ALEJANDRA CASTAÑO ALZATE
LA PATRIA | MANIZALES
La insatisfacción es evidente en Arturo O'Farrill, pianista, compositor, educador y fundador y director artístico de la organización Afro Latin Jazz Alliance. Habla de corrido, repite, contesta sin mirar el reloj, pregunta intimidades, si no le queda claro vuelve a indagar, se burla de él cada que puede y ríe con intensas carcajadas que se extienden en el tiempo por el eco. Siempre da y pide más, porque nunca es suficiente.
Expresa, en su espanglish, que vive como si solo fuera un viaje ligero, que no se es dueño de nada, que está mal apegarse a los momento, que hay que dejar ir... Mira al cielo a través de una ventana, señala un pájaro y con el mismo dedo traza en el aire el recorrido que este hace.
De repente, parece contradecir su pensamiento volátil: "El arte trata de sujetar y contener lo que nosotros no podemos. Cuando toco el piano, pinto o dibujo capturo la energía de ese instante".
Termina esa oración con "es catártico" y guarda silencio unos cinco segundos, como si supiera que se vale una explicación. "La vida es más bonita cuando dejas que pase el momento y aprendes que no puedes ser su dueño, pero cuando haces arte estás diciendo no me importa, estoy ahora aquí y voy a tenerte".
De palo
En casa de herrero... heredó la insatisfacción y se resistió al jazz latino. Su padre, Arturo 'Chico' O'Farrill, considerado el arquitecto del jazz afrocubano, no le enseñó música.
"Cuando yo era adolescente no quería tocar música latina porque la interpretaba mi papá, aunque crecí en una familia en la que había fiestas con Tito Puente o Machito. Chico no me enseñó nada de armonía o composición, me mostró que el arte es una oportunidad de visibilizar el futuro. Mi papá era insatisfecho, la gente cree que es una enfermedad, y yo tengo lo mismo", cuenta.
Destaca que a su homónimo no le gustaba replicar, por mucho éxito que tuviera quien lo hizo primero: "Estamos acostumbrados a repetir lo que trae prosperidad, pero mi padre me enseñó a crear".
Desgarrador
Arturo se alejó de la trayectoria de su progenitor porque le daba miedo la comparación. Descubrió su talento para componer tras unas tres décadas en la música. En febrero de este año ganó la categoría Mejor Composición Instrumental de los Premios Grammy con el álbum The afro latin jazz suite.
"Sentía temor de componer porque mi papá era muy famoso, sentía temor de que me dijeran que yo no era tan bueno. Un día decidí presentarme con él en Nueva York (Estados Unidos) y cuando llegué a casa me habían dejado un mensaje en el teléfono. No supe quién era, solo recuerdo su acento británico: No tienes el talento de tu papá y tu vida va a acabar en la basura. Cuando comprendí que no pasaba nada y afronté la situación, ahí me hice compositor. Hasta las lágrimas se me salieron".
Ni de aquí ni de allá
"Al principio era buen pianista y tenía potencia para el free jazz. Me parecía extraño que las puertas no se me abrieran. Me di cuenta de lo que sucedía después de dos décadas. Los estadounidenses se creen los creadores del género, y los latinos tienen un complejo. Como allá se dividen entre jazzistas blancos y negros, yo estaba en el medio (nació en México y se crió en Estados Unidos). Ahora pienso que es una bendición no pertenecer a ninguna clasificación. La verdad es que los afrolatinos inventaron el jazz. Además, el pueblo es el arte mismo y no la élite. Es más difícil tocar música para el pueblo, porque no lo puedes engañar, que para la élite".
Cita sagrada
La Afro Latin Jazz Orchestra de Arturo sigue la tradición de Chico O'Farrill y su Orquesta de Jazz Afro Cubana: ofrecer conciertos los domingos por la noche en Birdland (Nueva York), club de jazz que nació en 1949 y que goza de gran popularidad en Estados Unidos.
"Ese día me levanto, voy al gimnasio, después a la iglesia, duermo un rato y toco con la orquesta, aunque por ahí comentan que no voy ni al gimnasio ni a la iglesia", se ríe.
Reanuda solo: "Asisto a Birdland desde hace 21 años, sigo lo que comenzó mi papá. Mi música no se desliga de la política, por ejemplo un tema que interpretamos se llama Trump, fuck Trump. Es un idiota, racista, misógino, embustero, egocéntrico y de intelecto pequeño. Me duele que mi país le crea a este payaso. Los artistas tienen que hablar de lo que piensan y batallar para lograr justicia. Es obligatorio conectarnos con la lucha del pueblo. Muchos se vuelven artistas por ser exitosos y engordar, cuando deben ser activista".
Recuerdos
El pianista visitó Manizales por primera vez para participar en la 7a Temporada Internacional de Jazz Universitario, que se realizó del 20 al 24 de junio, y dar un concierto junto a Walking Jazz Big Band de la Universidad de Caldas, el 27 de junio en el Teatro 8 de Junio de esa institución.
Se le pregunta por lo primero que piensa cuando pronuncian Manizales y contesta: "La sonrisa del maestro Luis Guillermo Morales (director de los programas Licenciatura y Maestro en Música), mi hermano perdido. Lo conocí en La Habana (Cuba) durante los Premios Cubadisco 2015 y me trajo. Él se siente orgulloso de su tierra, su gente, sus músicos, su Universidad, su familia y del jazz latino".
Como O'Farrill tampoco se sacia con elogios para los demás, sigue: "En Walking Jazz Big Band hay músicos muy bravos, como un solista de saxofón alto (Javier Esteban Muñoz) que tocó con virtuosismo y mente abierta. Se botó en el escenario como pez en el agua. El público y la gente de aquí tienen mucha vibra, estos días fueron brillantes. Me encantó la comida, por ejemplo obleas, buñuelos, sancocho, claro, mazamorra y bandeja paisa. Nada más necesito otra invitación para regresar mañana mismo".
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