Adriana Aristizábal, una vida entre el fuego cruzado

JUAN CARLOS UNDA

LA PATRIA | MANIZALES

El periodismo le permitió a la reportera manizaleña Adriana Aristizábal, durante dos décadas, retratar hechos violentos protagonizados por la guerrilla y los paramilitares, sobre todo cuando laboraba para noticieros televisivos. Ese oficio también la invitó a incursionar en las letras e informar a través de la lectura.

Se le recuerda por el libro que escribió hace algunos años alusivo a la guaca de las Farc, pero su más reciente obra En fuego cruzado: Memorias de una reportera de guerra, deja ver un panorama más amplio de lo que significa para ella la tan anhelada paz en Colombia.

En el texto relata crudamente el conflicto en el país y sus actores. “En esas páginas no se le hace concesiones a nadie y se llaman las cosas por su nombre. Es un relato neutral de una periodista desde las trincheras. Así mismo, destaco la importancia de darle una oportunidad a la paz por más oscuro y doloroso que haya sido nuestro pasado”, indica Adriana.

Convivencia

Desde hace seis años vive en Nueva York, debido a amenazas que recibió de las Farc, hoy desmovilizado, a raíz de su trabajo como reportera. No le da miedo hablar de guerra o de los turbulentos vientos que soplan por estos días, luego de las órdenes de captura de la Fiscalía General de la Nación a supuestos testaferros del grupo subversivo, con el que el Gobierno firmó un Acuerdo de Paz.

“Un gran reto que tenemos es el enfrentar el miedo a esa sociedad desconocida, a que en un futuro cercano o lejano nuestro vecino, compañero de trabajo o empleado sea una persona que estuvo alguna vez en la guerra. Y es en ese momento en el que nuestra humanidad y nuestra compasión se van a poner a prueba”.

Proceso de Paz

¿Los colombianos se están alejando de los horrores de una guerra ?

La guerra terminará en Colombia definitivamente el día que se desarme el último guerrillero y el día que se capture al último narcotraficante.

¿Qué cara del conflicto en Colombia deja ver su reciente libro?

Mis relatos son contados desde las trincheras de la guerrilla, de los paramilitares y del Ejército porque conocí de cerca todos los actores del conflicto. Algunas de mis fuentes eran personas peligrosas, así que esa circunstancia hizo que mi trabajo y el de mis colegas fuera de riesgo en el que muchas veces nuestra seguridad se veía comprometida.

Desde el exterior ¿cómo ve el futuro del proceso de paz?

Entiendo y respeto la posición de quienes apoyan los acuerdos y de quienes no. Creo que este proceso ha posicionado al país ante el mundo como un ejemplo de esperanza y progreso. En esta ecuación, el destino del proceso de paz estará en manos de los ciudadanos cuando llegue la hora del postconflicto y aquí me surgen varias preguntas. ¿Los empresarios están preparados para ofrecer puestos de trabajo a exguerrilleros? ¿Nosotros, como ciudadanos, hemos pensado cómo reaccionaremos cuando el vecino o compañero de trabajo sea un exmilitante de las Farc?

¿Qué piensa de las concesiones del Gobierno para las Farc?

Me preocupa que obtengan poder político, ignorando sus crímenes de lesa humanidad y su liderazgo en el narcotráfico. También pienso en los colombianos que componen la base de la sociedad de las Farc, gente que nació en la selva, en el monte, despojados de cualquier oportunidad, en la pobreza, en la miseria. Generaciones de familias, pueblos enteros cuyos padres, madres, hijos y abuelos usaron uniforme y cargaron fusil.

Reportera de guerra

¿Sintió la muerte cerca?

Varias veces la sentí a lo largo de mi experiencia como reportera de guerra. La primera vez fue cuando quedé con mi camarógrafo atrapada en un fuego cruzado durante un combate entre el Ejército y las Farc en Teteyé (Putumayo). En otra ocasión, en un combate entre las Farc y los paramilitares en una vereda del Putumayo. Otro episodio que recuerdo fue cuando las Farc me secuestraron por algunas horas con el camarógrafo Andrés Reina y el conductor Joaquín Vásquez, en Pulí (Cundinamarca).

¿Algún capítulo desconocido por los colombianos?

Sí, hay varios capítulos con historias inéditas. Por ejemplo, uno que le dedico a Héctor Javier Vivas, un venezolano secuestrado por los paramilitares en los Llanos Orientales. Héctor recuperó la libertad después de pagar $100 millones, pero lo asesinaron días después de su liberación en Bogotá, cuando trataba de denunciar el secuestro ante las autoridades.

¿Qué hecho concreto la llevó a dejar el país?

Me fui de Colombia porque el Mono Jojoy lanzó amenazas de muerte contra varios periodistas incluida yo. Me enteré de la situación gracias a un general del Ejército y a Jineth Bedoya-Lima quien para la época cubría el conflicto para El Tiempo.

En primer plano

*Adriana Aristizábal es periodista, escritora y exreportera de guerra. A finales de la década de los 90 se especializó en entregar a la audiencia historias reales contadas por los involucrados en el conflicto.

*Trabajó para los noticieros de televisión RCN, CM& y Hora Cero.

*En el 2003 con la editorial Quintero Editores, publicó Best-Seller (La Guaca de las Farc: Yo la encontré), crónica en la que narra cómo un grupo de soldados, en medio de un operativo militar, en selvas de Colombia encuentran y se apropian de una caleta que pertenecía a las Farc.

*Actualmente escribe para The Huffington Post y Thrive Global, al tiempo que es presentadora en el canal NY1 Noticias. También es conferencista y miembro de la Red de Seguridad y Defensa de América Latina.

*El próximo sábado participará como panelista en la Convención Nacional de la Organización en Colombia, programada en Florida (Estados Unidos) en el que estarán algunos candidatos a la Presidencia de Colombia.

Destacado

Adriana está casada y es madre de un joven de 23 años. Asimismo, trabaja en un proyecto de cine con el guionista y productor Michael Weinberger.