Un profesor en moto lleva guías escolares, finca por finca

Óscar Veiman Mejía

LA PATRIA | Manizales

El mensaje salió de una casa amarilla y blanca, rodeada de árboles de limón y guayaba, donde pastan plácidamente reses pardo y normando. Salió de la finca El Porvenir en zona rural de Manizales. Salió del corazón de Verónica Martínez: “Gracias porque en ustedes se ve la verdadera vocación de ser maestros”. Se lo escribió el viernes, Día del maestro, a Cristian David Rivera.

15 días antes el profesor salió a las 5:50 a.m. del barrio Las Colinas rumbo a la vereda Kilómetro 41. En su Honda, protegido con tapaboca y guantes, viajó 40 minutos con dos misiones: 1. Entregar mercados escolares a padres de niños del colegio Giovanni Montini. 2. Repartir paquetes pedagógicos físicos, casa por casa, finca por finca en parajes de una zona con 30 grados en promedio.

En la motocicleta sobrepasó carreteras destapadas, pavimentadas y trochas. Una reflexión de Cristian: “La educación es un derecho de los niños y hay que llevarla a donde sea. Me aseguro de que tengan con que hacerlo”.

Francisco Vallejo, secretario de Educación municipal, ha dicho: “La estrategia para estudiantes que no cuentan con medios tecnológicos para educación virtual es la entrega de guías, con las que desarrollen contenidos en casa”.

La moto del profe era una biblioteca viajera con guías en saldos de 13 hojas para los 29 alumnos de quinto- 1 y 28 de quinto-2. Ese martes 8 de mayo, después de las 12:30, iba cargado de lecciones de potenciación y radicación, números naturales, tecnología, inglés, ética, religión, castellano y sociales, que dictan él y la maestra Sandy María Puerta.

Cristian aceleró por las callecitas y caminos del Kilómetro 41. Bajó la marcha para cruzar el puente de Alejandría sobre el río Cauca. Entregó talleres a los padres de los niños Edwin Alexis Betancurt y de Mellisa Hoyos. Le agradecieron con naranjas.

Pasos

La ruta lo llevó a la vereda San José, en jurisdicción de Neira. Doña Aracelly le recibió el encargo para cinco niños. Después tomó la vía central (Manizales-Medellín), donde a la orilla le salieron el estudiante Jerónimo Ocampo y su padre. Cerca de allí le entregó a la hermana de una alumna el material para Daniela, Alejandro y Gisella.

Verónica, mamá de Juan Diego, bajó en moto hasta el portal de la finca. Allí, llegó Cristian. El hijo de la señora estudia en el corredor. “El profe Cristian está haciendo una labor muy organizada”, dice el alumno.

Cristian anota: “Cuando ordenaron clase en casa, decidí sacar fotocopias de guías, ya que los recursos tecnológicos son escasos o deficientes. Los celulares no son de alta gama, se llenan fácil con un video. Lo mejor es entregarles guías físicas”.

En los 53 colegios públicos de Manizales, a 2019, eran 53 mil estudiantes. De ellos 39 mil 240 urbanos (41 instituciones) y 4.591 rurales (12 instituciones). Todos los establecimientos tienen internet, según el Diagnóstico de la Educación en Manizales, elaborado con base en el 2019 para el plan operativo del 2020.

Guías

En su regreso a Manizales el maestro pasó por Nueva Esperanza (antes hacienda Potrerillo, incautada a Gonzalo Escobar, hermano del narcotraficante Pablo Escolar) . Ahí distribuyó la mayoría de guías.

Estos parajes, aunque cercanos de Manizales, suelen ser de la que llaman Colombia profunda por las dificultades económicas y de acceso. La saliente ministra de las Tic, Silvya Constaín, aseguró que este es el año de tecnologías. “Será solo el inicio de lo que verdaderamente significa una política pública de conectividad y equidad para todos”.

Al final de la tarde, en el paso por Tres Puertas una mujer a caballo esperaba a Cristian. En ese trayecto dejó talleres en papel para Jaider, Yenir, Guillermo, Emanuel y David.

En el barrio Las Colinas, donde vive, añora la reapertura de la escuela. “Para los niños del campo las cosas son complicadas. La socialización entre niños es clave”. Por ahora, se conforma con diálogos en whatsapp para que sus alumnos conversen sobre las experiencias vividas ante el aislamiento por el coronavirus”.

Para cerrar, otra frase que salió del Kilómetro 41, de la finca El Porvenir y del corazón del niño Juan Diego: “Por Cristian y los otros profes no vamos a perder el año. Gracias por su labor”.  

En la finca El Porvenir, la mamá de Juan Diego recibió el material pedagógico que llevó el educador Cristian Rivera.

El docente prepara videos y los envía por whatsapp a sus alumnos del Kilómetro 41.