Ana, entre la sumisión y la rebelión: obra española en el Festival Internacional de Teatro de Manizales

LISET ESPINOZA

LA PATRIA / MANIZALES

La historia de Ana nos ubica en la época del franquismo en España. Un tiempo en el que la Ley de peligrosidad señalaba y reprimía a los homosexuales, quienes eran vistos como antisociales y en castigo eran llevados a clínicas psiquiátricas, centros de concentración y hasta privados de la libertad, porque en ese entonces era delito gustar del mismo sexo.

Ana, también a nosotros nos llevará al olvido fue la presentación de España en el Festival Internacional de Teatro de Manizales (FITM) y en ella narró la vida de esta ama de casa casada con un abogado (Lope), pero que encuentra en una mujer (Vivian) otra forma de ver el mundo.

El miedo a ser descubierta se alimenta más porque a su esposo, al ascender al Ministerio, le encomiendan endurecer esa ley que, además, castigaba el adulterio. Mario Vega es el director de esta obra de la compañía Unahoramenos producciones, que llama la atención también por su escenografía, juego de luces y musicalización.

“Ana, en el momento en que la ambientamos, más que un acto hacia la libertad sexual, que lo es también, es un canto hacia la libertad. Es la decisión de Ana, de una mujer, que descubre a través de una fotógrafa un mundo de libertad y se plantea cosas como decidir su propio destino, sus intereses y su vida frente a una sociedad que tomaba represalias desde las más altas esferas políticas y sociales como en el propio ámbito familiar”, indicó Vega.

Ana y su esposo Lope. 

Mirada de espectador

A medida que el cibernauta conoce a Ana (interpretada por la actriz Marta Viera) explora también el arte y la justicia. Una narradora ayuda con el hilo de esta historia y solo al finalizar la trama el público descubre qué papel juega en la vida de la protagonista.

Wilderman García es un manizaleño que también disfruta del FITM fuera de la ciudad. Está radicado en Bogotá y ayer se conectó para observar Ana. “Me encantó, ¡qué obra!, el tema, la tecnología, las actuaciones y el dispositivo escénico. Vivir la historia desde la comodidad de mi casa me gustó, pero extrañé en un momento el teatro y su magia. Sin embargo, la obra me logró llegar y se debió a lo bien hecha que está”, dijo el espectador, quien también es actor.

Agregó que el hacer memoria con este tipo de puestas en escena es importante porque se debe conocer la lucha que se ha venido dando para ser libres en todo sentido.

Una compañía tres historias

Unahoramenos producciones no solo llegó con Ana, sino con dos obras más como parte del proyecto Laboratorio Galdós que gira alrededor de figura artística de Benito Pérez Galdós, novelista, cronista y dramaturgo español, quien este año cumplió 177 años de nacimiento y 100 de su fallecimiento. Las tres propuestas a su tributo se centran en su obra literaria (Ana, también a nosotros nos llevará el olvido), su obra periodística (Crimen de la Calle Fuencarral) y su vida (El último viaje de Galdós). El director Mario Vega las explica:

Crimen de la Calle Fuencarral

(Función: sábado / 7:00 p.m. / Teatro virtual Fundadores).

La dramaturgia es del colombiano Fabio Rubiano. La historia se centra en un hecho real que Benito Pérez Galdós cubrió para el diario La Nación de Argentina, en calidad de corresponsal. “Cuando queríamos plantear esta comedia o este espectáculo en clave de farsa se nos ocurrió el nombre de Fabio Rubiano. Él hizo un enorme trabajo de documentación del crimen con base en lo escrito por Benito. A partir de esas cartas de corresponsalía y de ese suceso podemos ver un poco la mentalidad, la ideología, el discurso y el compromiso que tenía Benito en esa época. Además narraba una sociedad española de principios del siglo XX. Para nosotros hacer este desarrollo a través del texto de Fabio nos permitió contar muchísimos detalles de esa sociedad”.

El último viaje de Galdós

(Función: Lunes / 24 horas / Canal de Youtube del Festival)

Esta obra se estrena hoy en España y recrea el delirio en la mente Benito horas antes de morir. “Le surge la opción de hacer una sesión de espiritismo para despedirse de las personas más importantes de su vida (su madre, su primer amor, la madre de su única hija, su amante, Conchita Morel; y el amor de su vida, Emilia Pardo Bazan). En medio de ese delirio se le aparecen los fantasmas de esas mujeres fallecidas que dejan ver a ese Benito Pérez, no a través de los ojos de él, sino desde la mirada de ellas. El espectáculo se desarrolla en cinco espacios del teatro, el público fluye por ellos y eso permite toda una experiencia teatral”.