Inmaterial de la Nación. Las Juntas se organizan un año y medio antes de que vuelva a empezar el carnaval, solo hay 6 meses de descanso. Pero ellos no lo ven así, a pesar de ser mucho tiempo de trabajo lo ven como una fiesta, las reuniones se llaman convites, en las que se delegan trabajos: están los que escriben, los artesanos (encargados de máscaras y pintura), los que diseñan y cosen disfraces. Generación tras generación, los riosuceños se encargan de que su tradición se mantenga firme.

"A nuestros niños y jóvenes

Un llamado de atención

Que se formen en cuadrillas

Cual pilar de tradición"

La historia

Alejandro Bañol ha presenciado cerca de 20 carnavales. Mientras descansa del principal recorrido de cuadrillas que duró más de 2 horas y se seca el sudor, habla de lo que significa el carnaval para quienes aún viven allí. “El carnaval es una pasión, es alegría y descanso. Es un tema cultural y ancestral que está lleno de decretos, de convites y conjuros. No es una fiesta normal, por eso requerimos de dos años para planearlo, es una preparación juiciosa de un pueblo que se identifica raizalmente con sus tradiciones, y que busca que todo el mundo tenga cabida en él”.

"Cuiden de sus pertenencias

No dejen nada por fuera

Que hay quienes abusan

De esta fiesta tan buena".

* Los textos de los versos y rimas fueron creados en su mayoría por la organización del Carnaval de Riosucio.

Recomendaciones

Entre las invitaciones que hacen los artesanos es que no olviden comprar sus creaciones. “Son pequeñas obras de arte que embellecen más esta fiesta, recuerdos que se puede llevar e identificarse con el folclor de un diablo juguetón y carnavalero", dicen.

"Ese diablo borrachín que todos llevan dentro, aquí lo pueden sacar en el carnaval", dice Jhon Fredy Villa, artista plástico de la Universidad de Caldas que vende sus obras como si fueran pequeñas esculturas. Así mismo, vienen personas de todo el país como Javier Correa que ha venido por más de 34 años a Riosucio, también a vender sus artesanías y que solo tiene felicitaciones para las fiestas “unas fiestas llenas de paz y tranquilidad”, concluye.