FERNANDO-ALONSO RAMÍREZ
LA PATRIA | Manizales
"Alberto Salcedo Ramos es nuestro Gay Talese, del mismo modo que Joe Louis es nuestro Pambelé". Así, sin rodeos, el director de la Revista Soho, Daniel Samper Ospina, se riega en elogios para el autor de El oro y la oscuridad - La vida gloriosa y trágica de Kid Pambelé.
A Salcedo Ramos siempre le inquietó la vida de Antonio Cervantes Kid Pambelé, al fin y al cabo se trató del primer campeón mundial de boxeo que tuvo Colombia, en la época en que los combates iban a 15 asaltos y cuando no había un reguero de asociaciones entregando títulos mundiales.
"Cuando yo era niño no perdía mi tiempo viendo a Superman ni a Tarzán: mi superhéroe era de verdad y se llamaba Pambelé", confiesa el autor en la compilación de frases sobre el protagonista de su libro, las cuales se publican como anexo al final.
Esta crónica periodística se acorta a la hora de leerla, producto de la capacidad narrativa del autor. Cuenta las claves de cómo alguien que saboreó el éxito, que fue considerado en 1974 el mejor boxeador del mundo, que está encumbrado en el hall de la fama, que ha sido descrito como el más grande boxeador de todos los tiempos en la categoría welter junior puede convertirse en una molestia hasta para los antros más ruines.
Por Manizales
Muchos manizaleños recuerdan a Pambelé. Aquí pasó temporadas o venía de visita cuando se dedicó a la venta de enciclopedias, por eso también hay quienes se tropezaron con su mal humor, con sus momentos más difíciles. Como Miguel Gómez, su contratista vendedor de libros, que "una vez tuvo que ir en persona a sacarlo de una bodega donde estaba revuelto con seres cadavéricos que llevaban varios años consumiendo bazuco sin ver la luz del sol", se relata en el libro.
Para las nuevas generaciones esa es la faceta más conocida de Pambelé, el buscapleitos, el consumidor de drogas, pero olvidan que Colombia se rindió a sus pies. "Lo exaltaron en Manizales y lo ovacionaron en Cali" es otra frase que da cuenta del desvarío trashumante del boxeador.
Casi toda Colombia lo ha visto, un día en un sitio y al otro en diferente lugar, recorre el país una y otra vez. "No está desvariando el que lo encontró comiendo pollo en una fonda de Manizales", testimonia una hermana suya consultada por Salcedo Ramos.
Entender lo que significó
- ¿Por qué insistir en hablar del boxeo, un deporte que parece de salida?
Antes, la alternativa para los desesperados era el boxeo, después el sicario remplazó en nuestra cultura al boxeador, ya no se tenía la paciencia para estar en un ring haciendo una carrera boxística, sino que se empuñaba un arma y se iba a trabajar como sicario.
- ¿Por qué un lector si ya leyó el primer libro de Pambelé debe leer este?
Este libro tiene 80 páginas más que el primero. Tiene historias nuevas relacionadas con la vida de Pambelé en Cuba cuando estuvo en un hospital siquiátrico; la vida de Pambelé en Venezuela, cuando llegó. Hay más material de sus peleas emblemáticas, más fotografías inéditas, más anécdotas muy divertidas que le agregué y está todo lo que hubo en los días previos a la pelea en la que perdió el título.
Contador de historias
Alberto Salcedo es ante todo un contador de historias. No solo escritas, al contrario, tiene el don de encantar con la palabra, como lo hacían Capote o, en el plano regional, Orlando Sierra, personajes que son capaces de lograr la atención del público cuando cuentan una historia de viva voz y que mantienen la calidad de lo hablado cuando lo plasman en el papel para ganarse la atención de un lector.
"Yo creo que las buenas historias siempre encuentran a los buenos lectores", dice. Por eso intuía que la historia de Pambelé se debía contar como era, sin endiosar al ídolo, pero sin regodearse en sus malos momentos, en sus escándalos.
"En el caso de Pambelé he dicho con toda franqueza que es un gladiador en decadencia, hubo una época en que los pobres entraban al ring para salvar su propio pellejo. En Cartagena un periodista le preguntó a Rocky Valdés si no le tenía miedo a los golpes y él dijo: 'más duros son los golpes que le da el hambre a uno en la vida'", explica.
La historia
¿Por qué escribir de un héroe que tuvo manos de hierro, pero que terminó teniendo los pies de barro? Salcedo, costeño como el campeón, lo tiene claro: "Al ir más allá de Pambelé, estoy haciendo su vida, memoria de una época en la que nosotros no sabíamos lo que significaba el verbo ganar, nos lo enseñó él, Pambelé".
