Votos que movilizaron a una ciudad educativa

LAURA SÁNCHEZ

LA PATRIA | MANIZALES

Manizales cultivó la educación en un voto con urnas y en medio de una crisis sanitaria sin servicio de agua potable por un derrumbe en la planta Luis Prieto. Hace 10 años la ciudad se movió para pensar la educación con calidad y que sirviera de guía para trazar nuevos caminos.

Lina María Ramírez, presidenta de la Cámara de Comercio de Manizales por Caldas, hace 10 años era la directora del Comité Intergremial de Caldas. Su puesto de votación fue en El Cable y durante todo ese 30 de octubre recorrió la ciudad verificando la jornada electoral y ciudadana.

En cada urna rezaba este voto: “Yo me comprometo a hacer de la educación lo más importante en mi familia y mi ciudad y voto para que su calidad sea la prioridad en las acciones públicas y privadas como motor del desarrollo equitativo en Manizales”.

A esta proclama se llegó por una iniciativa de construcción estratégica de ciudad que involucró a Estoy con Manizales, una alianza pública-privada que se gestó en el Comité Intergremial.

De ese día, la presidenta Ramírez recuerda que niños y niñas dibujaban en los puestos de votación lo que era la educación. "Fue un proceso bonito, pero estresante. Pensábamos que íbamos a tener 10 votos. Era una responsabilidad muy grande. El reto fue que la ciudad se quedó sin agua y cómo vamos a convocar a votación con un problema tan grande".

Los votos que no imaginó la presidenta fueron 99 mil 205. Aunque la ausencia del agua dolió muchos días, seguía la esencia para pensar a la ciudadanía en escenarios mejores como el de la educación de calidad.

"Veíamos la educación como un motor fundamental de desarrollo y de la promoción del crecimiento de los seres humanos. Buscamos algo que vinculara a la ciudadanía y que se diera cuenta de que la educación debía ser agenda de todos. Fue muy conmovedor ver a la ciudad reunida por la prioridad de la educación", expresa Ramírez.

Los votos fueron certificados por una firma auditora y entregados al alcalde electo Jorge Eduardo Rojas, quien se comprometió a incluir en su plan de desarrollo temas educativos. Pero no fue el único. En la ciudad también se movían otras entidades públicas y otras privadas pensando y conversando de lo mismo.

Ruta de 10 años

Estoy con Manizales puso al frente de la iniciativa a la consultora María Leonor Velásquez. En ella reposó la planeación de estrategias para consolidar esta movilización ciudadana.

Velásquez reconoce en este proceso unos antecedentes clave para construir el Voto. Primero existió el proyecto Manizales 2019, que se realizó en el 2005 en el que se planeó, con Infimanizales, en cuatro escenarios. "Éramos 34 personas del sector público, universidades, gremios. Fue un proceso muy bello para construir una visión de ciudad para el 2019", explica Velásquez.

Luego la Secretaría de Planeación de la Alcaldía y el Comité Intergremial diseñaron un ejercicio que tomara lo vivido en el 2005 y con lo que pudiera dar un paso adelante con un modelo de ciudad que jalonara esfuerzos. En el 2010 se hizo un análisis sistémico.

"Hicimos un modelo de ciudad basado en el conocimiento, cuando uno piensa en eso llega a uno a la misma conclusión: tenemos problemas en primera infancia, en educación básica, muchos niños que no alcanzan a llegar al colegio en ninguno de sus niveles", contextualiza Velásquez.

Pero ¿qué hacer? Velásquez describe que revisaron modelos educativos de Finlandia, de Brasil, de Israel. En todas lo común es la cultura ciudadana, que está puesta en las familias. "Intentamos hacer primero un referendo y nosotros no teníamos la capacidad para hacerlo que se necesitaba y promovido desde actores nacionales. Hagamos un voto popular".

Intentaron con la Registraduría y no fue posible porque para las elecciones de octubre del 2011 ya había solicitudes de votos populares. Entonces, emergió la idea de crear ese espacio de votación, que se dio el 30 de octubre en universidades, colegios y empresas.

"El voto fue importante en ese momento por el contexto en el que nace. El voto no fue un evento. Era un proceso para tener este modelo de desarrollo en la ciudad y que tuviera más solidez. Cuando un niño entra al colegio pasarán 20 años para que sea un profesional. Necesitamos que sea un tema que se le entregue a cada gobernante y eso sí ha hecho una diferencia en Manizales", indica Velásquez.

Los nortes educativos

Ahora, 10 años después, se puede leer la ciudad en educación y un voto que marcó iniciativas quizás en algunas nacidas o inspiradas en este movimiento ciudadano.

Ramírez habla de los impactos medidos en rutas de planeación: "Fue importante ponerlo para los mandatarios siguientes, para que se construyera un plan de educación y se construyera la Alianza por la educación. Además, es económicamente muy valioso para la ciudad, es más relevante tener una ciudad universitaria. Fue una ciudad que se levantó un domingo para decirle a los mandatarios que la educación es relevante para ellos".

Por esa época la Fundación Luker impulsaba la Alianza por la Educación. Santiago Isaza, director de Educación de la Fundación, mira el ejercicio y sus impactos en la actualidad en las estrategias tejidas entre los sectores público y privado.

"Ejercicios como estos ayudan a crear conciencia sobre la importancia de la educación. No resuelve todos los problemas de educación que tenemos, pero ayuda a crear consciencia y eso acompañado de otras acciones genera mucho impacto a favor de la calidad educativa como Universidad en tu colegio, Aprendamos todos a leer, Manizales Campus Universitario, entre otros", expresa Isaza.

"El voto fue un movimiento que estaba muy vivo para poner a la educación como motor de la ciudad. Y eso sigue estando vigente. María Leonor Velásquez, consultora.