Quizá sin explicarlo usted termina en una relación molusco. Todo lo hacen los dos, siempre, sin excepción a la regla. En un abrir y cerrar de ojos se acabaron los espacios individuales y terminó atrapado por grandes tentáculos de los que no puede soltarse un instante.
Se acerca el fin de semana y usted sueña con estar solo o sola y organizar un plan con amigos, pero ahí está su pareja llamando al celular para comentar cómo quedó la agenda.
“En la mañana iremos a montar en bicicleta, luego iremos a almorzar donde mamá, en la noche estaremos en cine, pues ya compré las boletas por internet, y el domingo me acompañas a broncearme o al partido de fútbol con mis amigos”.
Quizá un fin de semana cualquiera resulte normal, pero el problema es que todos los fines de semana del año han sido planeados por su pareja.
Y no es que las actividades hayan sido las más aburridas del mundo, se ha divertido, pero también quiere hacer otro tipo de cosas y no sabe cómo decirle. Como se acostumbraron desde el comienzo a estar juntos para arriba y para abajo, será mucho más difícil manifestarlo.
Necesito vacaciones
Lo más natural será que cuando lo diga su pareja se sorprenda. No es fácil decir: “te adoro, pero necesito vacaciones de ti”. Pero sí, puede acudir a algunos salvavidas para que vuelvan a recuperar los dos ese tipo de respiros.
Al final la pareja le agradecerá, y de no hacerlo, ya será señal de una dependencia que deberá ser evaluada a tiempo.
Tarde o temprano los tentáculos lo asfixiarán y será peor el desenlace, por lo que es necesario entrar a evaluar a tiempo qué tan molusco puede ser usted, su pareja, o peor aún, los dos en una relación.
Preguntas y respuestas
Luz Elena de la Rosa Puello, psicóloga experta en terapia de pareja y trastornos afectivos, responde algunas preguntas.
1. ¿Cómo decirle a la pareja, “te amo, pero necesito un respiro de ti”?
El equilibrio armonioso en pareja se logra a partir del diálogo sincero y conciliador a través de expresar nuestras necesidades, “hacer pedidos” y manifestar el inconformismo. Abordar el tema no debe generar sentimiento de culpa, pues todos los seres humanos necesitamos espacios y momentos para vivir solos.
También necesitamos tiempo para compartir con los seres queridos, amistades y para los pasatiempos de nuestra preferencia, sin que esto signifique un riesgo para la relación de pareja.
Cuando la solicitud se desencadena en conflicto, estaremos evidenciando un claro signo de necesidad de ayuda de un profesional experto en el tema para encontrar soluciones duraderas.
2. ¿Cuándo podemos decir que estamos con una pareja molusco?
Una persona es dependiente afectiva cuando su autonomía está lesionada, necesita de algo o de alguien para sentirse segura y tranquila, en las más diversas decisiones de su vida, desde las más simples hasta las más difíciles.
Esta persona concibe el amor como dependencia y suele idealizar a su pareja. La “pareja molusco” está dispuesta a entregarse totalmente y a idealizarles sin límite; es decir, son adictos a la pareja, cuando se separan muestran una intolerancia a la soledad, en ocasiones, esto viene como consecuencia de un fuerte síndrome de abstinencia después de una ruptura.
Si al comienzo nos acostumbramos a una relación molusco, ¿cómo hacer para que la otra persona no se sorprenda cuando ya queremos oxigenarnos?
Si al comienzo respondía a esa relación molusco o de dependencia en la que supuestamente suplía la necesidad de la otra persona, elegir una perspectiva más saludable sobre el hecho de ayudarlo(a) a reconocer y enfrentar sus propias limitaciones o debilidades y sus dificultades para poder superarlas es lo indicado.
3. ¿Qué consecuencias traen este tipo de relaciones?
Estas son algunas de las consecuencias que aparecerán por añadidura si usted termina siendo una pareja molusco:
*Al no haber autonomía no habrá madurez.
*Será una relación en donde solo se da la subyugación de uno de los dos y por ende, el empobrecimiento personal de ambos.
*No existirán las bases de una sana autonomía. Se negará al otro el derecho de ser autónomo y habrá manipulación y dominación.
*Para que perduren este tipo de relaciones habrá alguien que asuma el papel de víctima o sumiso, lo cual generará una sensación de vacío en su ser.
*Aparecerán de manera continua conflictos y peleas que deteriorarán la relación.
*Si usted es una persona que detesta los compromisos o no está en plan de buscar algo ‘serio’, le parecerá toda una pesadilla dar con una persona que de frente vaya mostrando la cantidad de tentáculos que tiene para atraparlo.
*Por lo general son las personas que apenas lo acaban de conocer y van pidiéndole el pin, el número de celular, la dirección donde viven, pero no de manera natural, sino que usted siente la intensidad de entrada.
*Son esas mismas personas que quieren cuanto antes una pareja. Por eso ante la más mínima manifestación de afecto empezarán a emitir palabras como: “nosotros”, “relación”, “futuro”, y todo lo que connote compromiso.
*Es importante que usted evalúe ese tipo de personas, pues son las que no podrá llevar de entrada a su apartamento, porque se harán amigos del portero, vecino, papás y nadie las sacará de allí.
*Si usted no quiere nada serio, para qué hablar más de la cuenta. No hable a futuro y la persona entenderá si está dispuesto a jugar ese juego o no. Llegado el caso será sencillo como decir “next”.
* Una persona molusco le sigue la pista. Se apoya en otras personas para ‘caer’ justo en el lugar donde usted se encuentra. De ilusionar a alguien así falsamente podrá ganarse un buen dolor de cabeza. Lo mejor es que siempre hable con la verdad y no genere falsas expectativas.
*Una persona molusco no es la que quiere algo en serio, sino la que busca atrapar a alguien a toda costa y dejarlo sin aliento. Son personas o relaciones que terminan asfixiando.
La medida ideal
Imagínese una balanza. Hay personas que la inclinan hacia un solo lado, porque quieren hacer absolutamente todo con la pareja.
Y es que este tipo de personas pueden ser maravillosas parejas, pero su problema radica en que poco espacio dejan al otro, no porque desconfíen de ellos, sino porque solo así se sienten seguros, completos y felices.
La psicóloga experta en terapia de pareja, Luz Elena De la Rosa Puello, explicó que en ese tipo de casos la pareja tiene la función de dar la sensación de seguridad que el dependiente afectivo necesita para soportar problemas, tensiones y dificultades personales o sociales.
Por eso la recomendación es que “en dúo se deba propender por fortalecer los niveles de confianza, mantenerse atentos a la expresión afectiva, ser cuidadosos en satisfacerse mutuamente en el cuidado del otro. Ante todo, los cónyuges deben mostrarse maduros en el establecimiento de compromiso relacional y manejar acuerdos con el fin de generar seguridad y autonomía”, enfatizó De la Rosa Puello.
Y por supuesto, no olvide reforzar en su pareja que no encontrará la seguridad en las relaciones que se tengan, en lo de afuera, sino en lo que existe dentro de ellos mismos. Cuando logre la seguridad en sí mismo y una alta autoestima, podrá alcanzar la madurez emocional que se verá reflejada en su vida personal y en su vida afectiva.
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