Agrega que del boxeador se podría decir lo mismo que dijo Octavio Paz de María Félix, que 'ella nació dos veces, cuando su madre la parió y el día que ella se reinventó'. Pambelé fue un hombre que nació con la derrota escriturada como destino y con la única gracia de sus puños torció el curso del azar y se convirtió en lo que no debía convertirse, en un hombre notable".
El 28 de octubre de 1972, hace casi 40 años, cuando se coronó campeón mundial de boxeo, Colombia solo tenía en su cuenta historias de honor, el 4-4 con la URSS en el mundial del 62, la medalla de plata de Helmut Bellingrodt, los triunfos de Álvaro Mejía y Víctor Mora en San Silvestre, el récord de la hora de Cochise Rodríguez, pero ninguno de ellos logró la atención mediática de Pambelé. Fue el primero que hizo sentir orgulloso a todo un país, sobre todo cuando pareció invencible cada que subió al ring a defender su título.
"Pambelé es un hombre devorado por su personaje, sin duda. Es más, esa es la historia, porque la historia de Pambelé no es la historia de un hombre que consumió droga y se volvió loco, es la historia de un hombre escindido, roto, que no sabe dónde están los límites del pasado con el presente, un hombre que tiene crisis sicológicas en las cuales ve la vida en tono sepia", narra el cronista-biógrafo.
Cuenta que el campeón se levanta todos los 28 de octubre a felicitarse a sí mismo: "Madruga a llamar a los amigos para recordarles ese día; cuando ellos entran en órbita, él les dice: '¿hace cuánto que soy campeón?', es un drama, es el pasado como una cárcel, es la gloria con G mayúscula convertida en una tortura, no tanto para él, sino para la familia".
Dante en el infierno
El cronista estuvo cerca de probar la zurda del campeón, en un momento de alteración del boxeador que estaba ebrio y enojado en una velada boxística en la Plaza de Toros de Cartagena el 2 de septiembre del 2005. En el libro, Salcedo atribuye esto a una imprudencia suya, de llamar su atención en un momento en que estaba alterado. Había escuchado de sus delirios, pero no los había probado.
"¿Por qué lo hice? Todavía no lo tengo claro, debo admitirlo. Quizá fui a saludarlo. Quizá me había convertido a esas alturas en un autor jalonado de la manera más fatal por su propio personaje. O quizá estaba motivado por un cierto voyerismo siniestro. Al fin y al cabo, era la primera vez que presenciaba uno de sus arrebatos. Era como tener la oportunidad de ver a Dante en el infierno mientras capitaneaba su propio desastre", es la historia que cuenta en la página 164 de su libro, Salcedo Ramos.
Por eso le pregunté si después de ese incidente había vuelto a hablar con el campeón. "Con Pambelé me he visto muchísimo. La última vez fue en enero de este año, en Cartagena. Fui a almorzar con él. Ese día descubrí con alegría que Pambelé lleva casi dos años sin recaer en las drogas. Cuando Pambelé está sobrio es un caballero: delicado, de fino trato, contenido".
* Adjunto, un fragmento del libro El oro y la oscuridad.
Periodismo, según Alberto Salcedo
"Si esto me conmovió a mí, puede conmover a los demás".
"La escritura debe ser muy exigente. A mí me gusta la crónica porque en la crónica uno investiga como los periodistas y escribe como los escritores".
"Una condición esencial de la buena escritura es la naturalidad".
"Yo soy un mal referente. Algunos creen que ser cronista es una cosa de prestigio, como de farolería, pero a mí me toca trabajar mucho".
"Muchas universidades en Colombia le cobran al estudiante como si estudiara en Harvard, pero le pagan al profesor como si estuviera en una escuelita de Somondoco".
"Eso de comunicador social está mandado a recoger, o eres relacionista o eres periodista".
"El editor es el mejor amigo del autor. Un buen editor parte del no y te reta a que a partir de ese no des lo mejor de ti".
"Los buenos temas son esos que lo obsesionan a uno".
"Siempre quise ser un contador de historias".
"A géneros periodísticos como los narrativos se llega después de un trabajo de muchos años, desde el barro de la noticia como materia prima del periodismo. Es algo utópico empezar el oficio desde la crónica".
Escúchelo
El periodista Alberto Salcedo Ramos es ganador de innumerables premios de periodismo en Colombia y Latinoamérica. Puede ver una entrevista hecha por LPTV en el siguiente enlace http://bit.ly/NrF3V3 . También lo puede escuchar en el programa Periodismos que se emite todos los lunes a las 11:30 a.m. por la emisora Radio Cóndor (1540 AM). El programa emitido el pasado lunes lo puede escuchar en http://bit.ly/NscqeP Mañana se emitirá la segunda parte de la entrevista a las 11:30 a.m. en ese mismo espacio, que puede escuchar también en internet por http://bit.ly/c9Z50L
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